Redacción. Madrid
“En el ámbito de la medicina no existen instrumentos validados de manera científica que sean capaces de estimar el riesgo cardiovascular en personas mayores de 75 años, cuando las enfermedades del sistema circulatorio son, de manera destacada, la principal causa de muerte en mayores”. Estas declaraciones han sido realizadas por la especialista en Geriatría, Naiara Fernández, en el marco de la celebración, en la clínica Zorrotzaurre de Bilbao, de la III Jornada IMQ-Igurcode Medicina Familiar y Geriatría.
Naiara Fernández, especialista en Geriatría de IMQ.
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La cita, que ha reunido el 27 de septiembre a especialistas de ambas especialidades médicas, se ha desarrollado bajo el título 'Mejorando la atención a nuestros pacientes mayores', y se ha llevado a cabo en el contexto de la celebración, el 1 de octubre, del Día Internacional de las Personas de Edad. Esta efeméride fueinstituida por las Naciones Unidas para, entre otras razones, “concienciar contra la discriminación de las personas mayores”.
La geriatra de Igurco ha abordado, tomando también como base un caso clínico, la prescripción adecuada de estatinas (fármacos que se emplean, entre otros aspectos, para reducir los niveles de colesterol "malo" en la sangre) en los pacientes mayores. En este sentido, ha señalado ante los presentes que “no hay evidencia científica, ni en ensayos clínicos ni en revisiones sistemáticas, del efecto del tratamiento hipolipemiante (fármacos para reducir los niveles de lípidos en sangre) sobre la mortalidad total en personas mayores de 80 años”. “Algunos estudios realizados en personas mayores, como Prosper, Afcaps y Jupiter, muestran escasos beneficios derivados de su uso en relación a eventos cardiovasculares, pero en ningún caso se percibe una disminución significativa de la mortalidad”, apuntó la experta.
Bajos niveles de colesterol y aumento de la mortalidad
Otro de los aspectos señalados por Fernández fue la constatación, en la literatura científica, de “la asociación entre bajas concentraciones de colesterol y el aumento de mortalidad total en población muy mayor. Así, se aprecia un aumento del riesgo de mortalidad asociado a un descenso del colesterol total; este riesgo de mortalidad disminuye con un nivel normal de lípidos en sangre y vuelve a aumentar cuando estos niveles se ven incrementados en el organismo (curva en forma de “J”)”.
Estatinas
En su alocución, la geriatra de Igurco Servicios Sociosanitarios de Grupo IMQ desgranó algunos de los efectos secundarios que presentan las estatinas y que han de tenerse en cuenta de cara al paciente mayor: “con las estatinas se da un aumento de incidencia de trastornos del ánimo y cognitivos asociados a hipocolesterolemia (bajos niveles de colesterol); también existe un riesgo de miopatía (afectación muscular) y mayor dependencia funcional, sobre todo en los pacientes más frágiles”. Debido a estos argumentos, puntualizó que desde la medicina se debería considerar el no iniciar el tratamiento con estatinas en pacientes con un índice de masa corporal menor que 18 kg/m2.
Cambios de dieta y hábitos: lo más eficaz
“Desde el punto de vista científico, no se ha podido constatar que se produzca un aumento de mortalidad por causa cardiovascular tras la retirada de estatinasa pacientes mayores”, indicó Fernández.
Para concluir, hizo hincapié en que la reducción del riesgo cardiovascular por el control de otros factores relacionados con los estilos de vida tiene mayor peso que la prescripción de estatinas; es decir, “actuando sobre la dieta, la actividad física, el consumo de tabaco y alcohol, el control de la hipertensión arterial y la diabetes en personas mayores, se obtienen más beneficios en la disminución de eventos vasculares”.
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