Redacción. Madrid
Más de 150 millones de europeos padecen actualmente algún tipo de alergia —10 millones en España— y, para 2025, la mitad de toda la población se verá afectada por esta dolencia, según prevén expertos de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (Eaaci), quienes han expresado su preocupación por el significativo aumento de las mismas y han elevado a las instancias competentes la urgencia de priorizar la alergia en la agenda política de salud y medio ambiente de la UE para contar con un plan de acción sólido y conjunto, recomendación que Hospitales San Roque ha hecho suya y ha reforzado la especialidad de alergología en sus centros de Las Palmas –Vegueta y Vecindario; por un lado, porque esta patología está registrando una tendencia al alza en Canarias que ya a alcanza a casi el 30 por ciento de la población y, por otro, por el elevado número de visitantes europeos que recibe Gran Canaria y requieren de atención especializada para mitigar su molesto padecimiento.

La alergóloga de Hospitales San Roque, Simoneta Hernández.

"En nuestro organismo tenemos un sistema de vigilancia, el inmunológico, que permite que todo funcione de forma correcta y nos protege de virus y bacterias", explica la alergóloga de Hospitales San Roque, Simoneta Hernández; "cuando este sistema defensivo se equivoca, ocurre una respuesta desmedida contra sustancias con las que estamos en contacto de forma habitual, a priori inocuas, originando las reacciones inflamatorias que conocemos como alergia y afectan a todo el cuerpo".

Causas

No existe una única causa para que se desencadene: "Probablemente sea debido a una combinación de factores genéticos y ambientales (cambio climático, contaminación, alimentación, exposición a infecciones)", continúa la responsable de los servicios de alergología de HSR, "y se sabe que el estilo de vida occidental conduce a un descenso de procesos infecciosos en los primeros años de vida y menor exposición a elementos dañinos, lo que hace que nuestras defensas no se activen de forma adecuada y fallen en su misión de protegernos".

Las sustancias que suelen causar esta reacción corporal negativa, llamadas alérgenos, son los inhalantes (ácaros del polvo doméstico, pólenes, derivados dérmicos animales, esporas de hongos); alimentos (leche, huevo, frutas, frutos secos, pescados, mariscos…); el veneno de algunos insectos (abeja, avispa, mosquito); medicamentos (antiinflamatorios, antibióticos, anestésicos); ocupacionales o laborales (látex, harinas); y el níquel, cromo, perfumes o tintes por contacto con ellos. Las enfermedades alérgicas más frecuentes que producen son la rinitis (con o sin conjuntivitis); el asma; la urticaria; la dermatitis atópica y la de contacto; la alimentaria; por fármacos; y la anafilaxia (hipersensibilidad generalizada de aparición rápida y aguda que puede comprometer la vida). Aunque dependen del tipo de alergia, son síntomas característicos la secreción abundante de lágrimas y legañas; estornudos, picazón, congestión nasal y secreción acuosa; lesiones en la piel que pueden derivar en inflamación de labios y párpados; sequedad cutánea con picor intenso; diarrea frecuente y enrojecimiento ocular.

En Canarias el 80 por ciento de las alergias son respiratorias, consecuencia de nuestras particulares condiciones de temperatura y humedad, que favorecen la aparición de los ácaros del polvo. Sin embargo, este mismo factor evita el marcado componente estacional que se da en otros lugares, ya que "los pacientes están expuestos a ellos durante todo el año, mayormente en los colchones y las almohadas, por lo que los síntomas pueden aparecer en cualquier momento", señala la especialista de Hospitales San Roque.

En cuanto a las alimentarias —aumentando en los últimos años—, "los niños menores de cinco años desarrollan alergias principalmente a la leche y al huevo, con evolución natural hacia la tolerancia en la mayoría de casos"; mientras que los alimentos responsables de la enfermedad en adultos son fundamentalmente las frutas, los frutos secos y, "en el Archipiélago, sobre todo los mariscos", señala Hernández, quien ha observado en sus consultas de Las Palmas de Gran Canaria y Vecindario que es "la urticaria crónica la que mayor impacto tiene en la calidad de vida" del alérgico "porque no deja tener una vida normal: aparecen lesiones en la piel de forma espontánea e impredecible que obligan al paciente a recurrir a urgencias con frecuencia e, incluso, rehuir la actividad social".

Diagnóstico y tratamiento

Ante la sospecha de cualquier reacción alérgica "es fundamental la comunicación entre el médico y el paciente para realizar un buen diagnóstico, efectuar el control de los síntomas y establecer una pauta terapéutica que sea efectiva", aconseja la alergóloga, ya que "muchos no tienen una respuesta aceptable al tratamiento de elección y continúan manifestando síntomas". Para ser considerada alergia y no confundirla con otras patologías que despisten el diagnóstico, "debe haber una alteración del sistema inmunológico", reitera Simoneta Hernández, "por lo que en Hospitales San Roque disponemos de una serie de pruebas in vivo (cutáneas) e in vitro (laboratorio) gracias a las cuales la detectamos y elaboramos un plan adaptado a las necesidades del paciente que tiene en cuenta medidas de control ambiental (desalergenización), educación del paciente y su entorno, tratamiento farmacológico y con inmunoterapia (vacunas)".

Hospitales San Roque en Las Palmas fue incluido en el top ten del Monitor de Reputación Sanitaria (MRS) 2016 en el décimo puesto de los mejores hospitales privados del país, entre otras razones por su política de desarrollar una atención primaria de excelencia centrada en el paciente.