Viernes, 20 de septiembre de 2019   |  Número 117
La tecnología sanitaria, un aliado estratégico
Por Margarita Alfonsel, secretaria general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin)
Tribuna

El sistema sanitario se encuentra en un momento complejo aunque también apasionante. Por un lado, las innovaciones médicas y tecnológicas han supuesto un paso de gigante para el avance en la detección, diagnóstico y tratamiento de muchas enfermedades y para la eficiencia del sistema. Pero al mismo tiempo, a la hora de poner dichas innovaciones al alcance de los pacientes, nos enfrentamos al desafío de hacer sostenible su incorporación y superar dificultades en un entorno de financiación insuficiente. Ya se han dado pasos importantes en este sentido que revelan que las innovaciones médicas cada vez son contempladas, no como un gasto, sino como una inversión necesaria.

Con el fin de hacer compatibles ambos objetivos - seguir avanzando en innovación y hacerla accesible – es necesario que todos los agentes sanitarios trabajemos para que se tome conciencia del valor de las soluciones tecnológicas. Es cierto que nadie duda de su aportación a la mejora de la salud, la prevención, la cura de la enfermedad y al aumento de la calidad de vida. Todos sabemos que contribuyen de manera decisiva a la mejora del diagnóstico y a disponer de tratamientos más precisos y eficaces, con técnicas cada vez menos invasivas que reduzcan los efectos adversos y los tiempos de hospitalización y más pensadas para la comodidad y seguridad del paciente. Pero, además de esta aportación a la salud, cabe tener presente que generan ahorros al sistema y que suponen un motor de crecimiento económico.

Para poner estas innovaciones al alcance de los pacientes es fundamental que toda la red de centros sanitarios y hospitales, tanto del ámbito público como privado, apuesten por la tecnología médica. Ambos planos constituyen un único sistema sanitario y solo mediante una coordinación entre ellos, con el trabajo colaborativo y aprovechando sinergias, será posible avanzar en beneficio de los pacientes. De hecho, la colaboración público-privada ha demostrado ser una respuesta factible a los presupuestos insuficientes. Las empresas privadas del sector han sabido adecuarse, en los últimos años, como un colaborador necesario que, además de ofrecer innovación y eficiencia, contribuyen a favorecer la sostenibilidad del sistema.

Estas fórmulas de colaboración ayudan a descargar los servicios públicos, generan economías de escala, aportan eficiencia y calidad a la prestación sanitaria y mejoran la provisión de servicios de salud a los ciudadanos. Será necesario avanzar en la evaluación de los beneficios generados con este tipo de acuerdos y que la Administración, tanto estatal como autonómica, apueste de manera decidida por esta colaboración y, más allá de invertir recursos, gestione, planifique y supervise la provisión de servicios públicos, en coordinación con el sector privado.

En Fenin consideramos que todos los implicados en la Sanidad - decisores, profesionales, gestores, hospitales, empresas, universidades, sociedades científicas y pacientes – deberíamos estar alineados en la convicción de que hay que remar en la misma dirección para que pacientes y profesionales cuenten con la mejor tecnología sanitaria posible. Las compañías de tecnología sanitaria trabajan con compromiso y profesionalidad para ser consideradas por todos ellos, no como mero proveedor de productos y servicios, sino como un aliado estratégico para la eficiencia de los procesos y la mejora de la calidad y seguridad en la atención a los pacientes.

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