Martes, 24 de marzo de 2015 | Número 68 |
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TERAPIA aprobadA por Sanidad hace un año |
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El botox es un tratamiento preventivo contra la migraña crónica |
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Un 50 por ciento de los pacientes que lo utilizan han reducido el número de días que padecen esta enfermedad al mes |
Redacción. Madrid
La aplicación de toxina botulínica, más conocida como botox, es un tratamiento preventivo contra la migraña crónica, tal y como recomienda Jorge Delgado, neurólogo de Hopiten Roca.
Jorge Delgado, neurólogo de Hopiten Roca.
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Ésta es un tipo de migraña más agresiva que ocasiona en el paciente fuertes dolores de cabeza durante, al menos, 15 días al mes, y que suelen llevar aparejados otros síntomas como náuseas, vótimos o fatigal.
Aprobado por Sanidad hace un año
Hasta ahora la toxina botulínica se utilizaba para el tratamiento de trastornos del movimiento, hiperhidrosis, trastornos urológicos y con fines estéticos. Sin embargo, hace más de un año, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad aprobó la prescripción de Botox® como tratamiento preventivo de la migraña crónica, basándose en los resultados de diversos ensayos clínicos en los que se comprobó su eficacia, como es el caso de los estudios Preempt (Phase III Research Evaluating Migraine Prophylaxis Therapy, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con los resultados de este estudio, la inyección de toxina botulínica hizo que en más de un 50 por ciento de los pacientes se redujera el número de días al mes con dolor de cabeza. Esto se asoció de manera significativa a una mejoría en la calidad.
Según explica Jorge Delgado, la migraña crónica es una enfermedad muy compleja que impacta profundamente en la calidad de vida de los pacientes, ocasionando ausencias laborales y aislamiento social y que, a veces, deriva en un abuso de la toma de analgésicos para reducir el dolor.
Además, una vez que la migraña se cronifica la mejora que se obtiene con los fármacos que se receta al paciente, cuyo tratamiento se basa fundamentalmente en la profilaxis, es mucho más modesta. Por eso, es importante la aplicación de nuevos tratamientos como la toxina botulínica.
Administración del tratamiento
Por regla general, en cada sesión se administran 155 Ui de toxina, repartidas en unos 31 puntos pericraneales (frente, sienes, regiones occipitales y cervicales). Además, es necesario repetir el tratamiento cada tres meses aproximadamente, que es el tiempo de duración media del efecto de la toxina. Cuando la respuesta es satisfactoria, en algunos pacientes el efecto tiende a prolongarse, permitiendo espaciar temporalmente las infiltraciones.
“Se trata de un tratamiento que no produce efectos adversos reseñables y puede administrarse simultáneamente con los fármacos que usamos para el tratamiento preventivo y abortivo de la migraña crónica, suponiendo un nuevo avance en el tratamiento de esta enfermedad”, asegura el neurólogo de Hospiten. |
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