Martes, 19 de enero de 2021   |  Número 132
"La sanidad privada ha sido una pieza fundamental para controlar el Covid-19"
De Benito explica la labor de este sector en la lucha contra la pandemia y los retos de la privada para este año
Ángel de Benito, secretario general de la Fundación IDIS.

El sistema sanitario en España se ha enfrentado en el último año a una de sus mayores crisis: la provocada por el Covid-19. Una pandemia que, tal y como pone de manifiesto el secretario general de la Fundación IDIS, la privada ha tenido un papel clave y relevante. A través de sus 11.000 centros asistenciales y sus cerca de 270.000 profesionales, este sector ha contribuido a frenar las sucesivas olas y ahora se ofrece en la campaña masiva de vacunación. Asimismo, de cara a futuras epidemias, el IDIS propone la creación de una Agencia Estatal de Salud Pública para coordinar a todos los niveles otras situaciones similares a las provocadas por el coronavirus en el último año.

España encara la tercera ola de coronavirus, ¿cuál ha sido el papel de la sanidad privada a lo largo de la pandemia? ¿De qué manera ha colaborado para combatir al virus?

La sanidad de titularidad privada que da cobertura a cerca de 11 millones de españoles está siendo una pieza fundamental en el control de esta nueva pandemia, nuestro objetivo es salvar vidas y contribuir a mejorar la calidad de vida y bienestar de nuestros pacientes.

En general en la sanidad y en particular en esta pandemia todos sumamos y por lo tanto formamos parte de la solución, desde los centros asistenciales de titularidad privada (468 hospitales, más de 11.000 centros asistenciales y cerca de 270.000 profesionales) pasando por las empresas de aseguramiento, la industria farmacéutica, la tecnológica y biotecnológica, las organizaciones de consultoría y servicios y los propios medios de comunicación que también son agentes de salud y ejercen una función clave.

La forma de colaboración desde el sector privado comprende todos los escalones del proceso asistencial, desde la prevención, pasando por el diagnóstico, el tratamiento y la monitorización tras el alta, así como el compromiso responsable mediante iniciativas de acción social de enorme trascendencia y calado.

Desde un punto de vista cuantitativo los hospitales privados han atendido, tan solo en la primera ola, más de 22.000 pacientes ingresados (19 por ciento del total) y 1.100 pacientes en UCI (11 por ciento). También se ha desarrollado la teleconsulta para sus pacientes, y la orientación psicológica. Las compañías de seguros han contribuido ampliando sus coberturas de las pólizas de salud para cubrir los gastos de este proceso (ya que inicialmente no está previsto el gasto en caso de pandemia), y aportando 37 millones de euros para un seguro para sanitarios, las empresas farmacéuticas están demostrando un impulso “descomunal” para conseguir disponer de vacunas en tiempo récord, y las tecnológicas han desarrollados material y respiradores en cantidades enormes, además de un corredor sanitario que ha facilitado la llegada del material imprescindible.

Ahora nos enfrentamos a uno de los mayores retos: la vacunación masiva de la población. ¿Cómo puede la sanidad privada colaborar para alcanzar las mayores tasas de inmunización entre el sector?

Prestando toda su estructura y personal sanitario especializado para agilizar el proceso de vacunación. La clave está en la voluntad de los gobiernos, en la coordinación de los diversos agentes implicados y en la formación de aquellos profesionales que vayan a estar involucrados. En definitiva, en la anticipación y en el diseño de una estrategia integral e integradora que no sea excluyente. El objetivo fundamental siempre ha de ser el paciente y su entorno y en este caso que hablamos de prevención primaria, el ciudadano, la sociedad en su conjunto es la clave y por ello hemos de prestarle la protección que precisa de una forma ágil, pronta y eficaz. El sector privado pone a disposición de las comunidades y de la sociedad sus miles de profesionales, de forma gratuita, para alcanzar, junto a la sanidad pública, esa imprescindible inmunidad de rebaño cuanto antes.

¿Cómo ha afectado la crisis del Covid-19 a la sanidad privada?

Vivimos la presencia del virus con gran preocupación y ocupación, es decir, tratamos de prever y de abordar los problemas que surgen mediante estrategias claras contando con la inestimable colaboración e implicación de todos nuestros profesionales. Un aspecto que hemos tenido que acometer es el de la continuidad asistencial en todos aquellos procesos no Covid-19, la enfermedad no cesa y hay muchos pacientes que padecen otro tipo de procesos, agudos y crónicos que hemos de atender con la misma presteza, calidad y seguridad que merecen y a la que están acostumbrados, aspectos que junto a la personalización, eficiencia y resultados sanitarios y de salud forman parte de nuestra propia idiosincrasia y razón de ser.

En números, ¿qué coste esta pandemia para el sector?

