Como en tantas otras disciplinas de la medicina, los avances médicos contra el cáncer se han beneficiado de la creación de centros especializados en su estudio, diagnóstico y tratamiento. El cáncer es sin duda la patología humana cuyo abordaje implica a un mayor número de especialidades médicas: cirujanos, radioterapeutas, oncólogos, hematólogos, patólogos, investigadores traslacionales, farmacéuticos y médicos nucleares. Por eso, el primer avance en la atención oncológica ha sido precisamente el enfoque multidisciplinar del paciente.

Desde finales de los años setenta, centros pioneros en esta forma de trabajar, como el MD Anderson Cancer Center de Houston o el Centro Dana Farber de Boston, entre otros, comenzaron a hacer copartícipes de las decisiones que afectaban a los pacientes a todos los especialistas implicados en un determinado tipo de tumor. De esta forma y desde el primer momento, el paciente se beneficiaba del estado de conocimiento y los avances disponibles en cada una de las especialidades.

Además la evidencia científica comenzaba a ser, antes de que incluso se popularizara y extendiera su uso, la base del tratamiento de los pacientes, al tener que justificar con datos ante los colegas las opciones de tratamiento disponibles. En la actualidad nadie comprende trabajar de otra manera en Oncología. Pronto comenzaron a hacerse evidentes otras ventajas, como fueron la adquisición de experiencia en casos complejos o infrecuentes, la acumulación de casuística necesaria para el desarrollo de la investigación clínica, una mejor capacidad de respuesta para la incorporación de los últimos avances tecnológicos necesarios para el diagnóstico y tratamiento de estos procesos y, finalmente, la creación de un entorno de eficiencia que el paciente percibe y que, en esta enfermedad tan crítica, le aporta una gran confianza y seguridad.

Desde instituciones como MD Anderson Cancer Center Madrid asumimos los nuevos retos que plantea el paciente oncológico, como son la incorporación de las herramientas necesarias para poder aplicar una medicina personalizada; el desarrollo de unidades de investigación clínica capaces de ofrecer oportunidades terapéuticas a aquellos pacientes en los que aún se deben mejorar los resultados clínicos convencionales; incorporar los avances tecnológicos que son críticos para ofrecer una moderna cirugía oncológica, una más precisa radioterapia o una mejor estadificación y seguimiento del paciente; y, por último, fomentar la formación continuada de todos los profesionales implicados en el cuidado del paciente y, todo ello, siendo conscientes de que tenemos la obligación de emplear juiciosamente los recursos disponibles.

Un botón de muestra de nuestro compromiso por avanzar y ser vanguardia en el tratamiento del cáncer es el desarrollo por nuestros propios investigadores del MD Anderson Cancer Center Madrid de diferentes plataformas diagnósticas basadas en la secuenciación del genoma del paciente y de su tumor, que permiten ofrecer una medicina personalizada en pacientes con cáncer de mama, leucemia y cáncer de colon, entre otros. Estas plataformas consiguen identificar alteraciones en diferentes vías de señalización celular, lo que nos ayuda a poder elegir el tratamiento más adecuado para ese caso o nos da información de aquellos fármacos con escasas posibilidades de mostrar actividad. Las manidas frases de “cada tumor en un paciente es un mundo” o “no hay enfermedades, sino pacientes”, pueden comenzar a tener su base científica al conocer más profundamente la heterogeneidad molecular de algunos tumores.

En resumen, nadie duda hoy de la necesidad de que el paciente con cáncer sea estudiado y reciba tratamiento en un entorno de alta especialización, ya que no solo le garantiza el acceso a los últimos avances, sino que finalmente resulta beneficioso en términos de eficacia y eficiencia.