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Viernes, 20 de julio de 2012   |  Número 35
SANIDAD AL DÍA
SEGÚN UN ESTUDIO REALIZADO POR ESPECIALISTAS DEL GRUPO IMO
Los pacientes con cáncer de próstata localizado tratados con tomoterapia no presentan efectos secundarios severos y precisan dos semanas menos de tratamiento
Medio centenar de varones entre los 49 y los 87 años de edad han participado en este estudio en el que la tomoterapia se erige en un tratamiento de elección para pacientes con esta patología tumoral

Redacción. Madrid
Especialistas en Oncología Radioterápica del Grupo IMO han realizado un estudio analizando el seguimiento de 48 pacientes con cáncer de próstata localizado que se habían sometido a tratamiento radioterápico mediante tomoterapia y que ha sido publicado en la prestigiosa revista científica Clinic and Translational Oncology.

El Dr. José Luis López Guerra.

Según el Dr. José Luis López Guerra, oncólogo radioterapeuta del Grupo IMO, “pretendíamos verificar, en primer lugar, que la radioterapia helicoidal guiada por imagen en tiempo real (tomoterapia) era también posible en pacientes con cáncer de próstata localizado. En segundo lugar, quisimos observar que sus efectos secundarios eran similares o incluso inferiores que con el empleo de las técnicas más convencionales. En tercer lugar, pretendíamos demostrar que con esta técnica es posible reducir considerablemente el número de sesiones de tratamiento. Todas estas premisas se han cumplido en este estudio en el que han participado varones entre los 49 y los 87 años de edad que presentaban esta enfermedad, por lo que la tomoterapia se erige en un tratamiento de elección para pacientes con esta patología tumoral”.

Menos sesiones y mayor seguridad para el paciente

Entre las conclusiones del estudio, el Dr. López Guerra señala que “gracias al tratamiento hipofraccionado que posibilita la tomoterapia se reduce en dos semanas la duración del tratamiento, es decir, de 37-39 sesiones que se prolonga el tratamiento radioterápico con técnicas convencionales, nosotros lo hemos reducido a 27. Pero, además, en ninguno de nuestros pacientes han surgido efectos secundarios severos como cistitis o rectitis, ni durante el tratamiento ni en las semanas siguientes. Las razones son evidentes. En primer lugar, porque la tomoterapia permite realizar tratamientos altamente conformados con dosis muy homogéneas en el tumor, es decir, somos más precisos y damos mayor dosis de radiación solo en el volumen del tumor. Por el contrario, respetamos al máximo los órganos sanos que rodean al tumor, en este caso, la vejiga y el recto. En segundo lugar, gracias al TAC que lleva incorporado esta tecnología podemos verificar diariamente que las dosis de radioterapia que queremos administrar en la lesión es la correcta, además nos aporta una gran seguridad a la hora de administrar más dosis radioterápica por sesión”.

Según los especialistas del Grupo IMO, este estudio abre la posibilidad para pacientes con cáncer de próstata localizado que puedan recibir el tratamiento aumentando las dosis radioterápicas por sesión (escalado de la dosis) de tal manera que incluso se puedan potencialmente mejorar los resultados terapéuticos en menor número de sesiones.

Así es la tomoterapia

La tomoterapia es una novedosa técnica de radioterapia helicoidal que permite ajustar la radiación a la forma del tumor. Esto se consigue gracias a que esta alta tecnología radioterápica combina en un mismo equipo un sistema de obtención de imagen por tomografía axial computerizada (TAC) y un acelerador lineal que gira de forma helicoidal 360 grados alrededor del paciente. Asimismo, la técnica permite escalar la dosis de radiación, administrando mayor dosis en la lesión tumoral y minimizar la radiación en los tejidos sanos adyacentes al tumor.

El protocolo con esta tecnología se inicia obteniendo una imagen proporcionada por el TAC durante la planificación previa al tratamiento. El segundo paso es colocar al paciente en la mesa de tratamiento de la tomoterapia donde se obtienen nuevas imágenes de la zona que se va a irradiar. Estas imágenes se fusionan con las obtenidas en la fase de planificación. El resultado es muy importante porque se logra obtener una tomo-imagen que permitirá posicionar al paciente exactamente igual durante todas las sesiones de tratamiento. Por último, el acelerador lineal, que gira 360 grados alrededor del paciente, comienza a irradiar una dosis de entre diez mil y veinte mil haces finos, según el tamaño de la lesión a tratar. Al dividir la radiación entre tantas “puertas de entrada” la toxicidad es mínima en los tejidos que atraviesa y lo suficientemente intensa en la lesión tumoral, que es donde convergen.

 

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