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Martes, 24 de marzo de 2015   |  Número 68
SANIDAD AL DÍA
Cátedra Áliad sobre Salud y Excelencia
La higiene de manos es la medida preventiva más importante para evitar la transmisión de infecciones
Expertos del Servicio de Medicina Preventiva de La Paz coinciden en sus conclusiones: lavarse las manos para atender a un paciente es la acción de prevención más importante contra las infecciones

Redacción. Madrid
El acto de lavarse las manos es el mecanismo de prevención más importante que puede llevar a cabo el personal sanitario para evitar la transmisión de infecciones. Esa ha sido la principal conclusión a la que han llegado expertos médicos y enfermeros del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario La Paz de Madrid durante la Jornada de la Cátedra Áliad “Salud y Excelencia”, celebrada en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. En el encuentro, los profesionales han explicado las mejores técnicas de prevención y control ante patógenos emergentes durante la atención sanitaria.

Ana Robustillo, Paloma Ortega, Julio González y David Martínez.

En su apertura, el acto ha contado con la presencia de Paloma Ortega, vicedecana de la Facultad de Medicina de esta universidad, Julio González Bedia, director general de Áliad, David Martínez, director de la Cátedra Áliad, y Ana Robustillo, jefa del Servicio de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital Universitario La Paz de Madrid, quienes han sido los encargados de dar la bienvenida a los asistentes al acto, profesionales prevencionistas de hospitales públicos y privados de la Comunidad de Madrid.

Verónica Pérez, médico adjunto de Medicina Preventiva del Hospital La Paz, ha explicado los resultados de los últimos estudios en cuanto a la evidencia científica sobre la importancia de la higiene de manos, con datos como que en Europa las infecciones relacionadas con la asistencia sanitaria alcanzan una prevalencia del 4,6 al 9,3 por ciento, lo que supone que cada año haya 5 millones de infecciones, o lo que es lo mismo, 25 millones de días de estancia hospitalaria extraordinaria y unos costes que alcanzan unos 24.000 millones de euros al año.

“En Europa, la mortalidad bruta directamente atribuible a infecciones nosocomiales representan el 1 por ciento, unos 50.000 fallecimientos al año”, ha destacado Pérez. La mayor parte de las infecciones relacionadas con los centros hospitalario (un 40 por ciento) se deben a las bacterias en catéteres intravenosos, y otro 40 por ciento en enfermos con ventilación mecánica. “las manos del personal sanitario son el principal mecanismo de transmisión de estas infecciones, por lo que una higiene adecuada es la medida de prevención más importante para evitar su transmisión”, ha sentenciado la facultativa.

El lavado de manos, impulsado en el siglo XIX

Ya en el siglo XIX, Semmelweis fue el primer científico en probar la eficacia de esta técnica en un hospital de maternidad, donde consiguió bajar vertiginosamente la mortalidad de madres y bebés, institucionalizado el lavado de manos con agua y jabón en los profesionales sanitarios que atendían los partos.

Actualmente, se ha detectado una mayor efectividad con el uso de soluciones alcohólicas, que reduce el tiempo de eliminación de las bacterias de los 40 a los 60 segundos que precisa el lavado de agua y jabón a la mitad, de 20 a 30 segundos. Para ello, es necesario disponer de dispensadores de solución hidroalcohólica a pie de cama, en lugares estratégicos y en el propio bolsillo del trabajador.

El hábito de lavarse las manos es un tema cultural y debe adoptarlo todo el personal sanitario. Un estudio de 2007 revela que el 12,4 por ciento de los profesionales se levaban las manos antes de atender al paciente y, en cambio, el 14,7 por ciento sí lo hacía tras atender a esa persona. La Organización Mundial de la Salud (OMS) está promoviendo la necesidad de intervenciones educativas, la inversión en recursos, en formación continuada y que los pacientes se conciencien y exijan a su médico o enfermera que se laven las manos antes de atenderles.

Cinco momentos para realizar este acto

Por su parte, María Cruz Nájera, enfermera del Servicio de Medicina Preventiva de La Paz, ha realizado una demostración práctica del correcto lavado de manos y ha explicado los cinco momentos que la OMS identifica para efectuarlo.

El primero de ellos, es antes del contacto con el paciente, para prevenir el riesgo de contaminarle. El segundo, antes de realizar una tarea aséptica (como atención bucal, aplicación de un colirio, atención de lesiones cutáneas, preparación de alimentos, manejo de medicamentos, etc.) para prevenir el riesgo de inocular a esta persona.

El siguiente paso vendría después del riesgo de exposición a líquidos corporales, como aspiración de secreciones, manipulación de muestras de fluidos, o eliminación de orina o heces, para prevenir el riesgo de diseminación. El cuarto momento viene después de haber tocado al paciente (como dar la mano, ayudarle a ir al baño, darle un masaje, etc.). El quinto y último se produce después del contacto con el entorno del paciente como, por ejemplo, tras hacerle la cama o ajustar la posición de la misma, o simplemente tras despejar su mesilla.

Además de estos cinco pasos, el personal sanitario deberá llevar las uñas cortas, sin esmalte y limpias, y nunca llevar uñas postizas, reloj, pulseras o anillos. También se aconseja usar emolientes y lociones, ya que una piel protegida transmite menos infección. En esta línea, Nájera resaltó que “el uso de guantes no sustituye el lavado de manos”.

El grado de cumplimiento de esta técnica en los sanitarios

A continuación, la supervisora de Medicina Preventiva de este hospital, Pilar Elola, ha explicado la importancia que tiene la observación para determinar el grado en que los profesionales asistenciales cumplen la higiene de manos y expuso la metodología de observación que sigue el centro, basada en tres términos fundamentales: indicación, oportunidad y acción.

En este sentido, ha indicado que “las reglas de la observación exigen recoger datos de forma anónima, informar sobre lo que se ve, que el observador no interfiera en el trabajo y evitar la observación en situaciones extremas. Todos estos datos se recogen de forma fiable e imparcial y se realiza el posterior análisis”.

Para finalizar la jornada, Elola y Nájera han celebrado un taller práctico, de se ha enseñado, a través de diversos vídeos, a identificar las oportunidades de cumplimiento de la higiene como elemento de seguridad del paciente durante la atención de los mismos.

 

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