Redacción. Valencia
El Hospital Nisa Aguas Vivas (Carcaixent, Valencia) está exponiendo en la entrada del edificio una muestra fotográfica que recoge a modo de homenaje a los pacientes que sufren daño cerebral adquirido, captando las instantáneas desde su ilusión de mejorar, la fuerza vital, la esperanza y las ganas de vivir.
La idea partió de Edu Gandía, 39 años y aficionado a la fotografía, dado que su madre, Virginia Orts, sufrió un ictus cerebral el 12 de noviembre de 2011. Una mañana, cuando realizaba la compra semanal en la tienda, sintió un fuerte mareo. “Fue el momento más duro de mi vida y de mi familia porque veía a mi madre en la cama de la UCI sin moverse, sin hablar, sin conocerte”, relata su hijo. Por suerte, superó el difícil trance y fue a parar al Servicio de Daño Cerebral del Hospital Nisa Aguas Vivas. Desde ese momento, Virginia se ha volcado en su rehabilitación.
Una de las fotos de la muestra.
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“Como aficionado a la fotografía pensé que podría resultar emocionalmente muy intenso el hecho de hacer fotos a pacientes y familiares que hubieran pasado lo mismo que mi familia. Concebí el proyecto como un modo de agradecer a la vida esa nueva oportunidad”, comenta Gandía. El nombre del proyecto, ‘Que tu cerebro no dañe tu vida’, se presentó al Servicio de Daño Cerebral del Hospital Nisa Aguas Vivas y “les encantó” la idea.
Unas 12 personas, pacientes y familiares, además de los rehabilitadores del centro, han posado en las fotografías, entre ellas la madre de Edu Gandía. “Me emocioné durante las sesiones de fotos. La gente tiende a fotografiar la alegría, no el sufrimiento o la enfermedad. Creo que el hecho de haber experimentado en mi propia madre el daño cerebral me hizo tratar a los pacientes de una manera especial, con más empatía”, asegura.
En el hall del Hospital Nisa Aguas Vivas, a punto de salir para partir con su coche a su casa, los padres del fotógrafo miran con atención las imágenes. “Es una satisfacción muy grande, porque en ella se refleja mi situación. Cuando sufres un ictus no te lo crees y te parte la vida por la mitad. Por eso la gente está muy emocionada”, relata Virginia Orts. Desde que entró, afirma que está contenta con su rehabilitación, “pero al mismo tiempo es pesado o a veces estás desanimada. Sin embargo, hay que luchar por mí y toda mi familia. Tenemos que luchar mucho y vivir con ilusión, que es la base fundamental”. A María Pilar Herrero, una paciente que posó durante el reportaje, le ha gustado mucho porque opina que lo importante es que los enfermos pueden recuperarse: “Tuve dos ictus y un derrame cerebral, y gracias a Dios puedo hablar y moverme”.
El proyecto de captar las imágenes en blanco y negro resultó apropiado, según el fotógrafo, desde “una opción visual emocionalmente más intensa y humana”. Por otra parte, los títulos del reportaje fotográfico “hablan de esperanza, de futuro, de vida, de emociones, de seguir adelante, de agradecimiento”. Edu Gandía ha conseguido un homenaje a su madre y a todas las personas que han sufrido daño cerebral, “por su sacrificio y esfuerzo diarios”. Por último, las fotografías expresan gratitud a su padre, Eduardo Gandía, “por su ejemplo y cariño” respecto a su mujer, a todos los familiares y los profesionales del centro.
Edu Gandía, fotógrafo autodidacta, afincado en Xàtiva y licenciado en Derecho, trabaja en el Ayuntamiento de Albaida (Valencia) como técnico municipal de Urbanismo, Medio Ambiente, Calidad y Modernización. Ha conseguido tres premios – el primer premio de fotografía del Concurso José Martí en 2012 en Vila-Reial con ‘Entre mis manos’; el segundo por Saló Local de Fotografía Fira de Xàtiva en 2010 con ‘Producte 100% natural. Sense conservants ni colorants’ y, por último, el tercer premio de Semana Santa de Xàtiva en 2010, con ‘Carrer de volta’- con su cámara. Sin embargo, opina sin ambages que al recibir sus galardones fue el primer sorprendido: “Hay gente mucho mejor que yo haciendo fotografías maravillosas”. “Transmitimos el sentimiento de esperanza que hay en cada imagen”, comenta Gandía, “y si podemos emocionar a más gente con estas fotografías, ¿por qué no hacerlo? La emoción y el sentimiento mueven el mundo. Ver como se emociona la gente para mí es el mejor premio que tendré jamás”, concluye.
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