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Viernes, 14 de julio de 2017   |  Número 94
tribuna
POR Gema Moreno, asesor jefe del Laboratorio de Investigación Traslacional DE MD Anderson Cancer Center Madrid
Lo importante no es dónde se investiga, sino qué se investiga
 
Actualmente, a modo de ejemplo, todo oncólogo sabe que el mejor tratamiento para intentar frenar la progresión de un cáncer de mama con receptores de estrógeno positivos es la terapia hormonal, pero han sido necesarios muchos años de investigación para que nadie ponga en duda este conocimiento. Una investigación que comenzó con la identificación de un posible biomarcador, continuó con un ensayo en modelos animales, siguió con un estudio en seres humanos y culminó finalmente con la constatación de su eficacia y su traslado a la práctica clínica habitual. Pero este proceso, que tiene actualmente una media de traslación de diez años, está hoy día limitado por la falta de presupuesto para el desarrollo de proyectos competitivos que ayuden a cambiar el curso de una enfermedad tan prevalente como el cáncer.

Gema Moreno, asesor jefe del Laboratorio de Investigación Traslacional de MD Anderson Cancer Center Madrid.

Según los ya conocidos datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, en 2020 aproximadamente uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrá cáncer, unas cifras que hablan por sí solas. Investigar en cáncer no es solamente importante, sino que es esencial y prioritario, ya que es la única manera que tenemos de intentar entender un problema de esta magnitud que, además, lejos de reducirse, aumenta cada año en parte debido al envejecimiento poblacional. No vamos a poder afrontar esta epidemia si no es con investigación y, para ello, es necesario invertir más en I+D+i. Sin inversión en investigación, un país no avanza.

La inversión en investigación significa inversión en proyectos de investigación básicos, ensayos clínicos, sueldos de investigadores y un largo etcétera de recursos que no se cubren y que provocan la fuga de cerebros, una realidad que existe y va a seguir existiendo ya no solo por la escasa financiación, sino también por el papel desdibujado del investigador en España, una figura situada en tierra de nadie. La población identifica al médico, pero no al investigador que le provee, al menos en parte, de las herramientas que se utilizan en la consulta, algo en lo que creo que los investigadores tenemos mucha parte de culpa, ya que no hemos sabido transmitir en muchas ocasiones qué significan y aportan realmente algunos de los avances más importantes en cáncer que se llevan a cabo en el laboratorio.

Además, tenemos que dejar atrás la diferenciación arcaica entre investigación pública e investigación privada para hablar de investigación global y en mayúsculas. Tenemos que cambiar el chip y preocuparnos menos de dónde se hace la investigación y más de realizar una investigación de calidad, con rigurosidad y seriedad. No podemos cercar la investigación en un entorno público o en un entorno privado, no podemos limitar el ámbito de esta manera, esto va más allá. Y esto, que en otros países es una realidad, en España aún cuesta asumirlo.

Pero la responsabilidad de esta situación no es solo del gobierno, sino también de nosotros mismos. En Estados Unidos, no es raro ver un centro de investigación financiado por una empresa privada o por una familia, pero en España, aunque ha empezado a movilizarse, estácostando más. Entendemos la importancia de la investigación y comprendemos que es necesaria, pero a día de hoy aún hacemos muy poco por ella.

No puedo dejar de destacar la labor que en este sentido hace, como ejemplo, la Fundación de la Asociación Española Contra el Cáncer, cuyas ayudas están siendo muchas veces vitales para llevar a cabo una investigación de calidad y con transparencia. Gracias al dinero de las donaciones que recoge esta asociación, muchas ideas han podido cristalizar en proyectos que hoy día pueden ser el pilar de avances significativos en cáncer. En este sentido, por ejemplo, MD Anderson Cancer Center Madrid recibió un proyecto coordinado en colaboración con otros hospitales como el Hospital Universitario Vall d’Hebron, el Arnau de Vilanova y el Complejo Hospitalario de Santiago de Compostela para avanzar en la investigación en cáncer de endometrio, el tumor ginecológico más frecuente. Sin este tipo de ayudas dicho proyecto no se hubiera llevado a cabo.

Todo este compromiso con la investigación se ve reflejado en el trabajo diario de la Fundación MD Anderson Cancer Center España, que tiene por objeto contribuir a erradicar el cáncer y las enfermedades relacionadas, a través de sus propios trabajos de investigación –tanto básica como clínica–, impulsando la formación de estudiantes y especialistas, y del público en general, en todas las materias que tengan relación con el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.

 

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