Los adolescentes con diabetes se encuentran a diario, y en diferentes ámbitos, con dificultades para un correcto manejo de su diabetes. En concreto, en el ámbito sanitario son varias sus demandas y sugerencias para mejorar la atención en consulta. Por ejemplo, consideran importante que el endocrino se dirija en primera instancia a ellos, en lugar de a sus padres. Y cuidar tanto la relación como la forma de relacionarse con el adolescente es fundamental para, en última instancia, favorecer el correcto control de la enfermedad.
Esto lo corrobora Iñaki Lorente, psicólogo y miembro del Consejo Asesor de la Fundación para la Diabetes Novo Nordisk (FDNN), quien explica que, “solamente cuando existe buena relación entre el profesional y el paciente, en especial en la adolescencia, el primero está en condiciones de influir positivamente y de colaborar con la adhesión al tratamiento del segundo. Por eso es tan importante cultivar y alimentar el vínculo terapéutico”.
Así, durante el webinar Atención al adolescente con diabetes en consulta: ¿cómo afrontar el reto?, organizado por la FDNN con el aval de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica (SEEP) y la Asociación Española de Pediatría (AEP), este experto ha presentado el documento Recomendaciones para el especialista por el propio adolescente.
Dicho material proporciona a los endocrinólogos pediátricos herramientas eminentemente prácticas y de fácil ejecución para aprender a tratar al adolescente con diabetes adecuadamente si se pretende servirle de ayuda. Al respecto, Iñaki Lorente, autor del mismo en colaboración con el Consejo Asesor Juvenil de la FDNN, manifiesta que, “nuestro deseo es que el profesional reflexione y, en caso de precisarlo, le sirva para incentivar el cambio de algunas de las cuestiones relacionadas con la atención a los adolescentes. Además, todo lo hemos hecho desde el reconocimiento y respeto hacia la labor que realizan”.
Una forma particular de interacción
“La adolescencia es una etapa de riesgo para el buen control de la diabetes. A estas edades suelen entrar en juego conflictos con los padres quienes, generalmente, hasta entonces se hacían cargo de la diabetes. Asimismo, los adolescentes se suelen debatir entre la dependencia y la autonomía y, no olvidemos que en la diabetes es quien la tiene quien debe aprender a gestionarla”, señala Iñaki Lorente.
Otras de las cosas que los adolescentes con diabetes sugieren a sus médicos que tengan en cuenta cuando están en la consulta son: no coger el teléfono, decirles tanto los aspectos positivos como los negativos, repasar todos los datos médicos y no sólo los de la última semana, no utilizar palabras demasiado técnicas o antes de iniciar la entrevista, preguntarle si tiene algo importante que comentar.
En opinión de Lorente, “son “quejas” francamente sensatas que, si el profesional las tiene en cuenta, aumentarán el poder para influir y, por tanto, ayudar a sus pacientes adolescentes. Sobre todo, porque son fáciles de realizar y no implican más tiempo”.
Desde su experiencia como psicólogo experto en diabetes, considera que, “los psicólogos tenemos mucho que aportar en un equipo multidisciplinar para la gestión de la diabetes. El éxito del control de esta enfermedad pasa por un abordaje biopsicosocial”.
Las dificultades del control metabólico en los adolescentes
También es un reto en los adolescentes con diabetes su control de la enfermedad dentro de los objetivos. Sólo el 20% de los chicos de 12-16 años y el 18% de los mayores de 16 años cumplen el objetivo glucémico propuesto por la Sociedad Internacional de Diabetes Pediátrica y del Adolescente (ISPAD). Así lo constata un trabajo multicéntrico liderado recientemente por el doctor Roque Cardona, endocrinólogo pediátrico, jefe de la Unidad de Diabetes del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica.
Se considera que un niño o adolescente no cumple el objetivo de control glucémico recomendado cuando su hemoglobina glicada es igual o superior a 7%. “No obstante, este objetivo debe ser personalizado de acuerdo a las características concretas del niño o adolescente”, puntualiza el doctor.
Entre las dificultades para lograr los objetivos de control, junto a los factores intrínsecos a la propia diabetes, la cual exige mucho esfuerzo y desgaste para lograr dichos objetivos, hay una serie de factores propios de la adolescencia. “En primer lugar, el cambio puberal condiciona una resistencia importante a la insulina. Por otra parte, los patrones erráticos de comida, ejercicio o sueño suponen una dificultad añadida para seguir las pautas de tratamiento. Finalmente, es una época que también es muy sensible a la aparición de conductas de riesgo (alcohol, drogas y relaciones sexuales)”, detalla el doctor Cardona.
En este contexto, y para sortear estas dificultades, el doctor Roque Cardona incide en que el principal condicionante al que se enfrentan los endopediatras es que el adolescente con diabetes es incapaz de percibir amenazas futuras reales derivadas de un control fuera de los objetivos recomendados. Por tanto, cree que, “es necesario que establezcamos con el adolescente con diabetes una relación sustentada en la confianza y la empatía, lo cual requiere tiempo y dedicación”.