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Jueves, 14 de mayo de 2015   |  Número 70
EN PORTADA
III Jornadas de Gestión Sanitaria Sedisa-Valdecilla
Innovación y calidad, dos claves para mejorar la eficiencia del sistema sanitario
La innovación en tecnologías sanitarias y en medicamentos ha permitido frenar el incremento de costes asistenciales y mejorar la calidad de vida de los pacientes

Redacción. Madrid
Para cumplir el objetivo de que los ciudadanos estén más sanos y alcancen unos mayores niveles de bienestar, calidad y esperanza de vida, es necesario innovar más e incorporar estas innovaciones en los sistemas sanitarios, dotándolos a su vez de calidad, eficiencia y resultados.

Manuel Vilches, director general del IDIS.

Toda mejora implica un cambio “y cuando hablamos de transformación es necesario recalcar que calidad e innovación son dos caras de la misma moneda, ya que cuando se sitúa a los pacientes en el centro como principales beneficiarios del sistema, ambas cualidades se convierten al unísono en una necesidad a tener en cuenta. Esta necesidad de cambio incide de forma directa en una mayor eficiencia y, por lo tanto, en una mayor sostenibilidad para el propio sistema y en una mejora de los resultados de salud”. Así lo ha asegurado Manuel Vilches, director general del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), durante las III Jornadas de Gestión Sanitaria Sedisa-Valdecilla ‘18 ideas transformadoras ante el futuro incierto’ que se están celebrando estos días en Santander.

Innovación en sanidad

La innovación es un elemento esencial para la evolución de la sociedad y la mejora de la competitividad de la economía. Y, si hay un sector en el que la innovación resulta esencial, ése es la sanidad, ya que afecta a uno de los aspectos más importantes para los ciudadanos: la atención de su salud. En este sentido, es importante resaltar cómo la innovación en tecnologías sanitarias y en medicamentos ha permitido frenar el incremento de costes de la asistencia; a modo de ejemplo, puede mencionarse la contribución que los fármacos para patologías cardiovasculares han tenido en la reducción de costes hospitalarios, estimada en 80 euros por condición tratada en el periodo 1995-2003.

Por otro lado, las tecnologías médicas aplicadas de manera correcta tienen un importante potencial para mejorar la productividad y la eficiencia de los sistemas sanitarios, supliendo déficits de personal, mejorando la salud de la población, permitiendo más años de vida productiva y conteniendo los costes sanitarios.

Efectivamente, éste es un ámbito en el que el sector privado tiene un papel clave, debido a que se esfuerza por seguir avanzando cada día con la aplicación de nuevos avances en tecnologías de comunicación e información y servicios. “Nuestra obligación es la de investigar, actualizar y apostar por tecnologías de calidad que mejoren el diagnóstico y el tratamiento del mismo. Entre los objetivos del sector sanitario privado está seguir invirtiendo en tecnología puntera en todos los ámbitos entre los que las tecnologías de diagnóstico seguirán siendo un área destacada de inversión en el sector”, comenta el director general de IDIS.

Y en este contexto, se puede mencionar que los hospitales privados realizan ya más de 1 millón de pruebas de resonancia magnética y 873.000 TAC. Asimismo cuentan con equipamientos tecnológicos innovadores (resonancia magnética de alto campo, TAC multicorte y técnicas híbridas como el PET-TAC o el PET-RNM) que permiten tener una mayor precisión diagnóstica, reducir los tiempos de medición y aumentar la seguridad del paciente, entre otros beneficios.

A nivel asistencial, los hospitales de la sanidad privada llevan a cabo un volumen muy significativo de actividad en especialidades complejas tales como neurocirugía, traumatología u otorrinolaringología; mientras que a nivel de tratamiento es destacable el papel que ocupan técnicas como la radiocirugía y la cirugía robótica.

La calidad como elemento estratégico y transformador

La calidad de los servicios sanitarios contempla el resultado de las políticas sanitarias, de hacer bien lo correcto, de la imagen de la organización y de resultados globales de satisfacción por parte del personal o el usuario final.

Para Manuel Vilches, “la calidad de los procesos y procedimientos, la innovación disruptiva e incremental, los profesionales sanitarios y la lógica del modelo asistencial adaptado a los tiempos configuran los cuatros ejes sobre los que deben pivotar los resultados en salud, debido a que ellos por sí mismos, conforman el parámetro más relevante de una asistencia centrada en el paciente”.

Actualmente son muchos los centros asistenciales que cuentan con algún tipo de certificación que muestra y corrobora su apuesta decidida por la calidad y sus atributos. Sin embargo, es difícil disponer de una estrategia de calidad que indique cuál es el horizonte y hacia dónde se dirige como organización, en definitiva, cuál es la senda de la calidad que ha elegido y en qué lugar se encuentra.

“Desde IDIS somos conscientes de que no existe todavía un sistema universal y unánimemente aceptado de reconocimiento de la calidad en el ámbito asistencial. Por ello, hace unos meses pusimos en funcionamiento el sistema de Acreditación QH (Quality Healthcare) de reconocimiento a la excelencia en calidad asistencial, que pondera los atributos de calidad y seguridad de los centros asistenciales en España, junto con la colaboración de la Sociedad Española de la Calidad Asistencial (SECA) y la Asociación Española para la Calidad (AEC)” explica el director general de IDIS.

En esta línea, desde el pasado mes de febrero cualquier organización sanitaria asistencial puede acceder a la plataforma https://www.acreditacionqh.com creada para valorar los méritos de dichas entidades en el área de la calidad y comprobar, mediante la cumplimentación de un amplio formulario autoevaluativo, su posibilidad de optar a la Acreditación QH. Si una vez rellenado el cuestionario la organización es apta para lograr esta acreditación, le será comunicado y se le solicitará copia de todas las certificaciones disponibles para que un Comité Auditor de amplia representación asigne el nivel alcanzado por la Organización Sanitaria. Este sistema establece la identificación con un sistema progresivo que va desde la QH básica a la QH con una, dos o tres estrellas.

Si queremos que la innovación y la calidad formen parte de una sociedad avanzada como la nuestra es fundamental que todos los recursos sanitarios sean aprovechados al máximo, logrando una integración entre los sistemas público y privado que contribuya al mantenimiento de los servicios sanitarios para la población, de forma universal y con los mejores resultados de salud posibles. “Si sabemos trabajar al unísono, en la misma dirección y con el mismo fin, la mejor asistencia posible al paciente, podremos continuar desarrollando un sistema sanitario solvente, sostenible y de excelencia para todos” finaliza Manuel Vilches.

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