Redacción. Madrid
Actualmente, sólo dos de cada 10 españoles saben que existe una vacuna para protegerse frente a la neumonía, mientras que únicamente uno de cada 10 adultos más vulnerables a la neumonía en España asegura estar protegido por medio de la vacunación. Así lo pone de manifiesto el estudio de mercado PneuVUE (Adult Pneumonia Vaccine Understanding in Europe), realizado por IPSOS Mori1. Sus resultados para nuestro país indican que aún queda mucho trabajo por hacer en lo que respecta al conocimiento de esta enfermedad y su prevención.
Cristina Méndez, directora médica de la Unidad de Vacunas de Pfizer.
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Por este motivo, y con el convencimiento de que las vacunas sirven para proteger la salud en todas las etapas de la vida, la compañía farmacéutica Pfizer quiere sumarse al lema propuesto por la OMS para celebrar este año, del 24 al 30 de abril, la Semana Mundial de la Vacunación: “Las vacunas protegen la salud en todas las etapas de la vida”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que la vacunación previene entre 2 y 3 millones de muertes anuales en todos los grupos de edad.
“Trabajamos cada día para desarrollar vacunas innovadoras que protejan la salud de todas las personas, desde la infancia a la tercera edad, contra algunas de las infecciones más letales del mundo como la neumonía neumocócica o la meningitis”, señala Cristina Méndez, directora médica de la Unidad de Vacunas de Pfizer.
PneuVUE: la neumonía a examen
El valor de las vacunas para todas las edades encuentra uno de sus mejores ejemplos en el caso del Streptococcus Pneumoniae. El neumococo es un patógeno que causa meningitis y otitis en los niños y el principal agente identificado causante de neumonía adquirida en la comunidad en los adultos. La infección causada por esta bacteria puede prevenirse mediante la vacunación, una medida que se ha consolidado como la más exitosa y coste-efectiva para el control de esta enfermedad.
Pero actualmente, sólo dos de cada 10 españoles saben que existe una vacuna para protegerse frente a la neumonía, mientras que únicamente uno de cada 10 adultos más vulnerables a la neumonía en España asegura estar vacunado, según los datos de PneuVUE, una de las mayores encuestas sobre el conocimiento de la neumonía en Europa. Participaron en ella más de 9.000 adultos mayores de 50 años de nueve países, entre ellos España.
PneuVUE deja constancia del largo camino que aún queda por recorrer en el conocimiento de la neumonía en España. Un 84 por ciento afirma saber de qué se trata, y un 85 por ciento la identifica como una infección pulmonar. El problema, apuntan sus autores, “no es tanto saber que la neumonía existe como comprenderla”: hay lagunas en el conocimiento de la transmisión de la enfermedad, de los factores de riesgo de contraerla y del número de personas que fallecen por su causa. En relación a este último punto, un 41 por ciento de los encuestados considera que los accidentes de tráfico son la mayor causa de muerte en España; frente a un 3 por ciento que selecciona la neumonía. En realidad, la neumonía provocaba cuatro veces más muertes que los accidentes de tráfico en el momento de realización de la encuesta -una proporción que ya ha subido a cinco, según los últimos datos del INE -.
Federico Martinón, jefe de Pediatría del Hospital Clínico Universitario de Santiago, considera que quizá debido a este desconocimiento la población “infravalora la neumonía como un riesgo para su salud y el grado de preocupación por contraer neumonía es bajo en España”. Según PneuVUE, sólo le preocupa a un 43 por ciento de la población, y dentro del grupo definido clínicamente como de alto riesgo sólo un 11 por ciento considera estar expuesto a ese riesgo.
La mentalidad del ‘a mí no me va a pasar’ también puede estar detrás del desconocimiento detectado sobre si es posible prevenir o no la neumonía, y cómo hacerlo. El 61 por ciento de la población desconoce que la neumonía puede prevenirse, además de tratarse, y un 78 por ciento no sabe que es posible vacunarse. Los expertos insisten en la necesidad de superar esta barrera. “Hasta que no se entienda esta premisa fundamental, cualquier iniciativa sobre estrategias preventivas y, más aún, sobre vacunación, será prematura”, añade Martinón.
El papel de los profesionales
¿Cuál fue el factor diferencial o el detonante para el pequeño grupo de población que sí recibió la vacuna? Atendiendo a las respuestas de PneuVUE, sólo un 3 por ciento de la población se vacunó por iniciativa propia. Un 73 por ciento aseguró hacerlo tras la recomendación del médico. Por el contrario, el motivo más frecuentemente citado para no haberse vacunado fue que el médico no lo comentó nunca.
