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Viernes, 16 de junio de 2017   |  Número 93
sanidad al día
expertos explican su beneficio En el 43º Congreso de la SER
Las terapias con pequeñas moléculas mejoran el  tratamiento de la artritis reumatoide
Las terapias basadas en pequeñas moléculas avanzan como opciones sin precedentes en el abordaje y manejo de esta patología

Redacción. Madrid
Nuevas opciones terapéuticas en el abordaje de la artritis  reumatoide (AR), como las terapias de pequeñas moléculas, como los inhibidores de la quinasa Janus (JAK), contribuyen a un mejor abordaje de esta patología al facilitar, entre otras cuestiones, la adherencia de los pacientes a sus tratamientos.

José Andréu, presidente de la SER. 

Ésta es una de las principales conclusiones que deparó la celebración de una mesa redonda, compartida por la Sociedad  Española de Reumatología (SER) y Pfizer, durante el recién celebrado 43º Congreso de Nacional de Reumatología en Bilbao, donde un grupo de expertos analizaron los últimos avances en el desarrollo de terapias innovadoras en artritis reumatoide (AR) y las necesidades no cubiertas que los pacientes presentan cada vez que acuden a la consulta.

En este sentido, los expertos recordaron que la forma de administración es uno de los mayores problemas para conseguir una óptima adherencia a sus tratamientos por parte de los pacientes afectados por AR. “Las terapias tradicionales, en su mayoría proteínas, son medicamentos complejos que son administrados a través de inyecciones subcutáneas o administración intravenosa, y que requieren además del mantenimiento de su cadena de frio. Todo ello supone una limitación para los pacientes”, señala Juan J. Gómez-Reino Carnota, presidente de la SER y moderador de la mesa

Por ello, la irrupción de nuevas terapias de administración oral, como son las basadas en pequeñas moléculas, “cuentan con una mejor aceptación de los pacientes y permiten cubrir sus necesidades en cuestiones como la administración, la conservación e incluso los costes”, apunta Gómez-Reino. Según datos citados por este experto, tres de cada cuatro pacientes afectados por AR prefieren ser tratados con medicación oral frente a inyectables, un posicionamiento que se refuerza en el caso de aquellos pacientes que ya han probado estas innovadoras terapias.

Junto a los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad (Dmard), el uso de los inhibidores de la quinasa Janus (JAK) también se revela como una de las terapias con un futuro más prometedor dentro de esta área. Sobre estos últimos, el doctor Gómez-Reino augura que “la posibilidad de inhibir muchas más citoquinas con cada administración es algo que le puede conceder cierto grado de ventaja como opción terapéutica de futuro en AR”. Cabe recordar que la Liga Europea Contra el Reumatismo (Eular, por sus  siglas en inglés) confirmó en su última actualización de Annals of the Rheumatics Diseases (marzo de 2016) la importancia de los inhibidores orales de la quinasa Janus como apoyo al tratamiento de pacientes afectados por esta patología crónica.

Como conclusión, tanto la SER como Pfizer quisieron reforzar sus esfuerzos de cara a la investigación y el acceso de los profesionales de la salud a las opciones terapéuticas más innovadoras en su compromiso por la innovación y la mejora de la calidad de vida de los pacientes de AR. “Estas nuevas opciones terapéuticas en el abordaje de la AR van a suponer un positivo impacto en la práctica clínica”, concluyó Gómez-Reino.

 

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