Más del 80% de los pacientes diagnosticados con linfoma de Hodgkin (LH) logra la remisión de su enfermedad gracias a un correcto diagnóstico seguido de un tratamiento adecuado y controlado por especialistas con experiencia en el manejo de la enfermedad. “Es uno de los cánceres más curables hoy en día”, destaca el doctor Adolfo de la Fuente, jefe del Servicio de Hematología de MD Anderson Cancer Center Madrid.
Una buena noticia que se torna aún más positiva si tenemos en cuenta que esta enfermedad tiene dos picos de incidencia muy claros y uno de ellos es en población muy joven: entre los 15 y los 35 años. El segundo se sitúa a partir de los 55 años. Cada año, se diagnostican 30 casos de LH por cada millón de habitantes en España.
A pesar del buen pronóstico inicial, los pacientes con LH que no consiguen una remisión completa tras el tratamiento inicial o los pacientes que recaen posteriormente tienen un pronóstico sensiblemente más complicado. Además, el linfoma no Hodgkin (LNH), el segundo tipo de linfoma que existe, y que suele afectar a personas de más edad, a partir de los 60 años, no suele tener tan buen pronóstico como el LH. “Aunque depende mucho del subtipo de LNH diagnosticado, es cierto que no hemos llegado a porcentajes de curación tan altos”, explica el doctor de la Fuente. Cada año, se diagnostican cerca de 70 casos de LNH por cada millón de habitantes en nuestro país.
Por ello, con motivo del Día Mundial del Linfoma, que se celebra el próximo martes 15 de septiembre, este experto ha querido reivindicar la importancia de continuar investigando en este campo, el de los linfomas, con el objetivo de cubrir dos necesidades médicas urgentes que todavía no cuentan con una solución médica.
Así, en primer lugar, el doctor de la Fuente considera necesario investigar en técnicas capaces de “predecir cómo responderá un paciente a un tratamiento antes de administrárselo, ya que ello ayudaría a evitar muchas recaídas y a exponer a las personas a tratamientos que no son efectivos para la enfermedad que padecen. Asimismo, este doctor remarca la necesidad de más investigación en nuevas opciones terapéuticas para aquellos pacientes que agotan todas las líneas de tratamiento disponibles para su enfermedad. “En MD Anderson Madrid trabajamos para poder ofrecer acceso a nuevas opciones de tratamiento mediante la participación en ensayos clínicos tanto de ámbito nacional como internacional”.
El aumento de tamaño de un ganglio linfático, el primer síntoma de LH y LNH
Aunque más de la mitad de los pacientes no presentan ningún síntoma en el momento del diagnóstico, existe un signo muy característico que nos debería hacer sospechar de un posible linfoma: un ganglio linfático que aumenta de tamaño sin causa que lo justifique. Ante esta situación, la recomendación del doctor de la Fuente es “acudir a un especialista en oncohematología para que este pueda confirmar o descartar el diagnóstico a través de un análisis de sangre, pruebas de imagen y una biopsia si procede”.
Dentro de los dos tipos de linfoma, el LH y el LNH, existen multitud de subtipos, cada uno de los cuales requiere un seguimiento y un tratamiento distinto, de forma que, enfatiza este profesional, “es fundamental un diagnóstico preciso que asegure que el paciente está recibiendo el mejor tratamiento para su enfermedad concreta”. Por eso, el doctor de la Fuente recomienda acudir a un centro que cuente con profesionales especialistas en el manejo de los distintos subtipos de linfomas que existen.
Como ejemplo, el doctor de la Fuente apunta al LNH, que se divide fundamentalmente en dos subgrupos, cada uno de los cuales tiene a su vez distintos subtipos: el LNH indolente y el LNH agresivo. Ante un LNH agresivo, que tiende a crecer y extenderse rápidamente, es crucial diagnosticar y tratar con prontitud para evitar que el tumor continúe avanzando. Sin embargo, frente a un LNH indolente, que tiene un comportamiento menos agresivo, no siempre se administra un tratamiento inmediatamente y, en ocasiones, la recomendación inicial puede ser el seguimiento de la evolución de la enfermedad.
En estos casos, una u otra decisión puede condicionar de forma importante el pronóstico del paciente y, por ello, reitera el doctor de la Fuente, es tan importante y necesario que la decisión del tratamiento que debe seguir un paciente con linfoma se debata en un comité de tumores multidisciplinar que cuente con especialistas que tengan una amplia experiencia y trayectoria en el manejo de los distintos tipos de linfomas.