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Viernes, 15 de marzo de 2013   |  Número 46
EN PORTADA
JORNADA ‘MUTUALISMO ADMNISTRATIVO: EFICIENCIA DE UN MODELO’
El modelo Muface está en riesgo por su deficiente financiación
Su desaparición incrementaría el problema de sostenibilidad del sistema sanitario público, rompería el equilibro en el acceso al sistema sanitario y pondría en riesgo la viabilidad del sector sanitario privado, lo que afectaría a más de 45.000 profesionales sanitarios

Redacción. Madrid
“El mutualismo administrativo (que en nuestro país está representado por Muface, Isfas y Mugeju) no es solo un ejemplo de colaboración público-privada que genera múltiples beneficios en la gestión del sistema público, sino que además es un modelo esencial para el mantenimiento de la actividad sanitaria privada y una herramienta fundamental para el ahorro de gasto sanitario”. Así lo ha señalado José Ramón Rubio, presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), durante la ‘Jornada de Mutualismo: Eficiencia de un modelo’, celebrada en Madrid.

De izda. a dcha., José Ramón Rubio, presidente del IDIS; Juan Abarca, secretario general del IDIS; Celima Gallego, gerente de Mugeju; Gustavo Blanco, secretario general de Muface; Pilar Farjas, secretaria general de Sanidad y Consumo; Mª Soledad Álvarez, secretaria general gerente de Isfas; y Miguel Borra, presidente de CSIF.

Sin embargo, la deficiente financiación del modelo pone en riesgo su existencia. Desde IDIS se asegura que la desaparición del mismo incrementaría el problema de sostenibilidad del sistema sanitario público, rompería el equilibro en el acceso al sistema sanitario y pondría en riesgo la viabilidad del sector sanitario privado, lo que afectaría a más de 45.000 profesionales sanitarios.

El colectivo de mutualistas que optó por la asistencia privada en el último año rondó los 2 millones de personas, lo que representa el 4,2% de la población española y el 30% del total de la población que cuenta con un seguro privado de asistencia sanitaria. Según Luis Mayero, vicepresidente de IDIS, “este modelo goza de un alto grado de aceptación entre los mutualistas, ya que un 84,3% del total del colectivo eligió este modelo frente a los que optaron por la provisión sanitaria mediante el Instituto Nacional de la Seguridad Social”. En este sentido, es un modelo que ayuda a evitar el colapso de la sanidad pública y que contribuye a la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, “además, los mutualistas están satisfechos con los servicios prestados, debido a las ventajas asistenciales (libertad de elección de médico, listas de espera, dotación tecnológica, etc.)”, explica el vicepresidente del IDIS.

Asimismo, se trata de un modelo que tiene un coste un 30% inferior al Sistema Nacional de Salud, dado que la mutualidad a través de las aseguradoras asume el coste total de la demanda sanitaria que tengan los beneficiarios.

Por otro lado, el peso de las mutualidades sobre el sector privado del aseguramiento y provisión sanitaria es muy significativo. En este sentido, el mutualismo administrativo representa el 7% del gasto sanitario privado (2.076 millones de euros) y el 10% del gasto de privado de provisión (1.333 millones de euros). Además, el colectivo mutualista supuso el 24% del volumen de primas del sector asegurador sanitario (1.149 millones de euros) y el 32% del gasto asistencial de las aseguradoras (1.299 millones de euros) con una siniestralidad directa del 100,53%, un 24% superior a la siniestralidad de seguros de colectivos e individuales. En esta línea Eliseo Moreno, consejero de CSIF en Muface, alude a que, efectivamente, “nos encontramos ante altos índices de siniestralidad. Pero, a pesar de las dificultades del presente, este modelo está consiguiendo con una magnífica gestión administrar unos servicios de alta calidad sin gastar más de los recursos que se le asignan. Y muestra de ello es que, a pesar de que hemos superado dos crisis, todavía contamos con el respaldo de más del 80% de los mutualistas”.

La deficiente financiación del modelo es el principal elemento que, hoy por hoy, puede poner en riesgo su existencia; a ella se une el aumento de la siniestralidad, por encima del 100% de la póliza en algunos casos, debida a que cada vez son más las personas de edad avanzada las incluidas en este sistema; y, sin embargo, las personas más jóvenes tienen menos posibilidades de acceder a él por los impedimentos administrativos. Si además se añaden otros aspectos que repercuten negativamente en el sector, como la subida del IVA sanitario (del régimen reducido al general), todo ello hace que algunas compañías aseguradoras se planteen la conveniencia de participar o no en su cobertura. Esto redundaría en un detrimento del propio sistema de mutualismo y como consecuencia provocaría la sobrecarga de un sistema público ya de por si desbordado.

Debilidades del modelo

El modelo de mutualismo administrativo es un sistema que beneficia a todas las partes: al Estado, ya que le supone un coste fijo; a la sanidad pública, por la reducción de la demanda y presión asistencial; a la sanidad privada, por los hospitales, centros asistenciales y personal que trabaja en este sector con el máximo grado de cualificación, y a los propios usuarios que tienen la capacidad de elegir voluntariamente el entorno asegurador y asistencial en el que depositar su confianza. Pero aún así, el IDIS considera que la financiación del mismo es deficiente y no cuenta con el apoyo de los diferentes gobiernos.

Una de las principales debilidades del modelo es que el mutualista puede optar al inicio del año por el SNS o por la provisión privada y además, puede cambiar varias veces al año de entidad aseguradora, lo que supone que las aseguradoras no pueden consolidar su cartera de clientes y por ende, se provoca inestabilidad y dificultad para recuperar la inversión.

Por otro lado, los presupuestos anuales de las aseguradoras son cerrados, algo que no ocurre con la sanidad pública. Es decir, éstas siguen dando el servicio aunque hayan superado su presupuesto. Asimismo, se ofrecen más prestaciones que en sanidad pública porque no es posible utilizar mecanismos de control del gasto.

Asimismo, el colectivo pierde cada vez más beneficiarios jóvenes “esto implica una pérdida de individuos con una menor demanda de servicios y con patologías menos complejas, que dejan de compensar el mayor coste del colectivo de edades más avanzadas”, argumenta Luis Mayero.  

Durante la jornada, los especialistas han resaltado que este modelo no participa en un mercado único sino en 17, ya que puede darse el caso de tener que cubrir un servicio en todo el país, por el mero hecho de que esté cubierto por la sanidad pública en una sola Comunidad Autónoma.

Propuestas de futuro

La consolidación política del modelo y de su financiación y la adopción de fórmulas que posibiliten los cambios en la cartera de servicios son algunas de las propuestas de IDIS en este sentido, debido a que “se hace necesaria una adaptación a la realidad para situarla al nivel de los servicios que ofrece la sanidad pública y adecuar los medios en función de la densidad geográfica de los asegurados”, señala el vicepresidente de IDIS.

Asimismo, la ampliación del sistema a otros colectivos como funcionarios de Comunidades Autónomas, corporaciones locales y provinciales, puede traer muchos beneficios. “Nuestra propuesta es incorporar medidas como la ampliación del modelo de mutualismo administrativo, ya que generaría ahorros al sistema público. De esta forma, entrarían más personas en el sistema, se reduciría la edad media del asegurado y todo ello conllevaría a la sostenibilidad del modelo”, comenta Luis Mayero. 

Según José Ramón Rubio, “en un momento de crisis como el actual y ante la difícil sostenibilidad del sistema es fundamental que exista un consenso entre las aseguradoras y la Administración Central para que este modelo siga siendo eficiente y sostenible para todos”.

 

 

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