Viernes, 23 de octubre de 2015 | Número 74 |
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RAFAEL SILVA AGREGÁN, DIRECTOR GERENTE DEL POLICLÍNICO LA ROSALEDA |
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“Los profesionales sanitarios son uno de los pilares de nuestro éxito pasado y presente” |
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El centro no tiene previsto expandirse a otras comunidades autónomas, por el momento |
Redacción. Madrid
Con más de medio siglo de presencia en la sanidad gallega, el Policlínico La Rosaleda ha vivido en constante evolución, tanto desde un punto de vista humano como tecnológico, empresarial y operacional. Fundado por diez ilustres nombres del ámbito sanitario y sociocultural de Galicia, el centro afronta el futuro con el reto de mantener la calidad asistencial y seguir poniendo al paciente en el eje del sistema.
Rafael Silva Agregán, director gerente del Policlínico La Rosaleda.
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Llevan años presentes en la sanidad gallega. ¿De qué manera influyen en esta comunidad?
Hemos cumplido ya 50 años, desde que abrimos las puertas del Policlínico en Santiago. Inauguramos el hospital en el año 1964 y entonces fue un modelo pionero, algo que tratamos de mantener con el paso de los años. Y este ha sido, precisamente, lo que nos ha permitido mantenernos y consolidarnos como uno de los grandes referentes de la sanidad gallega.
Hemos entendido el sector sanitario como algo en constante evolución, tanto desde el punto de vista humano como tecnológico, empresarial y operacional. Para un centro sanitario es esencial mantenerse a la vanguardia para ofrecer los mejores resultados y nosotros hemos tratado siempre de conjugar eso con el confort y el trato preferente a nuestros pacientes, de modo que obtengan la mejor asistencia sanitaria en el entorno más cómodo posible. Es algo que, a la vista de las encuestas de satisfacción, hemos logrado y que define un poco quiénes somos en el ámbito sanitario.
El proyecto del Hospital Policlínico La Rosaleda fue idea de diez nombre ilustres. ¿A qué se debe? ¿Todos ellos son profesionales sanitarios?
No todos eran profesionales sanitarios pero todos estaban ligados, de una u otra forma, a este mundo y supieron entender cuáles eran las necesidades de cada momento. Pero quizás uno de los hechos diferenciales de este hospital es, precisamente, que es mucho más que un centro sanitario. La Rosaleda ha sido desde sus inicios un referente sociosanitario y cultural ligado a la Medicina pero también a su entorno: Santiago y Galicia. Así lo atesoran los nombres de sus fundadores, como el constructor Eduardo Cancelo Puga o los doctores Gerardo Fernández Albor, García Alén, Sixto Seco, Cabo Rey, etcétera.
¿Sobre qué valores se sustenta el grupo hospitalario?
Como decía, el grupo ha crecido y se ha consolidado sobre tres pilares básicos: la vanguardia sanitaria —tanto tecnológica como a la hora de contar con los mejores profesionales—, poner al paciente en el centro de todas las decisiones y la implicación en la vida sociocultural gallega.
Aquellas sesiones que celebraban los fundadores ya en los años sesenta, y que congregaban en Santiago a grandes figuras de la Medicina nacional e internacional, desembocaron hace ya más de una década en la constitución de una fundación destinada a recuperar aquel espíritu de los pioneros abordando desde un punto de vista profesional, y al más alto nivel, temas científicos, culturales, docentes y divulgativos de interés sanitario.
Contamos con ciclos anuales de conferencias, editamos libros, tenemos programas pioneros —como ha sido Literapia— y premios de investigación del más alto nivel, como el Ramiro Carregal-Fundación La Rosaleda de Investigación oncológica dotado con 15.000 euros y que va ya por su quinta edición.
Ya en la última década han aplicado una importante política de expansión y modernización de sus centros. ¿Qué es lo que más destacaría de esta estrategia?
Es una estrategia empresarial ligada a los tiempos y a las necesidades tanto del grupo como de la sociedad. Hemos desarrollado una estrategia de diversificación destinada tanto a mejorar nuestra situación gestora como la calidad asistencial y los servicios sanitarios.