Indudablemente una cantidad muy relevante si tenemos en cuenta la primera fase de la pandemia en la que había un mando único centralizado que puso a disposición de la sociedad toda la infraestructura sanitaria, pública y privada al servicio del control de la pandemia. Esto significó por un lado asumir costes fruto de las derivaciones de pacientes de la sanidad pública, de la cesación de la actividad programada y de las consultas, todo ello, unido al temor inicial de los pacientes afectados por otras patologías a acudir a un centro asistencial ha supuesto un impacto económico muy relevante en los diferentes centros asistenciales que en algunos casos ha llegado a comprometer su viabilidad. Estas cifras han sido puestas de manifiesto por nuestra patronal de forma reiterada, pero continúa sin resolverse la compensación en buena parte de los territorios.

¿De qué manera valora el trabajo de los profesionales sanitarios que han estado en primera línea de batalla?

Como no puede ser de otra manera muy positivamente, excepcional, creo que excediendo con creces las mejores previsiones. La profesionalidad y el compromiso está siendo digno de todo reconocimiento, muestra fehacientemente de que son imprescindibles no solo en el control y erradicación de esta pandemia, sino en su derivadas y consecuencias a todos los niveles. Recordemos el silogismo, sin salud no hay economía y sin economía no hay salud, pues bien, los profesionales sanitarios contribuyen de forma determinante a proteger ambos conceptos íntimamente relacionados; por ello cuidar a quienes nos cuidan en toda la extensión de la frase es clave. Esta reflexión la hago extensible no solo al personal médico, de enfermería, auxiliar y administrativo, sino a todos aquellos profesionales que trabajan por la protección y cuidado de la salud, me refiero también a investigadores, farmacéuticos, psicólogos, asistentes sociales, cuidadores y así hasta un largo etcétera.

¿Cree que se ha gestionado de manera adecuada la crisis sanitaria en nuestro país? ¿Qué aspectos de mejora propone la sanidad privada?

Es cierto que ha sido un tsunami para el que ningún país estaba preparado, y aquellos países que no habían tenido la avalancha de casos que tuvimos en la primera ola, ahora están también desbordados. En una situación así se han tenido que tomar decisiones sin experiencia previa. Se han cometido errores y por supuesto también aciertos, ahondar ahora en la falta de previsión, de coordinación, de apriorismos ideológicos o de protagonismos no es el caso, tiempo habrá pasados estos momentos cruciales para ello. En cuanto a los aspectos de mejora creo que van implícitos en esta reflexión y en los 10 puntos del manifiesto “por una mejor sanidad” que acabamos de lanzar desde la Fundación IDIS, diez principios que consideramos imprescindible abordar para disponer de un sistema sanitario perfectamente preparado y equipado para afrontar los enormes retos que nos depara el futuro.

De cara a futuras pandemias, ¿está el Sistema Nacional de Salud (SNS) preparado para hacerles frente?

Creo que hay que aprender de la experiencia para tratar de no cometer los mismos errores. Como he comentado, en el manifiesto que hemos puesto a disposición de la sociedad desde la Fundación IDIS buscando adhesiones y suma de voluntades, su primer principio refiere como necesidad la creación de una Agencia de Salud Pública y de un plan frente al rebrote de esta pandemia y de otras que puedan surgir en el futuro.

En este sentido consideramos necesario desarrollar la Ley General de Salud Pública y poner en marcha la Agencia estatal de Salud Pública, promovida por el Estado y las CCAA, que coordine y controle tanto las medidas de Salud Pública (vigilancia epidemiológica y control de enfermedades), como las medidas de prevención contra los factores de riesgo de la población o el control de la calidad asistencial y el acceso a los recursos de forma equitativa. Una Agencia de Salud Pública que tiene que dotarse de medios y que debe de estar en constante relación y coordinación con las autoridades autonómicas pero que debe de ser la máxima autoridad con respecto a estas materias. Hay que diseñar un protocolo de actuación específico ante la notificación de alertas internacionales o nacionales con la intención de clarificar, sin género de duda, la coordinación entre el Estado y las CCAA de todas las medidas y procesos necesarios para afrontar las crisis desde el principio.

Más allá del Covid-19, ¿en qué proyectos de envergadura trabaja el IDIS de cara al próximo año?

Nuestro reto y objetivo fundacional continúa siendo el de poner en valor la realidad de la sanidad de titularidad privada ante la sociedad y contribuir a generar un sistema sanitario único, con una doble provisión y aseguramiento de carácter sinérgico, que diseñen estrategias y establezcan modelos de colaboración mutua adecuados que sean capaces de mejorar el acceso, la equidad, la eficiencia, impulsar la calidad asistencial y conseguir los mejores resultados sanitarios y de salud, de ahí el manifiesto con los diez principios que he comentado.

En este sentido, además de los informes y estudios de análisis que impulsamos y desarrollamos anualmente promovemos iniciativas de calado en áreas como la interoperabilidad (lanzamos la receta electrónica privada y nuestro foco es la interoperabilidad de la historia clínica del sector privado), la cooperación privada-pública y la innovación médico asistencial. Por otro lado, plantear iniciativas y proyectos que integren y faciliten la participación de todos nuestros miembros es también clave en nuestra estrategia.

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