Viernes, 15 de abril de 2016 | Número 80 |
EN ÁLAVA |
IMQ Amárica lanza un programa de rehabilitación cardiaca |
Está dirigido a pacientes que han sufrido un episodio cardiaco o presentan factores de riesgo de padecerlo |
Redacción. Vitoria
El Centro Médico IMQ Amárica de Vitoria-Gasteiz, ha puesto en marcha un nuevo programa integral de rehabilitación cardiaca dirigido a pacientes que han sufrido un síndrome coronario agudo (infarto de miocardio o angina de pecho) o que, sin haberlo padecido, poseen factores de riesgo que hacen aconsejable una intervención terapéutica preventiva.
Dr. Nicolás Guerra, director de las clínicas IMQ.
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El programa tiene como principal objeto reducir a medio y largo plazo los índices de mortalidad de los síndromes coronarios agudos. La actuación sobre los pacientes tiene una duración media de tres meses, tiempo en el que se trabaja, fundamentalmente, el cambio hacia unos hábitos de vida saludable y la reintegración a la vida normal de la forma más rápida y segura posible.
Una de las principales características de la iniciativa es su actuación desde un enfoque cuádruple con la intervención de diferentes especialistas. En primer lugar, un cardiólogo determina y coordina el diagnóstico y tratamiento de la cardiopatía, abarcando dicho tratamiento tanto aspectos farmacológicos, como de rehabilitación y hábitos de vida.
El equipo rehabilitador se compone, además, de una psicóloga que trabaja con los pacientes en el control del estrés, la relajación y los aspectos ligados a los estados de ánimo. El cambio hacia unos hábitos de vida saludable continúa con la actuación de especialistas graduados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte que dirigen a los pacientes en ejercicios aeróbicos, de fuerza y de higiene postural en una escuela de la espalda. El círculo se cierra con la intervención de una doctora en Farmacia y Nutricionista, que valora al afectado desde el punto de vista nutricional y desarrolla una estrategia individualizada para la adopción de hábitos dietéticos y alimentarios sanos.
Reducir la mortalidad y alargar la supervivencia
Tal y como destaca Javier Pérez Asenjo, cardiólogo del Centro Médico IMQ Amárica, “nuestro trabajo se centra en devolver a los pacientes que han sufrido un evento coronario agudo a su actividad cotidiana anterior con el mayor nivel de independencia posible y de la forma más rápida y segura. Se trata de que vuelva a desarrollar con normalidad su vida familiar, laboral, social y sexual, pero con unos hábitos de vida más saludables”.
Desde el servicio de Cardiología se informa al paciente de las características de su enfermedad y de los factores y estilos de vida que le han llevado a sufrirla, “convirtiéndole en agente activo de su propia patología”. Según señala también Pérez Asenjo, “los estudios demuestran, de hecho, que los cambios en la actividad física y el estilo de vida tienen mayor impacto en la supervivencia que cualquier fármaco”.
Control del estrés y del estado de ánimo
El área psicológica tiene a Naiara Díaz de Cerio, psicóloga de IMQ, como responsable. “Llevamos a cabo un programa de tres meses con sesiones individuales para valorar la situación personal de cada paciente y varias sesiones a grupos muy reducidos. Valoramos el nivel de estrés y, muy especialmente, el estado de ánimo de los pacientes porque cuanto mayor es la variación en su estado de ánimo, mayor es la probabilidad de sufrir un episodio cardiovascular”.
En cuanto al estrés, “algunos pacientes tienen un nivel elevado de estrés ya de por sí en sus vidas, mientras que otros tienen un estrés derivado de haber sufrido un evento cardiovascular. El control del estrés puede prevenir recaídas y episodios cardiovasculares de estos pacientes. Por este motivo, en las sesiones explicamos distintas técnicas de relajación y de manejo del estrés que el paciente puede y debe aplicar fuera de la consulta”.
Quitar el miedo a volver a hacer una actividad física
Sara Maldonado, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte es la responsable del área de ejercicio físico del programa de rehabilitación cardiaca del Centro Médico IMQ Amárica. “Una vez que desde el servicio de Cardiología se han controlado los factores de riesgo, la medicación y se han llevado a cabo las pruebas de esfuerzo, los pacientes ingresan en un programa de 36 sesiones durante tres meses”.
En el área de ejercicio físico se trabaja de forma monitorizada con control de tensión arterial y frecuencia cardiaca antes, durante y tras finalizar cada sesión en grupos máximos de cuatro personas. El protocolo de cada sesión de ejercicio físico incluye: calentamiento, ejercicios aeróbico y de fuerza, diseñados de forma individualizada para finalizar con ejercicios de escuela de espalda y estiramientos.
Tal y como destaca Maldonado, “nuestra labor es esencial para que estos pacientes sean capaces de perder el miedo a realizar de nuevo ejercicio físico después de un evento cardiovascular. En tres meses somos capaces de observar mejoras muy significativas en la mayor parte de los casos, pruebas que son confirmadas con nuevas pruebas de esfuerzo al finalizar del programa. Además, estos pacientes asumen esta educación física y la incorporan como un hábito de vida saludable en la vuelta a su vida cotidiana”.
Aprender a comer de nuevo
La nutrición, aspecto esencial del programa, se confía a la doctora en Farmacia y Nutricionista, Mónica Martínez. “Lo primero que hacemos con el paciente es una valoración nutricional completa: se hace un estudio antropométrico, valorando el peso, la distribución de la masa grasa, la masa muscular, los perímetros abdominales y de cadera, etc. Después, los pacientes han de rellenar un cuestionario en el que valoramos su alimentación: tanto el contenido de las comidas como los hábitos alimenticios. Con todo ello, se elabora una plan de intervención individual enfocado a lograr una alimentación y unos hábitos de vida saludables”.
“Algunos pacientes necesitan bajar peso, otros ganar, otros han de reducir su masa grasa y otros han de aumentar su masa muscular; cada paciente es diferente”, expone la experta de IMQ. Durante los tres meses se hace un seguimiento, “reorientando la estrategia si es necesario. La idea es ir haciendo cambios en los hábitos alimenticios que sean sostenibles en el tiempo. Y, por supuesto, que perduren cuando termine el programa de rehabilitación”.
Programa de salud preventivo para personas con factores de riesgo
El cardiólogo Javier Pérez Asenjo recuerda que las enfermedades cardiovasculares dependen tanto del componente genético de cada individuo como de los factores ambientales de riesgo: “Si reducimos la exposición a esos factores de riesgo estamos ganando años de vida saludable para estas personas y estamos evitando también muertes prematuras. Por este motivo, hemos desarrollado un programa de salud dirigido a pacientes con factores de riesgo relevantes, como hipertensión arterial, sobrepeso, obesidad o diabetes. Para ellos, la participación en este programa de salud no sólo es importante, sino muy aconsejable”. |
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