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Viernes, 16 de junio de 2017   |  Número 93
el pulso
Y TAMBIÉN EN ADOLESCENTES
Médicos vascos alertan del aumento de la hipertensión arterial en niños
Este problema de salud afecta a entre un 27 por ciento y un 42 por ciento de la población y es un factor de riesgo cardiovascular de primer orden

Redacción. Madrid
Los médicos estiman que, aproximadamente, una de cada tres personas con hipertensión arterial (HTA) desconoce su diagnóstico. No es una cifra baladí, si se tiene en cuenta que este problema de salud afecta a entre un 27 por ciento y un 42 por ciento de la población, que es un factor de riesgo cardiovascular de primer orden (la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en el conjunto de las Comunidades Autónomas) y que es precipitante de ictus isquémicos y hemorrágicos, anginas de pecho, infartos de miocardio, insuficiencia cardiaca, etc.

Mateo Calvo San Juan, cardiólogo de IMQ.

Según explica Mateo Calvo San Juan, cardiólogo de IMQ, “el asesino silencioso”, que así se llama a la hipertensión arterial porque en muchas ocasiones se inicia sin dar síntomas y éstos sólo aparecen cuando la enfermedad está desarrollada, “mata menos en el País Vasco que en otras Comunidades Autónomas. A pesar de que la hipertensión arterial ha doblado el número de fallecimientos en la última década, pasando de 6.661 óbitos en 2005 a 12.674 en 2015, la tasa de mortalidad por enfermedad cardiovascular en Euskadi (26,92 por ciento) sigue muy por debajo de la media estatal (29,66 por ciento)”.

La hipertensión arterial consiste en la elevación de la resistencia de las arterias a la circulación de la sangre, “lo que obliga al corazón al corazón a realizar un trabajo más intenso de forma continua o sostenida para llevar la sangre a los diferentes órganos. Con el tiempo, contribuye a causar cardiopatías y accidentes cerebrovasculares que, en conjunto, representan la causa más importante de muerte prematura y discapacidad”, explica Calvo San Juan de IMQ.

HTA en niños

En los últimos años se ha producido “un incremento de la obesidad infantil y un aumento alarmante del número de niños hipertensos. De aquí que se ha de trabajar desde la familia, el colegio y los servicios sanitarios para incidir en la importancia de la prevención de este importante problema de salud”, explica el especialista de IMQ.

Hasta hace unos años, la prevalencia de la HTA “era baja en la población general pediátrica”. Sin embargo, la tasa “se triplica o cuadriplica en niños con obesidad, diabetes, HTA enmascarada o en los intervenidos de coartación aórtica”.

Entre los niños hipertensos “destaca la obesidad en un 57,14 por ciento, definida ésta como un índice de masa corporal (IMC) superior al percentil 96, y un 28,57 por ciento niños con riesgo de sobrepeso, definido como un IMC situado entre el percentil 85 y el 95”. Se considera una presión arterial normal una sistólica o diastólica los datos inferiores al percentil 90 para una determinada edad, sexo y talla.

Decálogo

Para ayudar a combatir este problema, Mateo Calvo San Juan, cardiólogo de IMQ, propone el siguiente decálogo para la prevención y control de la presión arterial.

1. Medirse regularmente la tensión arterial: en general, se debe de conocer entre los 18 y los 40 años, salvo si se tienen antecedentes familiares de hipertensión arterial o enfermedades cerebrovasculares, cardiacas o renales, y también si se es obeso o diabético.

2. Consultar con el médico: en el caso de que las medidas de presión arterial alta se mantengan en el tiempo, es necesario acudir al médico. Éste verificará los valores con nuevas mediciones. De confirmarse, hará una evaluación clínica, la historia clínica del paciente, la exploración, analíticas, otras pruebas complementarias en caso necesario, estratificará el riesgo y determinará el tratamiento, farmacológico o no farmacológico.

3. Perder peso: según se indica en las guías de práctica clínica de la Sociedad Española de Cardiología en hipertensión arterial, el sobrepeso y la obesidad contribuyen desde la infancia a cifras elevadas de presión arterial y son un factor principal en la predisposición a la HTA.

4. Comer sano: se recomienda, de manera general, reducir la ingesta calórica total (comer menos), disminuir la ingesta de grasas saturadas y aumentar la ingesta de frutas, verduras, cereales, legumbres y pescados. Seguir una dieta sana, variada y equilibrada. Especialmente, en el caso de los jóvenes, se recomienda vigilar el consumo de refrescos edulcorados y carbonatados, por su alto contenido, en muchas ocasiones, en azúcares, así como la bollería industrial (alta en grasas saturadas), y los aperitivos o snacks con alto contenido en sal.

5. Vigilar los minerales en la dieta: a) Sal. La ingesta de sal por encima de lo que necesita el organismo se ha asociado a una mayor prevalencia de hipertensión arterial. Se recomienda que la ingestión de cloruro sódico no supere los 6 g diarios; b) Potasio. Existen datos de que el aporte de potasio puede ser beneficioso para el control de la HTA, siendo recomendable incluir en la dieta alimentos ricos en potasio como frutas, frutos secos, vegetales, etc; y c) Calcio. Las dietas bajas en calcio se relacionan con un aumento de la prevalencia de la HTA, pero no está demostrado que su administración produzca efectos beneficiosos.

6. Tabaco, alcohol, cafeína: los pacientes hipertensos han de suspender el hábito tabáquico de manera inmediata. Está demostrado el efecto pernicioso del tabaco sobre la presión arterial, la pared vascular y su importancia como factor de riesgo cardiovascular. El alcohol tiene una relación lineal con los valores de presión arterial y la prevalencia de HTA. Atenúa los efectos de fármacos antihipertensivos y es un factor de riesgo en los accidentes vasculares cerebrales. La cafeína produce una elevación transitoria de la presión arterial, aunque no se ha demostrado que sea un factor responsable de HTA. Su consumo debe ser restringido.

7. Dormir lo necesario: la falta de descanso nocturno o la existencia de apnea del sueño se pueden relacionar con cifras altas de presión arterial. Respetar las horas de sueño necesarias, diariamente, tiene múltiples beneficios para la salud.

8. Realizar ejercicio físico: la realización de ejercicio aeróbico no intenso regular (nadar o caminar) durante 30 o 45 minutos unas 3 o 4 veces a la semana tiene efectos beneficiosos, pudiendo disminuir la presión arterial. Los ejercicios isométricos y el levantamiento de pesos deben evitarse. En el caso de los jóvenes, es aconsejable la práctica de juegos tradicionales que favorecen el movimiento y la socialización interpersonal, así como la práctica deportiva adecuada en intensidad a la edad y gusto del menor.

9. Adhesión al tratamiento: cuando el médico ha pautado un tratamiento farmacológico para el tratamiento de la HTA es esencial seguir sus indicaciones. Según recuerda la Sociedad Española de Cardiología, el tratamiento farmacológico de la HTA reduce la morbimortalidad en todos los grupos de pacientes hipertensos independientemente de su edad, sexo, raza, etc., y disminuye los episodios coronarios, insuficiencia cardíaca, accidentes cerebrovasculares, deterioro de la función renal, y progresión de la HTA.

10. Control del estrés: el estrés crónico tiene diversos efectos perjudiciales en la salud. Existen profesionales expertos que trabajan este aspecto y técnicas de relajación que han demostrado buenos resultados en el control del estrés.

 

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