Así, hemos optado por abrir un Centro Asistencial en Lalín para dar mayor cobertura y comodidad a los muchos pacientes de las comarcas de Deza y Tabeirós que tenían que desplazarse a Santiago para ser atendidos. Hace un par de años nos hicimos con otro hospital histórico en Compostela, como es Nuestra Señora de la Esperanza, con el fin de reajustar la oferta asistencial a las necesidades actuales y mejorar la calidad y la comodidad de nuestros pacientes. Son decisiones muy meditadas, que requieren de un análisis serio y certero y que, afortunadamente, han sido un acierto tanto desde el punto de vista empresarial como asistencial.
¿Tienen previsto expandirse a otras comunidades?
Siempre hemos mantenido un estrecho contacto con otros actores del sector sanitario, tanto estatal como de Portugal, un territorio con el que tenemos grandes vínculos. Pero por el momento nuestra atención y nuestro trabajo están puestos en la comunidad que nos ha visto nacer y crecer.
¿Qué importancia tienen los profesionales sanitarios en su grupo?
Como ya he dicho, son uno de los pilares de nuestro éxito pasado y presente. La tecnología es importante, pero al final son los profesionales los que manejan la tecnología, interpretan los resultados, se relacionan con el enfermo y con su familia… Son, sin duda, el espíritu del hospital. Y no solo los profesionales sanitarios, todo el personal que trabaja en La Rosaleda está volcado en el paciente, en ofrecerle el mejor servicio y hacerle la vida más cómoda y fácil en un momento complicado para él. Para eso tratamos de que nuestra gente se sienta también cómoda trabajando aquí. Sabemos que nuestro personal es nuestro mayor activo y tratamos de cuidarlo al máximo.
¿Cuál es el tratamiento o servicio estrella del grupo?
Actualmente tenemos una cartera de servicios tan amplia que resulta difícil destacar alguna. La maternidad sigue siendo un referente, pero también la clínica de Cirugía y Medicina Estética o la de Reproducción Asistida; somos pioneros en diversas técnicas de cirugía vascular, contamos con una Unidad de Neurología Cognitiva reconocida a nivel estatal y servicios superespecializados como los de obesidad, voz, tabaquismo, trastornos del sueño, tratamiento del dolor o diagnóstico precoz del cáncer de colon, por citar algunos.
Y, por supuesto, nuestra Unidad de Diagnóstico por Imagen, con todo lo necesario para realizar un diagnóstico rápido y certero gracias a su constante reconversión y adaptada ya desde hace meses a la normativa europea de baja radiación que entrará en vigor en el año 2018.
¿Qué retos se han marcado en el futuro?
Nuestro mayor reto es mantener la calidad asistencial ofreciendo a nuestros pacientes el mejor servicio posible durante su paso por nuestros centros. Queremos seguir adaptándonos a los tiempos y a lo que requiere la sociedad en cada momento para ofrecer el mejor servicio posible y hacerlo de un modo sostenible empresarial y socialmente.
Siempre decimos que para nosotros la Medicina no es solo un negocio sino también una especie de apostolado que exige estar preparados para crecer continuamente. Así ha sido durante estos 50 años y así queremos que siga siendo durante mucho más.
¿Cómo valora la aportación del IDIS?
El trabajo del IDIS ha sido esencial para el sector sanitario privado en general y para la evolución de los centros en particular. Esa necesidad de crecer y ser más fuertes en esta sociedad globalizada a la que pertenecemos hace de organizaciones como el IDIS algo vital para nuestra visibilidad y pervivencia, ya que ofrece una serie de herramientas y diálogos que serían muy difíciles de articular de otra forma y que revierten en la mejora evidente de nuestro trabajo diario.
El esfuerzo realizado por los hospitales privados para dar el mejor servicio y la visibilidad que hace el IDIS de ese esfuerzo ya han demostrado sus frutos, y lo vemos en la valoración cada vez mejor que hace la sociedad de la sanidad privada y su relevante papel en la complementariedad a los servicios sanitarios públicos. |
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