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Viernes, 18 de noviembre de 2011   |  Número 19
JOSÉ MARÍA VÁZQUEZ ROEL, DIRECTOR GENERAL DE LA CLÍNICA CAPISTRANO
“Los seguros deberían incluir la terapia de las adicciones”
La mayor parte garantiza al menos una hospitalización por otro tipo de trastornos psiquiátricos

Javier Barbado. Madrid
Los trastornos de adicción, considerados una enfermedad psiquiátrica por la comunidad científica internacional, se han relegado en España a un segundo plano en el Sistema Nacional de Salud por razones no solo presupuestarias, sino en un momento histórico no tan lejano, incluso por motivos de orden moral. En opinión del entrevistado, resulta fundamental enfocar la terapia psiquiátrica desde el punto de vista de la comprensión y la aceptación de la enfermedad, y en ningún caso como una respuesta punitiva a una conducta censurable. Además, relama la inclusión de estas alteraciones en la cobertura de los seguros privados, que, en cambio, no descuidan el ingreso hospitalario por alteraciones psiquiátricas “clásicas” como la depresión.

José María Vázquez dirige la Clínica Capistrano.

Haga un balance de la actividad de la clínica desde 1988.

Comenzamos en ese año a hacer tratamientos de desintoxicación; esa es la parte más importante y se trata de llevar a cabo una psicoterapia intensiva del paciente para hacerle ver el problema que tiene y enseñarle técnicas para prevenir recaídas.

Hemos aplicado un modelo de entrenamiento breve de un mes de duración con seguimiento ambulatorio posterior, modelo terapéutico que ha tenido un extraordinario éxito y, por tanto, hay un porcentaje de recuperación muy alto aquí en Mallorca, y luego se ha extendido también al resto de España. Es un modelo de tratamiento de éxito.

El centro está especializado en el tratamiento de adicciones psiquiátricas y psicológicas desde una perspectiva bio-psico-social. ¿Qué clase de profesionales trabajan en la clínica desde el  punto de vista de su formación?

Entendemos que la adicción es un problema englobado dentro de la clasificación internacional de enfermedades y es, por tanto, un problema psiquiátrico por sí mismo. De modo que contamos con un equipo multidisciplinar en el que trabajamos psiquiatras, psicólogos, enfermeros y secretarios. También hay monitoras de tiempo libre, monitoras de gimnasia… Abordamos, por ejemplo, trastornos relacionados con la comida desde el punto de vista de la adicción, y “adicciones no químicas” como el juego.

¿En qué consiste la patología dual y de qué manera se aborda en la clínica?

La patología dual es un concepto discutible. He estado en la última edición del Congreso Internacional de Patología Dual y se discutió, de hecho, la conveniencia de esta denominación. Si hablamos de los problemas psiquiátricos habituales como depresiones, trastornos psiquiátricos… y le añadimos la adicción, que es otro problema psiquiátrico, entonces debería hablarse de comorbilidad en lugar de patología duda, que es una expresión extraña.

Pero bueno, de todos modos, es una expresión que quizás pueda servir para que los psiquiatras de carácter generalista, es decir, no especializados en adicciones, se sensibilicen ante la importancia que tiene la combinación de las adicciones con los problemas psiquiátricos como, por ejemplo, el alcoholismo, que es el más importante de todos y está presente en la mitad de los suicidios en España. Por eso, la clínica que dirijo siempre trata de llamar la atención a los compañeros psiquiatras que, quizás por no disponer de los medios adecuados, no pueden tratar convenientemente los problemas de adicción.

¿Qué porcentajes de recuperación de los diferentes trastornos se obtienen en el centro y cuáles son los que se atienden en mayor número?

Si el paciente no tiene un trastorno de personalidad grave u otra patología psiquiátrica grave, es decir, si estamos hablando de un “alcohólico primario” –como yo les llamo– el programa que les recomendamos tiene doce meses de duración (C-12, de “Capistrano- 12 Meses) y se divide en dos fases: una primera de entrenamiento y tratamiento intensivos, y una segunda, externa, de carácter ambulatorio, que puede seguir desarrollando el paciente junto con su familia en su entorno residencial. Por eso nosotros atendemos a los pacientes de Mallorca de forma individualizada y los que vienen de Madrid o de otras ciudades los remitimos a centros colaboradores para que sigan el tratamiento ambulatorio. Este programa combinado tiene, en este momento, un éxito del 80 por ciento

La psiquiatría y la psicología adolecen de una escasa atención en el Sistema Nacional de Salud desde su origen y aun antes de que existiera. ¿Resultan imprescindibles clínicas como la que dirige por esta razón?

