Una de cada cinco personas en España, más de 9 millones entre asegurados y mutualistas, confía su salud a la sanidad privada. Un reto que, desde nuestro ámbito, se asume con ilusión, porque creemos en este modelo complementario; y con responsabilidad por ser la salud lo más valioso. En esta labor, la calidad y la seguridad asistencial son, para nosotros, una necesidad transversal que redunda en una atención de excelencia al paciente, por la que, desde la sanidad privada y desde IMQ, apostamos sin reservas.

Miguel Ángel Lujua Murga, consejero–director general de IMQ.

La necesidad de alcanzar las más altas cotas de seguridad en los servicios de asistencia sanitaria propicia la aparición de nuevas regulaciones, programas de las distintas Administraciones implicadas, la revisión de los estándares de acreditación, la generalización en la aplicación de estándares de seguridad; y la creación de alianzas en un esfuerzo por promover las mejores prácticas.

Para conseguirlo, se han puesto en marcha mecanismos, herramientas y modelos de gestión que reafirman los valores que, históricamente, han acompañado a la sanidad privada y por los que los clientes deciden formar parte de ella: interés por el bienestar de los pacientes y respeto de sus derechos; compromiso para responder a sus expectativas; inversión en tecnologías de última generación; garantía de la seguridad clínica y, muy especialmente profesionalidad, cualificación e implicación de los profesionales cumplimentando sus privilegios, siguiendo su actividad a través de indicadores que permitan medir resultados y evolución de forma rigurosa y continuada.

Este compromiso se constata, edición tras edición, en el estudio RESA de IDIS. En él, se analizan las acreditaciones y certificaciones de los distintos servicios y unidades hospitalarios, tasas de reingreso, de supervivencia y políticas de seguridad del paciente en vigor, higiene de manos, úlceras por presión, problemas relacionados con la medicación, eventos adversos, listas de comprobación quirúrgicas, etc.

Herramientas como la acreditación QH, de la que la Clínica IMQ Zorrotzaurre es poseedora con dos estrellas, nos ayudan a avanzar en este camino. Otras como la Joint Commission International, las certificaciones ISO 9001 de gestión de calidad; UNE 179003 de seguridad del paciente; OSHAS de prevención de riesgos laborales o la certificación de resultados clínicos como el de la cirugía extracorpórea, con las que también contamos, ejemplifican el esfuerzo en este ámbito.

La calidad y la seguridad no serían posibles sin una apuesta clara y firme de la sanidad privada por la incorporación de la última tecnología sanitaria y el compromiso con los profesionales sanitarios y no sanitarios. Creemos en la gestión de los profesionales en base a un modelo por competencias que implica evaluar, desarrollar y formar en base a competencias clave desde la perspectiva del trabajo en equipo y el tratamiento del paciente de forma multidisciplinar, estableciendo un modelo organizativo que facilite una actuación coordinada e integrada. Por ello el diseño e implementación de mecanismos y políticas que ayudan a garantizar la excelencia de los profesionales, como los planes de formación continuada o la evaluación de indicadores y estándares médicos, son requisitos fundamentales.

Y, por último, pero no por ello menos importante, está la voz del paciente y del entorno. Una retroalimentación que posibilita a las organizaciones honestas e inteligentes la detección de áreas de mejora. El desarrollo de nuevos canales de atención al usuario, gestión de quejas, grupos focales y encuestas de satisfacción nos permite diariamente escuchar a quien más nos importa: el paciente.