Redacción. Madrid
Cada año, a 3500 hombres y 2400 mujeres se les diagnostica un cáncer en Murcia, lo que representa una tasa de incidencia acumulada de 0-74 años de un 40 por ciento para hombres y de un 24 por ciento para mujeres, según el Servicio de Epidemiología de esta Comunidad, uno de los más activos en nuestro país, según Beatriz Pérez-Gómez, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública del Centro Nacional de Epidemiología.
Un momento de la jornada celebrada en Murcia por IMoncology Fundación.
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En el marco de la jornada informativa sobre los avances científicos y tecnológicos en el diagnóstico y tratamiento del cáncer, organizada en Murcia por IMOncology Fundación, en colaboración con Sanitas Murcia, el Hospital Mesa del Castillo e IMOncology, GenesisCare, Pérez Gómez ha apuntado en su ponencia que “muchos tumores malignos podrían evitarse adoptando hábitos de vida saludables como el ejercicio físico, mantener un peso adecuado y una dieta mediterránea y evitar el consumo de tabaco y alcohol”. Pero para cambiar estos hábitos, “se requiere de políticas de salud pública similares a las leyes frente al tabaco y la contaminación ambiental”.
Sin embargo, y a pesar de esta incidencia, varios factores están contribuyendo al incremento del número de supervivientes, entre ellos, la personalización del tratamiento. Así lo ha asegurado José Balsalobre, especialista en Oncología Médica de IMOncology, GenesisCare en Hospital Mesa del Castillo de Murcia en su intervención. Balsalobre ha destacado también el auge de la inmunoterapia y la mejora en los tratamientos de soporte (antiesméticos, estimulantes de células sanguíneas, suplementos nutricionales, analgésicos…) que acompañan a la administración de los fármacos de quimioterapia clásica, contribuyendo a disminuir los efectos secundarios, así como los programas de screening, la mejora de los métodos diagnósticos, la implantación de los comités multidisciplinares, los nuevos fármacos y la identificación de nuevas dianas terapéuticas.
La evolución en el tratamiento contra el cáncer ha sido posible, tal y como ha afirmado Juan Domingo Alonso, oncólogo de Sanitas, gracias también a la normalización de la enfermedad: “En los años 80 se escondía información a los pacientes, se evitaba la palabra cáncer y todo lo que rodeaba la enfermedad permanecía oculto. Afortunadamente, todo esto se ha superado”.
Principales avances en el abordaje oncológico
En relación a los avances en el diagnóstico, María Martínez, especialista Radiodiagnóstico y directora de la Unidad de Mama del Hospital Mesa del Castillo de Murcia, ha afirmado que el cáncer, y en concreto el de mama, es la patología que se ha beneficiado de forma más significativa de los avances tecnológicos en diagnóstico por imagen: “Hay que resaltar la tomosíntesis/mamografía 3D y la posterior introducción de las imágenes sintetizadas (C-View), que ha propiciado un incremento de la capacidad de detección precoz del cáncer de mama, alcanzando porcentajes de mejoría, no sólo en el pronóstico de los pacientes y en la morbilidad asociada al proceso, también en la disminución de costes”, ha explicado.
En los últimos 50 años la Radioterapia ha evolucionado de forma muy positiva, tal y como ha afirmado Adriana Fondevilla, especialista en Oncología Radioterápica y coordinadora de la Unidad en IMOncology, GenesisCare en Murcia, quien ha resaltado los avances en delimitación de los volúmenes de tumor, es decir lo que ocupa; en fraccionamientos, o división la dosis total de radiación en dosis menores, en la protección de órganos de riesgo entre otros: “La innovación más significativa ha sido la tecnología de la intensidad modulada (IMRT), ya que permite proteger los órganos de riesgo con mejor cobertura del volumen a tratar además de permitir realizar distintos fraccionamientos de dosis a la vez”.
Tratar al paciente y no a la enfermedad
Por su parte, Ana Sanz, especialista en Psicología y Neuropsicología de IMOncology Fundación, ha centrado su intervención en la importancia de la calidad de vida, que no significa la ausencia de enfermedades: “Ya no solo importa aumentar la supervivencia del paciente sino que este tiempo sea con la mejor calidad de vida posible”. En palabras de Sanz, la calidad de vida es un “concepto es multidimensional”, ya que abarca la parte física, la psicológica, la social y la funcional, entre otras, y todas ellas son relevantes y se deben tener en cuenta para el tratamiento del paciente.
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