Sí. Esto se entiende en el contexto del desarrollo histórico de la sanidad pública, que ha ido creciendo (hay que recordar que el régimen de Franco construyó los grandes hospitales públicos). Así que esa idea de que el Estado, de forma paternalista, ha de ocuparse de los ciudadanos fue luego asumido por el Partido Socialista y se ha llegado a un desarrollo de la sanidad pública que está a punto de ocasionar importantes problemas de financiación y de sostenibilidad.

Por su propio desarrollo, el sistema no ha ofrecido una solución a los problemas de salud mental; paralelamente, los hospitales psiquiátricos que se han ido cerrando desde el punto de vista del pensamiento progresista, hace que el pobre enfermo mental y su familia pasen por tremendos momentos de desesperación por falta de asistencia.

Por otro lado, las unidades de Psiquiatría en hospitales generales dan una respuesta a problemas agudos como pueden ser brotes psicóticos, pero no dan, evidentemente, una respuesta global a las patologías mentales, que requieren un abordaje diferente y, por supuesto, qué voy a decir, recomendamos modelos de internamiento desde una perspectiva psicosocial con el fin de posibilitar el cambio en la manera de entender la vida del individuo. Por eso estamos hablando de entrenamientos en los que predomina la psicoterapia sobre la farmacoterapia.

Por eso componemos equipos entre psiquiatras y psicólogos a partir de nuestro modelo de comprensión. En este momento, la atención que recibe el ciudadano está dividida entre los psiquiatras, predominantemente farmacologistas, de la sanidad pública; y gabinetes psicológicos que tratan de ofrecer modelos puramente psicoterapéuticos para los adictos y otros problemas de salud mental. Nosotros abogamos por un tratamiento de respuesta integrada, es decir, una terapia integral que aborde la patología mental clásica junto con los trastornos adictivos.

La Clínica Capistrano existe desde 1988, como hemos dicho; pero, en la sanidad privada en España, este tipo de atención psiquiátrica integral, ¿desde cuándo se ofrece al ciudadano?

Nosotros hemos sido pioneros porque hemos entendido desde hace mucho el concepto de adicción como una enfermedad mental, idea que no predominaba aquí en España, donde se relacionaba entre la población con un problema “moral” o de “vicios”, y, en consecuencia, aparecen respuestas que no son médicas. Nosotros hemos incrementado programas psicoterapéuticos que no son punitivos sino, por el contrario, dirigidos hacia la comprensión y aceptación de la enfermedad así como al diagnósticos de otras patologías asociadas.

¿Cree que el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) es el interlocutor del sector sanitario privado que ha faltado durante décadas en España?

Rotundamente sí. Creo que es una idea fenomenal; creo que hay estudios serios que apuntan hacia la complementariedad de los dos sistemas, y la labor del IDIS va a contribuir a la racionalización de la asistencia, que es lo que tenemos que intentar hacer todos: que la asistencia sea lo más sinérgica posible a partir de los recursos existentes. En lo que se refiere a la salud mental hay un hueco más por cubrir y creo, por tanto, que el IDIS está haciendo una tares de primer orden.

¿Qué soluciones propone, a partir de su experiencia, para que mejore la atención psiquiátrica en la sanidad pública?

Yo tengo una propuesta que se puede canalizar a quien corresponda. No sería tanto que en la pública se pongan en marcha dispositivos para la atención a los adictos (porque esto es imposible por razones de presupuestos). Pero en lo que es el futuro del aseguramiento privado, teniendo en cuenta que la mayor parte de los seguros cubren, como mínimo, una hospitalización por trastornos psiquiátricos (depresiones, brotes psicóticos…), deberían considerar la no exclusión de la adicción de sus prestaciones, es decir, incluirla no más que la depresión pero sí al menos como ésta.
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