Viernes, 14 de marzo de 2014 | Número 57 |
EN OPINIÓN DEL DOCTOR GLARÍA, ONCÓLOGO RADIOTERÁPICO DEL GRUPO IMO |
El empleo de alta tecnología en Radioterapia previene la toxicidad por radiación |
Los casos de toxicidad deben ser estudiados minuciosamente para descartar otras patologías |
Redacción. Madrid
La Radioterapia es de las disciplinas enfocadas al tratamiento del cáncer, la que está permitiendo una mayor curación y la que genera más supervivientes de larga duración. En este sentido, a los pacientes con cáncer se les está ofreciendo una curación, pero ahora lo que también importa, tanto a los médicos como a los propios enfermos oncológicos, es la calidad de vida que van a tener a lo largo de todos esos años, cada vez más, de supervivencia. Cómo les va a afectar la toxicidad a su calidad de vida, qué efectos adversos y qué secuelas van a tener, cómo resolverlas o mejor cómo prevenirlas.
Doctor Luis Alberto Glaría.
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La mejor manera de prevenir esa posible toxicidad según afirmó el doctor Luis Alberto Glaría, especialista en Oncología Radioterápica y coordinador médico de las unidades de Toledo y Talavera del Grupo IMO, es aplicar a cada paciente la mejor tecnología radioterápicadisponible en cada centro, sabiendo “que la alta tecnología, realizada por especialistas de dilatada experiencia que sepan elaborar el protocolo terapéutico más adecuado, está permitiendo tratamientos más precisos, más conformados a la lesión como por ejemplo los equipos de IMRT, logrando así minimizar los efectos adversos de la radiación en órganos sanos próximos a la lesión de la zona afectada por el tumor”.
Según ha añadido el doctor Glaría, “también es muy importante que en aquellos casos que el paciente manifieste algún problema en algún órgano de la zona tratada, se le realice un estudio personalizado de esa región anatómica donde se manifiesta esa hipotética toxicidad, no presuponiendo nada, sino tratando de averiguar de forma multidisciplinar la razón de los problemas que afectan al paciente y buscar las causas reales y así indicar el tratamiento más adecuado”.
Algunos estudios sobre toxicidad en pacientes sometidos a Radioterapia
El especialista del Grupo IMO se ha referido a distintos estudios realizados en países del norte de Europa, sobre todo, uno elaborado por especialistas de Inglaterra donde se analizaron más de 300 pacientes que aparentemente presentaban algún síntoma de toxicidad atribuida a radiaciones del ratamiento y cuyos resultados ofrecieron algunos datos sorprendentes. La conclusión de estos estudios determina que hay que definir muy bien la toxicidad porque muchas veces se achaca la toxicidad radioterápica de algunas lesiones que nada tienen que ver con la radiación.
Según ha subrayado el doctor Glaría, “en primer lugar este estudio desveló que el 12 por ciento de los pacientes tenían una nueva lesión neoplásica que nada tenía que ver con el tratamiento radioterápico, y sí en cambio con la edad de los pacientes y algunos factores de riesgo. Si en lugar de tratar el síntoma pensando que es toxicidad se consideran otras posibilidades y se estudia al paciente, puede hacerse un diagnóstico temprano del nuevo cáncer que sufrían”. Este estudio también desvela que a un tercio de los pacientes estudiados, se les encontró otra enfermedad que tampoco tenía que ver con la radiación ni con otro proceso oncológico. “De estos pacientes más del 50 por ciento presentaban trastornos digestivos como diarreas, incontinencia, etc., que provenían de otras enfermedades comunes perfectamente tratables como por ejemplo: hipertiroidismo, mala absorción, insuficiencia pancreática, etc., es decir, tampoco esos trastornos los había producido la Radioterapia”, ha añadido.
La tercera conclusión de estos investigadores se refiere a la necesidad de modificar el enfoque del tratamiento de la toxicidad y así proponen un cambio de paradigma a la hora de abordar los posibles efectos adversos de las radiaciones. Tal y como ha puntualizado el doctor Glaría, “hasta ahora lesiones como la proctitis, cistitis, disfunción eréctil, etc., se abordaban tratando sólo el síntoma principal, lo que constituye un enfoque muy pobre, muy limitado. Lo más adecuado es considerar como afectada no sólo el órgano en el que se manifiesta el síntoma principal, sino toda la zona próxima, porque hay otros órganos que en mayor o en menor medida pueden estar también afectados e influir negativamente en el estado del paciente. Por eso es preciso dar un enfoque más amplio, es decir, abordar la toxicidad por regiones. Y si lo hacemos así, tiene que protocolizarse mediante un enfoque multidisciplinar integrado por especialistas que conozcan la patología relacionada con la radiación, es decir, oncólogos radioterápicos, y otros expertos relacionados con la zona a tratar. Por ejemplo, si se abordan problemas de toxicidad en la zona pélvica, debemos contar también con digestivos, urólogos, ginecólogos, psicólogos, etc. En definitiva, un abordaje multidisciplinar y un enfoque integral por regiones nos facilitará llegar a un diagnóstico preciso de aquellos casos de toxicidad y a poder aplicar el tratamiento más adecuado para el paciente. Estamos ante un abordaje personalizado de la toxicidad y su tratamiento específico en los pacientes con cáncer afectados”.
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