Los resultados llevan a los expertos a insistir en el importante papel que desempeñan los médicos a la hora de ayudar a sus pacientes a adoptar un papel activo en el cuidado de su salud mediante la vacunación y conseguir que ésta se convierta en una práctica tan rutinaria para un estilo de vida saludable como lo son el ejercicio físico o una nutrición sana y equilibrada. “Esta labor de información del médico, desterrando con mensajes claros y veraces mitos en torno a la seguridad y eficacia de las vacunas, es un paso fundamental para mejorar las tasas de por sí bajas de vacunación en la población adulta que enfrentamos en España de manera general, y para la neumonía neumocócica en particular”, resalta Ángel Gil, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad Rey Juan Carlos y académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina.
El neumococo es la causa más frecuente de neumonía adquirida en la comunidad en Europa y genera un elevado coste al sistema sanitario. En el caso de España, en 2011 se registraron 10.861 altas hospitalarias por enfermedad neumocócica en adultos, con un coste estimado de 57 millones de euros. De ellas, el 92 por ciento correspondían exclusivamente a neumonía neumocócica: 9.992 altas y 52 millones de euros. La infección causada por el neumococo podría prevenirse mediante la vacunación, una medida que según Gil “se ha consolidado como la más exitosa y coste-efectiva en el control de la enfermedad”.
Pero la responsabilidad no es sólo de los médicos. PneuVUE reconoce que el esfuerzo de los facultativos se puede ver afectado por la falta de tiempo y asegura por eso que, junto a ellos, los farmacéuticos y los enfermeros tienen un protagonismo similar. “Las tres profesiones sanitarias tienen un importante papel que desempeñar —apunta Martinón— en la información y educación sobre vacunas, y específicamente en el campo de la protección de los adultos ante la neumonía”.
El ejemplo de la vacunación antineumocócica en niños
En el caso de España, todos los calendarios vacunales infantiles incluyen, desde diciembre de 2016, la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente para todos los lactantes a partir de los dos meses de edad. Esta medida, que venía siendo recomendada desde 2003 por el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, ya ha sido considerada como el hito más destacado de los sucedidos en los últimos 15 años en la prevención de la enfermedad neumocócica en España.
La efectividad de esta vacuna cuando se aplica en un calendario vacunal sistemático en niños ha sido apoyada por estudios como el Heracles, realizado en la Comunidad de Madrid. “Dicho estudio reveló que la introducción en el calendario de esta vacuna ha llevado a un descenso de la tasa de incidencia de enfermedad neumocócica invasiva de aproximadamente el 70 por ciento en menores de 15 años... Un descenso que llega al 93 por ciento cuando analizamos solo los casos causados por los serotipos neumocócicos incluidos en la vacuna; es decir, por los serotipos para los que está diseñada la vacuna, la capacidad preventiva es altísima”, explica Gil.
En el caso de los adultos, el estudio CAPiTA demostró recientemente eficacia en la prevención de la neumonía neumocócica adquirida en la comunidad y de la enfermedad neumocócica invasiva en adultos de 65 o más años de edad. Estos resultados llevaron a que dieciocho sociedades científicas firmaran a principios de 2017 un consenso que recomienda la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente frente a la neumonía neumocócica para los adultos en riesgo por tener patologías de base y por la edad .
La pirámide poblacional aporta razones adicionales para apostar por la prevención antes que por el tratamiento: se calcula que en 2010 unos 254 millones de personas eran mayores de 65 años y que la cifra podría triplicarse para 2050 hasta llegar a los 1.500 millones; es decir, una de cada 10 personas de la población mundial. “La edad es el primer factor de riesgo de esta enfermedad por la coincidencia de factores de riesgo y la propia disminución progresiva de la respuesta inmune asociada al paso de los años —comenta Ángel Gil—, incrementándose las posibilidades de padecer neumonía neumocócica a partir de los 65 años”.
Desde que la vacuna antineumocócica conjugada trecevalente fue aprobada para todas las edades en 2012, muchas comunidades autónomas han ido desarrollando estrategias vacunales para adultos con determinados perfiles de riesgo. Sin embargo, sólo tres regiones financian esta vacuna para la inmunización del adulto por cohorte de edad: Madrid para los que anualmente cumplen 60 años; Castilla y León y La Rioja para los que cumplen 65. |