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Viernes, 13 de noviembre de 2015   |  Número 75
EDITORIAL
Calidad, colaboración y compromiso en la era digital de la sanidad
 
El paciente y todo lo que le rodea deben de ser siempre nuestro objetivo. Él es el centro de todas nuestras atenciones y el motivo por el que debemos seguir trabajando para dotar a nuestro sistema sanitario de las mayores prestaciones, tanto en cantidad como en calidad, siendo esta última característica el epicentro de toda estrategia que se precie en materia asistencial.

La calidad asistencial (CA) es una responsabilidad directa de los equipos directivos de las instituciones sanitarias. Por ello, es necesario tener en cuenta la necesidad de un nuevo modelo asistencial en cuyo centro se sitúe al paciente. Y en ese nuevo modelo la comunicación juega un papel clave. Es importante informar, pero también comunicar. El profesional sanitario ha de interactuar con el paciente de una forma global y personalizada, aprovechando todos los mecanismos presenciales y técnicos que le ofrece nuestra sociedad actual, haciendo referencia a dos aspectos la interoperabilidad entre los sistemas público y privado, y el uso de las TIC en la salud.

La calidad asistencial supone un compromiso con el paciente que permite medir, mejorar, innovar y buscar la eficacia, eficiencia y efectividad. Y con el objetivo de evaluar las diferentes áreas de la calidad, en España se recurre a distintas normas, certificaciones, acreditaciones y procedimientos diversos, pero hasta hace unos meses no había un sistema universal y unánimemente aceptado de reconocimiento de la calidad en el ámbito asistencial que englobase a todos.

Este sistema es el reconocimiento puesto en marcha por el IDIS, QH (Quality Healthcare), dirigido tanto al entorno público como al privado y de carácter gratuito. El objetivo de la QH es impulsar la calidad de los procesos y procedimientos de las organizaciones sanitarias. Se trata de reconocer aquello que se hace bien y desde febrero hasta hoy ya han sido reconocidos en España 37 organizaciones públicas y privadas (acabamos de cerrar una segunda convocatoria extraordinaria que nos hemos visto obligados a crear tras la gran acogida que tuvo la primera).

El reconocimiento QH se enmarca dentro de las líneas maestras del IDIS que tienen como fin, ya desde sus inicios hace casi cinco años, la atención óptima al paciente y contribuir a la vez a la sostenibilidad del sistema, ya que cerca de diez millones de españoles son pacientes de la sanidad privada. El futuro no puede estar orientado solo a la oferta, como es el caso actual, el modelo asistencial que vendrá tiene que estar centrado en el paciente, en ofrecerle lo mejor a quién es el eje y centro del sistema sanitario.

Por otro lado, la necesaria colaboración público-privada presenta y plantea unos antecedentes dignos de mención. Hace 30 años, la Ley General de Sanidad planteaba una serie de atributos al Sistema Nacional de Salud (SNS) en términos de igualdad, equidad, gratuidad, cohesión, universalidad y accesibilidad que hoy requieren de una redefinición porque nuestra realidad socioeconómica es completamente diferente; por ello es importante aplicar y pactar reformas que le doten de solvencia y sostenibilidad, algunas propuestas podrían ir en la línea de una reforma estructural adaptada a las necesidades y la realidad social, a redefinir el catálogo de prestaciones o la gobernanza del sistema, a la adecuación estructural del sistema a la realidad demográfica y social, a la incorporación de la innovación y el acceso a la misma en términos de igualdad, a la colaboración público-privada en términos de eficiencia para evitar redundancias y duplicidades, entre otras.

Todos los agentes implicados hemos de ser partícipes y hemos de impulsar los cambios que sean necesarios contribuyendo así a dotar de sostenibilidad y solvencia los servicios sanitarios en beneficio del paciente, que sin duda se sitúa en el centro de nuestra actividad. En este sentido, la colaboración público-privada es fundamental, especialmente si hablamos de ser más eficientes y efectivos, contribuyendo de esta forma a mejorar la calidad asistencial y los resultados que se logren para que el paciente sea el principal beneficiado de todos nuestros esfuerzos.

IDIS en sus casi cinco años de vida, trata de mejorar la calidad del servicio que se ofrece desde el sector privado, en términos de estructura, proceso y resultados. Año tras año, sabemos que mejoramos porque utilizamos sistemas de medida objetivos y asentados en indicadores validados a través de nuestros informes que damos a conocer siempre a la sociedad de una forma periódica, objetiva y transparente.

Recordemos que la sanidad privada en España supone el 28,3 por ciento del gasto sanitario total y mejora la accesibilidad de la población a la asistencia sanitaria con 455 hospitales y 2.900 ambulatorios. El sector cuenta con el 53 por ciento de los hospitales y el 33 por ciento de las camas en nuestro país. Con esos datos es aún más destacable la importancia de que ambos sistemas, público y privado, colaboren al máximo posible para ofrecer mejores servicios a los pacientes. Las modalidades tradicionales de colaboración como los conciertos, las concesiones, el mutualismo administrativo o las nuevas fórmulas que inciden en un uso racional de todos los recursos evitando redundancias, duplicidades y solapamiento de servicios son fundamentales. Entre las nuevas formas de colaboración está la interoperabilidad, que recurre a todas las posibilidades que nos ofrecen las TIC que permiten el acceso a la información, la libre movilidad del paciente a lo largo del sistema sanitario, la mejora del coste-eficacia y un mejor diagnóstico y calidad del tratamiento.

El sistema sanitario actual se encuentra en un momento crucial en el que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) van a desempeñar un papel fundamental para contribuir a su mejora y su sostenibilidad. El llamado internet de las cosas va a condicionar la provisión de la salud a los ciudadanos. Lo digital y lo físico se van a abrazar en un nexo indisoluble, y en 2020 ya habrá más de 25 mil millones de dispositivos conectados.

La transformación hacia una e-health se está dando ya en otros países, y en España va a producirse y será una transformación enorme que permitirá abaratar costes y mejorar la asistencia a los pacientes, por lo tanto, contribuirá a la sostenibilidad de un nuevo sistema.

Sin embargo, existen obstáculos y problemas que complican la implantación de las TIC en la salud. De ahí que la transformación sea un reto absoluto. Las entidades prestadoras de servicios sanitarios privados tienen que interiorizar este proceso imparable con ciudadanos que realmente van a estar empoderados de su salud y van a tener conocimiento y libertad para elegir su provisor.

Lo importante es pensar más en los resultados que en la actividad y todo ello por supuesto pasa por el uso de las tecnologías, que son ya las protagonistas de esta revolución y son la herramienta que permitirá dar un servicio excelente a los pacientes.

La tecnología, la innovación y el progreso son las claves para mantener un aumento de la calidad del servicio ofertado, conteniendo los costes y obteniendo una valoración positiva por parte de los usuarios. Las TICs por tanto son los elementos transformadores y el motor que crearán un nuevo paradigma de Sanidad que será: predictiva, preventiva, personalizada, participativa (el paciente como centro), y ubicua.

 

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