Redacción. Madrid
El tiempo dedicado a la consulta, la formación en habilidades de comunicación de los profesionales sanitarios en su conjunto, un manejo adecuado de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), la integración de los diferentes agentes de salud (médico, Enfermería, farmacéutico, psicólogo, asistente social…) y la necesidad de desarrollar políticas en las comunidades autónomas dedicadas específicamente a la humanización de la Medicina conjuntamente con las sociedades científicas, las asociaciones de pacientes y las organizaciones colegiales son factores claves para lograr una mejor comunicación entre el médico y el paciente.
Jose Maria Martínez Garcia, patrono de la Fundación Rementería, y Fernando Mugarza, director Corporativo y de Comunicación de IDIS.
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Así lo ha puesto de manifiesto Fernando Mugarza, profesor de Ética de la Universidad Pontificia de Comillas (ICAI-Icade), durante la segunda sesión del Aula Sociosanitaria de la Fundación Rementería que, con el título Claves para lograr la mejor comunicación entre médico y paciente, acaba de celebrarse en Madrid. Para Mugarza, una de las variables importantes que inciden en la comunicación entre el médico y el paciente es el tiempo de consulta. “Avanzamos hacia el mundo de la cronicidad con una población cada vez más envejecida, lo que genera mayor presión y demanda asistencial. Las consultas están masificadas y hay menos tiempo”, señala.
Otro factor relevante, a su juicio, es la falta de formación en habilidades de comunicación de los profesionales sanitarios, en su conjunto. Según Mugarza, especialista en Información de la Salud, ninguno de los planes de formación de las carreras sanitarias (Medicina, Enfermería, Farmacia, Psicología…) incluye una asignatura que dote a los profesionales de nociones básicas de comunicación, no sólo una comunicación entendida como emisor, receptor y canal, sino la oratoria vinculada a la comunicación, que puede ser verbal, no verbal muy relacionada con el mundo emocional y el saber ponerte en el lugar del paciente (inteligencia emocional), y gestual para enfatizar y reforzar los mensajes.
Consulta médica tecnificada
Asimismo, las tecnologías de la información y la comunicación inciden en la accesibilidad a la información por parte de los pacientes, pero también tecnifican la consulta médica, y eso, de nuevo, afecta a la relación médico-paciente. “Los niños ahora identifican más al médico con un ordenador que con una bata y un fonendoscopio. La tecnología no sólo se ha metido en las consultas sino en los hogares, y el paciente lo primero que hace cuando tiene un problema de salud es consultar a través de buscadores como Google, revisar páginas más o menos especializadas y descargarse aplicaciones”, advierte Mugarza, quien reconoce que “el paciente, en ocasiones, suple con internet la falta de tiempo con el profesional sanitario. Antes el médico era la persona de referencia en la consulta, ahora internet cada vez va ganando más terreno”.
Durante su ponencia, el también expresidente y miembro de honor de Forética sacó a relucir datos del Observatorio de la Adherencia, que recogen las quejas de los pacientes por la poca información que tienen de los profesionales sanitarios. “Además, en bastantes ocasiones tampoco entienden la información, lo que les genera falta de confianza en los tratamientos. Ello les lleva a consultar internet, leer el prospecto del producto y los efectos secundarios, y terminar siendo no adherentes al tratamiento”, indica Mugarza. “Es una rueda: paciente que no se toma el tratamiento, mayor demanda de consultas, mayor presencia en urgencias, mayor número de hospitalizaciones, mayores problemas relacionados con una toma adecuada del tratamiento, y la relación entre el médico y el paciente vuelve a estar en medio”, insiste.
Humanización de la Medicina
Otro de los factores clave en la comunicación médico-paciente para el Dr. Mugarza radica en la necesidad de generar Direcciones Generales en las comunidades autónomas dedicadas específicamente a la humanización de la Medicina, como es el caso de la Comunidad de Madrid teniendo en cuenta que la colaboración con las sociedades científicas, las organizaciones colegiales y las asociaciones de pacientes es fundamental. “Es un momento crucial, un cambio de paradigma de la consulta vinculada al fonendoscopio y la bata a la vinculada con el ordenador”, precisa.
En definitiva, según sus palabras, la falta de formación en comunicación, la carencia de tiempo en las consultas, la tecnología y la utilización de los metalenguajes en medicina no deben generar una distancia con el paciente tal que le obliguen a cubrir esa carencia con otras herramientas, que pueden ser muy útiles pero también plantean problemas de fiabilidad y rigor de las fuentes, como es el caso de internet.
Por todo ello, Mugarza, también director de Desarrollo Corporativo de la Fundación IDIS recomendó a los profesionales sanitarios que se formen en habilidades de comunicación, y a los gestores, que doten de más tiempo a las consultas y procuren por la integración de todas las profesiones sanitarias, cada una con su responsabilidad, procurando sinergias en beneficio de un objetivo común, el paciente. Asimismo, abogó por una introducción adecuada de la tecnología en las consultas, al tiempo que animó a los pacientes a fomentar e impulsar la confianza con el profesional sanitario, una comunicación más abierta y fluida que evite distancias, y buscar entornos fiables en internet que den credibilidad y confianza.
Finalmente, el ponente destacó el papel relevante de las sociedades científicas, las organizaciones colegiales y las asociaciones de pacientes en el fomento de la formación en habilidades de comunicación que ayuden a mejorar la relación entre el médico y el paciente. La sesión impartida por Mugarza es la segunda del Aula Sociosanitaria de la Fundación Rementería, un proyecto que pretende abrir sub-áreas relativas al medio ambiente; los profesionales, como oftalmólogos, médicos de Atención Primaria y Urgencias, optometristas y enfermería; la gestión, para asociaciones de pacientes y aseguradoras; el periodismo y la comunicación, con un premio, mesas redondas y foros de debate; el emprendimiento, con ayuda a las start-up; la sociología de la salud y la política sanitaria y sociosanitaria, para analizar temas como la prevención y el antienvejecimiento o la cronicidad; y la tercera edad, con materias como la nutrición.
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