Si la innovación es un factor clave para la evolución y el progreso en cualquier ámbito, en el de la salud, donde su produce la combinación de aspectos técnicos y organizativos, se vuelve crucial. En buena medida puede decirse su aplicación en este tipo de seguro, ha contribuido sensiblemente a que nuestra sociedad alcance los niveles de esperanza y calidad de vida de los que goza en la actualidad.
Miguel Azpeitia, director de Caser Salud.
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El sector sanitario privado ha tenido y tiene un papel decisivo en el desarrollo de dichas innovaciones, así como en ser pionero en su incorporación. Tal y como está configurado nuestro sistema, no nos queda otra posibilidad. La diferenciación respecto de un sistema estructurado y sólido de garantías explica la existencia misma de la sanidad privada, y el mantenimiento de forma permanente de dicha diferenciación solo puede basarse en un esfuerzo constante de reinvención. Como explica el Informe sobre la situación de la Sanidad Privada en 2013 de la Fundación IDIS, “históricamente, gran parte de las innovaciones tecnológicas en medicina se han incorporado a través del sector sanitario privado, tales como TAC, resonancia magnética, cirugía robótica u oncología radioterápica, entre otras”. En concreto, el estudio precisa que “el sector hospitalario privado está en posesión del 58% de las resonancias magnéticas, del 56% de los PET y del 37% de los TAC”, muy por encima de su peso relativo global.
Pero como decía, el sistema y la innovación en él no solamente es técnica, sino que además es fundamentalmente organizativa, en el más amplio sentido del término. En relación con ello, el papel de las aseguradoras ha sido conseguir poner estos recursos -con formas y modelos tan variados- a disposición de un gran número de personas, haciendo accesibles y asequibles técnicas y tratamientos punteros cuyos costes, de otra forma, serían inasumibles para la mayoría.
Las aseguradoras llevamos años haciendo importantes esfuerzos para detectar e incorporar a nuestras coberturas los últimos avances y los servicios y productos más novedosos en materia de salud, y a promover su rápida generalización. Avances que ya no sólo cubren el aspecto meramente diagnóstico y terapéutico, sino también otros, no menos sustanciales, como los relacionados con la prevención y el bienestar.
De esta forma, el seguro médico deja de ser una mera protección económica frente a la eventualidad de una enfermedad, para convertirse en un aliado que ayuda a prevenir y mantener la salud, en pocas palabras, a cuidarse. En este sentido, cada vez son más los programas elaborados por las compañías dirigidos a la prevención, promoviendo y facilitando hábitos saludables y revisiones periódicas. Programas que cubren todo el ciclo de vida del asegurado y que, cada vez más, tienen en cuenta el perfil y las características de cada uno para ofrecerle los servicios que mejor se ajusten a sus necesidades.
Por otra parte, al tiempo que las aseguradoras han puesto su empeño en incluir en sus productos los tratamientos y servicios más pioneros -como apuntaba- han sabido también dar un paso cualitativo en la incorporación de las nuevas tecnologías de la información como vía para dar una atención más eficiente a sus clientes y mejorar así la eficacia del sistema en su conjunto. Hemos visto como, a través de Internet, se puede acceder de una manera rápida, fácil y sencilla a la información sobre los diferentes productos y coberturas ofrecidos, pudiéndose llevar a cabo, incluso, su contratación. Sin olvidar la comodidad que supone poder pedir cita o consultar resultados vía on-line. Asimismo, estas tecnologías permiten a los facultativos dar un mejor servicio a sus pacientes, a través de la digitalización de sus historiales, que les ayuda a tener una visión global, personalizada y actualizada de cada uno de ellos.
Son pasos dados en la mayor parte de los casos con ámbitos funcionales, geográficos o alcances parciales, reducidos muchas veces en sus comienzos. Las diferencias de modos y maneras de proporcionar los servicios, y la libertad de nuestros usuarios de optar por las que más les convencen en cada momento son cuestiones tan propias de nuestro ADN que nos definen como industria. Y es esta ausencia de complejos o de limitaciones autoimpuestas una de las mayores razones por las que la innovación en sentido amplio florece en la sanidad privada. |