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Viernes, 21 de abril de 2017   |  Número 91
EL PULSO
Ocho de cada diez europeos que LA padecen están en edad de trabajar
El entorno laboral, uno de los más adecuados para detectar síntomas depresivos
En caso de que sea tratada con fármacos de modo temprano habrá una mejoría antes de los 2 meses y las probabilidades de recaída serán mucho más bajas

Redacción. Madrid
Ocho de cada diez europeos que padecen depresión están en edad de trabajar, según datos del estudio “El abordaje de  la depresión en el ámbito del trabajo (2016)”. Entre estos, uno de cada diez sufre un episodio depresivo al año, con una duración media de 35,9 días por episodio. Este mismo estudio refleja que la depresión, patología a la que este año Naciones Unidas dedica el Día Mundial de la Salud, es una de las primeras causas de pérdida de productividad, absentismo laboral, incremento de accidentes laborales, utilización de los servicios de salud y jubilación anticipada. Tanto es así  que en nuestro país los trastornos mentales son la segunda causa de baja por incapacidad temporal.

Iñaki Peralta, director general de Sanitas Seguros.

Sin embargo, el reconocimiento social de la depresión es aún complejo ya que se trata de una patología estigmatizada. Sin embargo, la detección temprana y el tratamiento adecuado pueden ser clave para la recuperación. “Debemos desterrar esa vieja discusión entre el tratamiento farmacológico y el psicológico. No son excluyentes”, afirma el doctor Cristóbal Colón, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela.

“Cuando no se utilizan los antidepresivos, una depresión de condicionamiento genético puede durar desde 6 hasta 18 meses, un largo periodo tras el que 3 de cada 4 personas lograrán superar la enfermedad, pero con un riesgo de recaída del 80%. Por el contrario, si la depresión se diagnostica y es tratada precozmente con fármacos antidepresivos habrá una mejoría franca antes de los dos meses y las probabilidad de recaída serán mucho más bajas que en el primer caso”, señala el especialista.

Por esto, es fundamental reconocer los síntomas de un proceso depresivo para poder atajarlo a tiempo. El entorno laboral es uno de los más propicios para esto debido a la cantidad de horas que las personas pasan en sus puestos. “Pasamos mucho tiempo con nuestros compañeros y los síntomas depresivos resultan mucho más difíciles de ocultar en ese entorno”, explica la psicóloga de Blua de Sanitas, María Díaz.

Descuido de la higiene, o sentimiento de culpa, algunos síntomas

Díaz detalla los indicios más comunes como son “insomnio, cambio insidioso en el apetito, fatiga, falta de energía, dificultad extrema para concentrarse y pensamientos negativos recurrentes”. Según la psicóloga, la alarma ha de saltar cuando estos síntomas trastocan la vida cotidiana. En este sentido es importante resaltar que “la depresión no solo repercute en el estado de ánimo, sino que también afecta a nivel físico, mental y en la forma de representar la realidad”.

Algunas de las situaciones que pueden ayudarnos a descubrir que una persona en nuestro entorno laboral está sufriendo una depresión serían las siguientes: descuido progresivo de la higiene y la corrección en el vestuario; aparición de ideas de inferioridad; sentimiento de culpa; disminución gradual de la actividad habitual en el trabajo, indecisión o cavilación sobre la misma idea; y somnolencia excesiva durante el día

Estos síntomas aparecen de manera paulatina, por lo que su identificación puede no resultar sencilla.

El coste social de no cuidar de la salud mental de los empleados

Según el estudio Impacto de la depresión en el trabajo de la Asociación Europea de Depresión (EDA en sus siglas en inglés), el 21% de los trabajadores españoles ha sido diagnosticado de esta patología en algún momento de su vida.

En el plano europeo, más del 70 por ciento de las bajas por trastornos mentales están causadas por ansiedad y depresión. Los costes totales atribuibles a la depresión constituyen más del 1 por ciento del PIB de la eurozona. Además, la depresión tiene un coste anual indirecto de 92.000 millones de euros al año, por lo que su correcto abordaje repercute no solo en el bienestar emocional de los trabajadores, sino también en la productividad de las empresas y la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud.

Sanitas Smile, fomento de la salud en el lugar de trabajo

En este sentido, los planes de promoción de la salud en el entorno laboral han de incluir acciones enfocadas específicamente en la salud mental de los empleados de las compañías. Los datos demuestran que este tipo de programas tienen un impacto positivo en la salud y el bienestar de los empleados. Un ejemplo es el programa Sanitas Smile, con el que la compañía ha conseguido aumentar la productividad, reducir el absentismo laboral y facilitar la adquisición de hábitos de vida saludable entre sus empleados.

En relación con la salud mental, Sanitas Smile incluye asesoramiento psicológico de la mano de expertos de Blua de Sanitas, así como diversos talleres como de psicología positiva, de gestión del estrés o de relajación. Según un estudio realizado por la Universidad Europea, la participación en el programa incrementó en más de un 40% la productividad del empleado y redujo el absentismo en algunos colectivos como el Call Center, con un 91 por ciento menos de ausencias. Las personas participantes en el programa manifiestan disfrutar de una mejor salud mental que el resto de empleados (+2,88pp) así como la mejora de su rol emocional (en 0,67pp).

 

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