Viernes, 17 de julio de 2015 | Número 72 |
LOS CASOS DIAGNOSTICADOS AUMENTAN UN 10% CADA AÑO |
Los pacientes bajo tratamiento oncológico también pueden disfrutar del sol en verano |
Evitar las horas centrales del día, utilizar una crema solar, así como el uso de gorra y gafas de sol son algunas de las recomendaciones |
Redacción. Madrid
Cada año se diagnostican 3.200 nuevos casos de cáncer de piel y la incidencia continúa aumentando un 10 por ciento cada año. Aunque el grado de concienciación en torno a la importancia de protegerse frente a los efectos nocivos de la radiación solar ha aumentado considerablemente durante la última década, todavía existen algunas dudas sobre cuál es la mejor forma de hacerlo. Sobre todo en el caso de las personas que se encuentran bajo tratamiento oncológico.
Pilar López Criado, oncóloga médica de MD Anderson Cancer Center Madrid.
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“Los pacientes sometidos a tratamiento de quimioterapia o radioterapia presentan ciertos condicionantes en la piel que les exigen extremar las precauciones a la hora de exponerse al sol. Pero esto no significa que no puedan hacerlo. Únicamente deben adoptar ciertas medidas para minimizar el impacto de esta exposición sobre su piel”, explica Pilar López Criado, oncóloga médica de MD Anderson Cancer Center Madrid.
En primer lugar, se debe evitar las horas centrales del día, donde la radiación solar es mayor. Además, resulta fundamental mantener un nivel de hidratación de la piel adecuado. “Los tratamientos oncológicos pueden provocar alteraciones en el tejido epitelial, lo que unido a los efectos de la radiación solar, aumenta su fragilidad”, señala.
En este sentido, los especialistas recuerdan la importancia de utilizar cremas solares que ofrezcan una protección total frente a la radiación solar e inciden sobre la necesidad de utilizarlas adecuadamente.
“Los pacientes oncológicos deben emplear una protección a partir del factor 50 y que ofrezca efecto pantalla frente a los rayos ultravioleta A y B. Además, deben utilizarlos adecuadamente, aplicándolos antes de la exposición al sol y renovándolos frecuentemente, porque con el paso del tiempo pierden eficacia y, con una única aplicación, se corre el riesgo de dejar zonas de la piel sin cubrir”, explica la oncóloga médica de MD Anderson Madrid.
Finalmente, además de las protecciones químicas, los pacientes con cáncer tampoco pueden olvidar el uso de protecciones físicas que reduzcan el impacto de los rayos del sol sobre la piel. “Así, además de gorra o sombrero, guantes y gafas de sol, también se puede valorar la necesidad de adquirir trajes de baño realizados con materiales que ofrezcan una protección total frente a la radiación solar”, concluye López Criado. |
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