Redacción. Las Palmas
El Grupo San Roque ha invertido siete millones de euros en las obras de reforma, rehabilitación y ampliación de las instalaciones del Hospital San Roque de Las Palmas de Gran Canaria, lo que convierte al centro sanitario en un paradigma de la modernidad hospitalaria en la sanidad privada de esta comunidad.
La consejera de Sanidad de Canarias, Brígida Mendoza, con representantes del Grupo San Roque.
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La ampliación se ha hecho en vertical, construyendo sobre las plantas antiguas y salvando los desniveles para obtener unidades espaciales propias de un centro hospitalario del siglo XXI, de carácter totalmente funcional y completamente accesible para personas de movilidad reducida.
El plan ha sido elaborado y ejecutado por el arquitecto Javier González-Jaraba, que ha unido diseño e ingenio para lograr unir varios edificios independientes entre sí, algunos de ellos con más de 100 años de antigüedad, con el fin de integrar todos los servicios en una única infraestructura.
Pasos en la transformación del centro
El primer paso fue abordar el área de hospitalización, donde se crearon nuevas habitaciones, se aumentaron el número de las individuales y se incrementaron el tamaño de las dobles pero, sobre todo, pensando en las personas con movilidad reducida, superando la normativa, mientras ésta recomienda un baño adaptado por cada 30 camas; en Hospitales San Roque Las Palmas de Gran Canaria se han adaptado todas (las 167), al entender que el confort de las personas ingresadas y sus cuidadores es un valor diferencial.
Además, se ha cuidado hasta el último detalle para garantizar comodidad y seguridad al usuario. Desde la transformación de las habitaciones dobles, donde el ingresado tiene siempre su ropero y pertenecías en su ángulo visual, a los materiales, que se eligieron por su calidad, calidez y durabilidad sin reparar en costos a corto plazo.
En un principio, los edificios de hospitalización y control de Enfermería estaban separados, por lo que se han integrado, buscando la sensación espacial de estar en un mismo edificio y se ha ampliado el espacio destinado a Enfermería para optimizar la atención y la accesibilidad.
Imagen de una resonancia abierta del Hospital San Roque.
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El módulo ‘Las monjas’ se ha ampliado en 2.000 metros cuadrados (las actuales segunda, tercera y cuarta plantas), siendo la obra más costosa por las condiciones estructurales iniciales: salvar los desniveles con rampas imperceptibles, rehabilitar fachas antiguas e interconarlarlo con el nuevo edificio de consultas externas.
Del mismo modo se reubicaron las especialidades de Medicina Interna, Neurología, Neurofisiología y Cirugía Plástica para garantizar discreción y tranquilidad a los pacientes. Al igual que los laboratorios, ahora integrados en un mismo espacio hospitalario y muy próximos a los quirófanos, lo que responde a una demanda del personal sanitario con resultados muy positivos.
El servicio de Radiología se sitúa en el corazón del centro sanitario
Las pruebas diagnósticas son fundamentales para detectar qué patologías tienen los pacientes, ya bien sean atendidos en Urgencias, en régimen ambulatorio o aquellos que están hospitalizados.
La naturaleza estratégica de este servicio implica que debe estar espacialmente bien ubicado para favorecer tanto la eficiencia del trabajo del personal sanitario como la comodidad de los usuarios.
El servicio de Diagnóstico por Imagen de Hospitales San Roque Las Palmas fue el primero en incorporar una Resonancia de Alto Campo 3 Teslas –único en la provincia- y una resonancia abierta de muy alto campo -única en el archipiélago y una de las pocas que hay en España- que permiten realizar exploraciones de alta resolución no invasivas y obtener imágenes seccionales en cualquier plano del espacio mediante el procesamiento informático de las ondas electromagnéticas que emiten los núcleos de los átomos sometidos a un campo magnético.
Con motivo de las obras necesarias para alojar el cambio de las dos resonancias magnéticas, se aprovecho para reubicar eficientemente los espacios de atención al paciente y ampliar aquellos que requerían las nuevas máquinas, como los mamógrafos.
Así, se cambió la zona de recepción para que los usuarios tuvieran acceso también desde la calle trasera (Dolores de la Rocha), facilitando el trasiego de entrada y salida, y la de control para mejorar la visibilidad; igualmente se ampliaron significativamente las salas de espera, se separaron de las zonas de tratamiento, se dividieron en tres según la prueba diagnóstica a realizar y se dotaron de aire acondicionado con un resultado inmediato de mayor confortabilidad pero, sobre todo, se pusieron a nivel de calle.
Por otra parte, se consiguió un espacio con luz natural en la zona del TAC, logrando la calidad ambiental que requiere un hospital del siglo XXI tanto para el personal como para los usuarios.
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