|
El sector de la sanidad supone un 9,34 por ciento del PIB nacional, del cual un 26,2 por ciento corresponde a la sanidad privada, es decir un 2,45 del PIB, que asciende hasta la cifra del 3,14 por ciento si se tiene en cuenta el 0,7 por ciento correspondiente a los fenómenos de colaboración público-privada. Estas cifras sobre un PIB de cerca de 1,2 billones de euros supone que aproximadamente 35.000 millones de euros corresponden a la aportación al PIB que este segmento de la economía tan dinámico y vanguardista genera.
Esta cifra, no es nada desdeñable dentro del crecimiento constante que en términos de aportación al PIB el sector servicios viene cifrando desde los años 70 (El sector servicios ha ido adquiriendo una importancia creciente con el transcurso del tiempo pasando de representar el 46,3 por ciento del PIB en 1970 al 71,6 por ciento en 2010).
Entre otros factores, la desaceleración del crecimiento de nuestra economía, combinada con un crecimiento del gasto sanitario, ha producido un incremento del porcentaje del PIB destinado al gasto sanitario, variando del 7,2 por ciento, que representó en el año 2000, al citado 9,34 por ciento que supuso en el año 2010.
El sector sanitario privado cuenta con 6,9 millones de asegurados que contribuyen a la descarga y al ahorro del sistema público, haciendo realmente que el sistema privado no sólo sea un sistema complementario, sino que en el momento actual tiene un eminente carácter suplementario del sistema sanitario público.
En términos de crecimiento, el sector asegurador sanitario continúa creciendo a pesar de la crisis económica, registrando un crecimiento medio anual en el volumen de primas del 6,2 por ciento en el periodo 2006-2011, estimándose un incremento para 2012 del 3,5 por ciento respecto a 2011.
Dentro de un contexto de destrucción de empleo (La ocupación descendió en 96.900 personas en el tercer trimestre de 2012, hasta un total de 17.320.300), el sector sanitario privado mantiene unas cifras de empleo de 234.049 profesionales cualificados que asumen toda la complejidad asistencial (Sin contar estomatología y otras especialidades de similar índole, así como los profesionales que trabajan en empresas aseguradoras privadas y que no tienen actividad asistencial), de los cuales un 24 por ciento aproximadamente, unos 55.000, corresponden a facultativos y el resto a los diferentes escalones y segmentos de la profesión sanitaria, personal de enfermería, auxiliares de clínica y laboratorio, técnicos de diferente índole, celadores, personal administrativo, etc. Un 62 por ciento (144.464) trabaja en el ámbito extrahospitalario y el 38 por ciento restante (89.584) ejerce en el ámbito hospitalario, habiéndose demostrado un aumento considerable en la capacidad de generación de empleo en hospitales por parte de la sanidad privada.
El trabajo en los 462 hospitales privados (53 por ciento del total) y los más de 2.900 centros ambulatorios de la red privada distribuidos por toda la geografía nacional son hoy para miles de profesionales del sector, la única posible fuente real de trabajo. A nivel geográfico, las comunidades autónomas que cuentan, tanto con un mayor número de médicos como de otros profesionales, son Madrid, Cataluña, Andalucía y la Comunidad Valenciana.
De esta forma, el sector sanitario privado es un equilibrador del sistema público gracias al complemento de actividad que ofrece a los médicos. Gracias a la sanidad privada, los facultativos encuentran una alternativa, complementaria o sustitutiva a la sanidad pública tanto desde el punto de vista profesional como del económico.
Un reciente informe de Infoempleo y Adecco señala que el sector de la salud creó un 3,39 por ciento de empleo en 2011, lo que supone ocupar un puesto que oscila entre el número seis y el nueve dentro de los sectores que generan más empleo en España. Sin duda que un impulso a este segmento de la sanidad privada podría generar un revulsivo en sus expectativas de empleo, además de contribuir a descargar de forma notable nuestro más que agobiado sistema público de salud.
Por otro lado, el sector sanitario privado apuesta por la formación de los profesionales sanitarios que trabajan en el sector, con el fin de procurar una atención sanitaria orientada a la excelencia. Como soporte a la formación pregrado, el sector sanitario privado cuenta con un total de 11 hospitales universitarios ubicados en las comunidades autónomas de Madrid, Cataluña y Navarra. El Grupo HM Hospitales es el máximo exponente en este tipo de formación, contando con 4 hospitales con la acreditación docente universitaria.
En relación a la formación sanitaria especializada, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad ha convocado para 2013 un total de 147 plazas por el sistema de residencia en centros sanitarios privados (incluye las plazas correspondientes a hospitales públicos de gestión privada) para médicos, farmacéuticos y otros graduados/licenciados universitarios del ámbito de psicología, química, biología y física. A pesar de haberse reducido la convocatoria de plazas desde 2010, la distribución del número de plazas convocadas entre los centros de titularidad pública y privada se ha mantenido constante en los últimos años.
Los centros privados y centros públicos con gestión privada cuentan con plazas de formación sanitaria especializada a través del sistema de residencia, se ubican en 6 comunidades autónomas, siendo Madrid, Navarra y Cataluña las que cuentan con un mayor número de ellas. Respecto a los centros con un mayor número de plazas, cabe destacar a la Fundación Jiménez Díaz y la Clínica Universitaria de Navarra que disponen de un total de de 56 y 39 plazas respectivamente.
Respecto a las especialidades de las plazas ofrecidas por los centros de titularidad privada, cirugía ortopédica y traumatología, anestesiología y reanimación y medicina interna son las que cuentan con un mayor número de plazas.
El sector de la salud, con sus profesionales altamente cualificados y comprometidos a la cabeza, todos ellos debidamente amparados por sus organizaciones colegiales y profesionales, es sin duda una buena muestra del nuevo marco económico por el que hemos de transitar; basando nuestro desarrollo como país en fórmulas de futuro asentadas en la alta especialización, la innovación más disruptiva y en definitiva sustentada en la economía del conocimiento, que es sin duda nuestro garante más relevante en términos de competitividad dentro de lo que se ha convenido en llamar “la nueva economía”, un nuevo orden mundial que se está gestando, traducción evidente del cambio de modelo propiciado por los países emergentes (BRIC’s), con fórmulas de desarrollo diagonalmente divergentes respecto a las nuestras; todo un reto que sin duda hemos de saber afrontar todos en aras a mejorar nuestra productividad y competitividad indispensables siempre, pero muy especialmente en los tiempos extremadamente complejos que hoy en día corren y nos toca protagonizar, salvaguardando con firmeza el futuro esas nuevas generaciones que hoy desgraciadamente tienen que emigrar para encontrar un puesto de trabajo acorde con su formación.
|
Acceda a nuestra hemeroteca
