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Viernes, 11 de diciembre de 2015   |  Número 76
EN PORTADA
EN UNA JORNADA DEL IDIS Y BOSTON SCIENTIFIC 
Expertos piden invertir en nuevas tecnologías para mejorar el SNS
Profesionales defienden la necesidad de aumentar el presupuesto que se destina a sanidad en el futuro

Redacción / Imagen: Joana Huertas. Madrid
“La incorporación de nuevas tecnologías es una práctica que, además de ofrecer beneficios en la salud, mejora la eficiencia y la sostenibilidad de los sistemas sanitarios. La sanidad privada apuesta claramente por la inversión en equipos de alta tecnología en las diferentes especialidades, también en el área de la Cardiología”.

De izquierda a derecha: Jesús Almendral, director de HM CIEC; Fernando Mugarza, director de Desarrollo Corporativo y Comunicación del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS); y Miguel Ángel Arias, director de la Unidad de Arritmias y Electrofisiología Cardiaca del Hospital Virgen de la Salud de Toledo.

Así lo ha manifestado Juan Abarca, secretario general del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), durante la inauguración de la jornada ‘Evolucionando con las nuevas tecnologías en arritmias complejas’, organizada por Boston Scientific y el IDIS en el Hospital Universitario HM Sanchinarro de Madrid. 

Por su parte, Juan Manuel Valenciano, director del Negocio de Gestión del Ritmo Cardiaco de Boston Scientific declara que la compañía se enorgullece de ofrecer las últimas tecnologías para tratar arritmias complejas. “Continuamos con nuestro compromiso de desarrollar innovaciones significativas con el objetivo de ofrecer a nuestros pacientes la máxima eficiencia y calidad en los tratamientos cardiovasculares”. Y apostilla que “nos dedicamos a transformar la calidad de vida de la gente ofreciendo soluciones médicas innovadoras que mejoran la salud de los pacientes de todo el mundo. Transformar vidas a través de innovación mejorando la salud en el mundo es un objetivo superador que nos motiva día a día”.

Las arritmias son una de las patologías más frecuentes en los servicios de urgencias y de cardiología en los hospitales de España. Se estima que a partir de los 75 años al menos un 10 por ciento de los españoles sufre arritmias, mientras que en edades más tempranas la incidencia puede llegar a ser de más de 100.000 nuevos casos al año. Por ese motivo, es necesario identificar y diferenciar los múltiples procesos arrítmicos y disponer de tecnologías que permitan un tratamiento eficaz de la mayoría de estos procesos.

En esta línea, el sector sanitario privado es un importante agente dinamizador y difusor de innovaciones en el entorno tecnológico, ya que cuenta con un equipamiento avanzado y tecnología de alta complejidad que le permite llevar a cabo una medicina de excelencia. Tal como ha asegurado durante la jornada el director de Desarrollo Corporativo y Comunicación de IDIS, Fernando Mugarza, “en la Fundación IDIS publicamos cada año la radiografía del sector a través del informe ‘Sanidad Privada. Aportando Valor’, que recoge el perfil del sector privado como entorno de búsqueda de la excelencia asistencial a través de sus profesionales y de la incorporación de la tecnología más disruptiva y vanguardista en los diferentes ámbitos de la medicina; y desde luego la Cardiología y, en concreto, la aritmología es un fiel exponente de esta afirmación”.

Avances en Cardiología

Actualmente, cerca de 800.000 personas necesitan tomar anticoagulantes en España, según datos recientes de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

A este respecto, existe una nueva técnica que combina la ablación para el tratamiento de la fibrilación auricular (la arritmia cardíaca crónica más frecuente) con el cierre de la orejuela (apéndice de la aurícula izquierda) en un único procedimiento, con el que se podría evitar el uso de estos fármacos en un 95 por ciento de los casos. Este procedimiento combinado estaría indicado en pacientes con enfermedades que predispongan a hemorragias, como pueden ser determinadas patologías digestivas o urológicas, o en personas con dificultades para el uso de anticoagulantes.

Uno de los principales caballos de batalla de la electrofisiología cardiaca era conseguir mejores señales eléctricas del corazón sin perjudicar al tratamiento. Desde hace 20 años, no solo diagnostican las arritmias a través de catéteres sino que, además, las tratan mediante ablación, es decir, anulando la parte del corazón donde se originan.

En este sentido, Jesús Almendral, director de HM CIEC (Centro Integral de Enfermedades Cardiovasculares) ha explicado que “lo que ocurre es que cuanto menor sea la distancia entre los electrodos, mayor es la fiabilidad del registro de la actividad eléctrica; pero, al mismo tiempo, para poder llevar a cabo la ablación, es necesario que la punta del catéter tenga alrededor de cuatro milímetros”.

Actualmente existe una nueva tecnología (Intella Tip Mifi) que aporta una solución al problema: la punta del catéter de ablación integra tres minielectrodos que aumentan las propiedades de localización, validan las características del tejido tratado y proporcionan información a tiempo real sobre la eficacia de la ablación durante el procedimiento.

“Se ha conseguido así -apunta Almendral- resolver la incompatibilidad que había entre tener un electrodo lo más pequeño posible para producir la señal, pero lo suficientemente grande como para realizar el tratamiento. Integra en el mismo extremo del catéter una señal excelente sin comprometer el tamaño necesario para producir la ablación y curar las arritmias”.

Por otro lado, las investigaciones en este campo también han buscado mejoras para evitar las muertes súbitas cardiacas. Es el caso de los desfibriladores subcutáneos, los cuales normalizan con una descarga eléctrica las arritmias cardiacas que pueden desembocar en una muerte súbita y cuentan con una sustancial ventaja, ya que su aplicación no requiere ni atravesar vasos sanguíneos ni tocar el corazón.

Según Miguel Ángel Arias, director de la Unidad de Arritmias y Electrofisiología Cardiaca del Hospital Virgen de la Salud de Toledo, “estos desfibriladores están indicados para pacientes que no precisan una función de marcapasos y para aquellos enfermos que han tenido algún tipo de problema con los transvenosos (que se colocan debajo de la clavícula y el cable va por una vena hasta el corazón. Cuando detecta la arritmia, lanza una descarga eléctrica con la que resincroniza el latido cardiaco). La diferencia con el subcutáneo es que en éste, el cable, en vez de discurrir por una vena, se coloca debajo de la piel y esto permite retirarlo de manera mucho más sencilla en caso de complicación”.

Juan M. Valenciano, director de la División de Gestión del Ritmo Cardiaco de Boston Scientific y Juan Abarca Cidón, secretario general del IDIS.

 

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