Viernes, 20 de febrero de 2015 | Número 67 |
Por Alejandro Rey, Director de Hospitales de Caser |
Mercado sanitario: torsiones y distorsiones |
El mercado sanitario privado vive un momento de gran dinamismo. A la concentración de la oferta que lleva años produciéndose en manos de las grandes aseguradoras del sector, se añade en los últimos tiempos la progresiva concentración de la oferta de servicios sanitarios, y en concreto de la oferta hospitalaria privada.
Alejandro Rey, director
de Hospitales de Caser.
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Estos movimientos vienen a sumarse a otras tendencias cada vez más consolidadas en el mercado. Por una parte, los cuadros médicos se convierten en elemento fundamental de la gestión, no sólo comercial. Su configuración se vuelve cada vez más sofisticada, articulándose como un todo, en el que las piezas no son independientes sino que pueden estar interrelacionadas. Se separan prescripción y provisión. Las relaciones entre cliente y proveedor se vuelven estratégicas y abarcan múltiples aspectos.
Por otra parte, cada vez se consolidan más los sistemas de facturación que premian la eficiencia y el funcionamiento: forfaits y normas de valoración que limitan la frecuentación y bonifican la calidad en base a ciertos parámetros. La norma que imperaba tradicionalmente en nuestro sector referente a que actividad genera actividad, se ve de esta forma acotada. Los proveedores deben centrar parte de sus esfuerzos a la eficiencia, la protocolización, y el control. En algunos casos –cápitas, fijos, límites de facturación- el riesgo se comparte con el proveedor, que debe gestionar bajo un doble punto de vista.
En este contexto, la progresiva concentración de la oferta hospitalaria ¿Qué novedades traerá? ¿Equilibrará el mercado?, ¿Qué consecuencias tendrá para los distintos agentes?
Las grandes aseguradoras y los grandes grupos hospitalarios comienzan una nueva partida de ajedrez en la que ya no está tan claro quien juega con blancas. ¿Condenados a entenderse?
¿Y las pequeñas aseguradoras y los proveedores de servicios en una posición no dominante? Unos y otros tendrán que innovar, distinguirse, y ser más eficientes para poder constituirse en alternativa. Y la tecnología y los sistemas de información orientados al paciente/cliente jugarán un papel cada vez más importante, en un primer momento como factor de diferenciación, y en fases siguientes además como un factor de exclusión.
Si algún adjetivo define el momento actual, ese es “estimulante”. El jugador que no mueva ficha perderá la partida. Un dinamismo creciente ha llegado a nuestro mercado para quedarse.
Y en esta nueva situación, en nuestro ámbito, surge una vieja cuestión: ¿es el mercado perfecto?
¿Puede llevar un mercado descompensado a situaciones indeseables? ¿Se equilibra a medio plazo? ¿A largo plazo? ¿Debe existir algún tipo de regulación que ponga límites al mercado sanitario privado? Quién no sea devoto acérrimo de Keynes o de Milton Friedman no tendrá una respuesta clara, aunque para muchos las únicas dudas son quién será el árbitro y cuáles deben ser las normas del juego de forma que éste no se vuelva rígido y sin libertad.
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