Redacción. Madrid
La calidad asistencial es más que una prioridad para el sector sanitario privado. En este sentido, la identificación de áreas de mejora y nuevas soluciones sigue una tendencia en alza, habiéndose convertido ya en un aspecto fundamental para conseguir la satisfacción de las necesidades y expectativas de los pacientes. “Esta dimensión es un “deber” de las organizaciones sanitarias y un derecho de los propios pacientes, puesto que la calidad supone una palanca de primer orden para conseguir los mejores resultados en salud, que en definitiva es lo más importante (el 25 por ciento de nuestra salud en cómputos numéricos se debe al propio sistema)”. Así lo ha manifestado Adolfo Fernández-Valmayor, presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración (Fundación IDIS), durante su intervención en la mesa redonda “La evaluación de la seguridad del paciente en conciertos y concesiones” celebrada en el marco del 6º Congreso Nacional de Inspección de Servicios Sanitarios.
Adolfo Fernández-Valmayor, presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración.
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La calidad asistencial es un equilibrio entre lo que el paciente espera (en función de sus necesidades, expectativas, riesgos de la técnica, riesgos y beneficios de la atención) y lo que el paciente debe recibir en función de conocimientos, tecnología existente y recursos disponibles. Para el presidente de IDIS “la calidad asistencial tiene que ser eficiente, eficaz, equitativa, accesible, puntual y centrada siempre en el paciente. Además debe contemplar la investigación, la formación, los sistemas de notificación y prácticas seguras para procurar siempre por la seguridad del paciente”.
El Estudio RESA 2016, desarrollado por la entidad, muestra que los centros privados presentan unos excelentes resultados en atención asistencial, accesibilidad, calidad y seguridad del paciente. Así, por ejemplo, se puede destacar que, en su compromiso por mejorar la seguridad del paciente, tiene implantado el protocolo de higiene de manos en el 92 por ciento de los hospitales, el check-list quirúrgico, en un 87 por ciento, y el de identificación de problemas relacionados con la medicación, en el 79 por ciento de los centros. Para Fernández-Valmayor, “el sistema sanitario privado presenta excelentes resultados de salud, hay indicadores como es el caso de la tasa de supervivencia en pacientes ingresados por síndrome coronario agudo, del 98,2 por ciento, el ratio más que significativo de realizar el 91 por ciento de cirugías de cadera en menos de 48 horas, los tiempos de intervención en cáncer de pulmón, colon y mama de 19, 14 y 18 días respectivamente, la estancia hospitalaria media de 3,2 días o el tiempo de espera en urgencias de menos de 30 minutos”.
Proyecto de interoperabilidad
El paciente es el propietario de sus datos de salud y debe poder transitar entre sistemas de provisión e intercentros con absoluta libertad y con todas las garantías de que sus datos puedan ser revisados e interpretados en el ámbito sanitario que él elija y por el profesional sanitario que voluntariamente seleccione. En este sentido desde la Fundación IDIS se ha puesto en marcha un nuevo proyecto en este ámbito vanguardista y disruptivo. Una iniciativa que propone un modelo de interoperabilidad organizativa, el cual persigue posicionar al paciente en el centro de los procesos, sumar el mayor número de organizaciones sanitarias posible y materializar los grandes beneficios potenciales que se ofrecen para todos los agentes implicados.
La accesibilidad a la información clínica, la mejora de la continuidad asistencial y la facilidad de movilidad del paciente en el sistema sanitario son algunos de los principales beneficios y oportunidades que plantea la interoperabilidad. En una segunda fase la Fundación lDIS está culminando un proyecto que confirmará sin duda las ventajas y oportunidades de esta iniciativa.
La Acreditación QH, la base de todo
La sanidad privada española lleva tiempo apostando por la implantación de sistemas de calidad asistencial y de seguridad del paciente, ya que ofrecer un servicio con un nivel garantizado de calidad debe ser una prioridad, con el fin de dar respuesta en resultados a los pacientes. Es más, para muchos centros sanitarios la calidad y la búsqueda de la excelencia se han convertido en una filosofía de trabajo, en marca de la empresa. Las acreditaciones otorgan, por un lado, visibilidad al esfuerzo que realizan las organizaciones sanitarias en la senda de la calidad y, por otro, confianza a pacientes y familias; y, paralelamente, contribuye a la consecución de los mejores resultados de salud posibles
La acreditación de calidad QH (Quality Healthcare), impulsada desde la Fundación IDIS, es un modelo que integra los diferentes sistemas de acreditación existentes y que recientemente ha celebrado su tercer acto de entrega, contando ya con un total de 80 hospitales acreditados. “Este Indicador Sintético de Calidad aúna criterios y los acerca al paciente, ayudando a construir un futuro común para un sistema sanitario integrado”, concluye. |