Viernes, 18 de octubre de 2013 | Número 52 |
EN EL II CICLO DE CONFERENCIAS DE SU FUNDACIÓN |
Caser presenta en España una nueva técnica permite controlar y manejar prótesis con el pensamiento |
Consiste en la implantación de dos microelectrodos en la corteza motora del cerebro que se conectan a un brazo robótico con una mano y dedos artificiales |
Redacción. Madrid
La Fundación Caser para la Dependencia ha celebrado la segunda conferencia de su ciclo para promover la sensibilización social en materia de Dependencia. En esta ocasión, el tema central giró en torno a una revolucionaria técnica que permite controlar y manejar un brazo robótico sólo con los pensamientos a personas con parálisis, gracias a la implantación de electrodos en el cerebro.
Andrew Schwartz.
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La conferencia fue impartida por el prestigioso doctor e investigador norteamericano, Andrew Schwartz, Profesor de Neurobiología de la Universidad de Minnesota, y tuvo lugar en la Real Academia Nacional de Medicina. Según ha explicado el Dr. Andrew Schwartz, esta revolucionaria técnica que consiste en la implantación de dos microelectrodos en la corteza motora del cerebro que se conectan a un brazo robótico con una mano y dedos artificiales. El paciente logra mover el brazo tan sólo con su pensamiento.
En el transcurso de la conferencia, el Doctor mostró la aplicación de esta técnica en una mujer de 52 años y tetrapléjica que había perdido la capacidad para mover sus brazos y piernas hacía más de 10 años debido a una enfermedad degenerativa, denominada degeneración espinocerebral. Con esta técnica la paciente ha logrado controlar y manejar una mano robótica sólo con sus pensamientos.
Tras tres meses de entrenamiento, la mujer pudo realizar determinadas acciones para coger cosas y sus movimientos se volvieron más rápidos y eficientes. Llegando incluso a comer por si misma o jugar al famoso “piedra, papel o tijera”.
La innovadora técnica hace que el uso del brazo robótico sea más intuitivo para los pacientes, ya que en lugar de tener que pensar dónde mover el brazo, el paciente simplemente tiene que concentrarse en la meta que quiere alcanzar.
Entre los siguientes retos que el Dr. Schwart se plantea alcanzar con esta técnica figuran la “retroalimentación del sentido del tacto al paciente”, lo cual se espera conseguir en los próximos cuatro meses; y lograr “motivar los músculos del paciente, de manera que pueda usar su propio brazo en vez del brazo robótico”.
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