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Viernes, 29 de abril de 2011   |  Número 7 Año I
F. JAVIER ÁLVAREZ GUISASOLA, CONSEJERO DE SANIDAD DE CASTILLA Y LEÓN
“No me plantearía cuestionar, en el momento actual, Muface”
Asegura que la relación de la Comunidad con la sanidad privada siempre ha sido muy buena y necesaria.

Ricardo López / Cristina Mouriño / Imagen: M. Á. Escobar. Valladolid
El consejero de Sanidad de Castilla y León, Francisco Javier Álvarez Guisasola, ha recibido en su despacho a Publicación de Sanidad Privada para analizar la situación del sector, su relación con la Junta o el modelo Muface, que no se “plantearía cuestionar”. Además, afirma que “las compañías de salud privada son una vía de actuación que todavía están por explotar, pero que es el futuro de la prestación sanitaria social”.

Álvarez Guisasola asegura que la relación de la Comunidad con la sanidad privada siempre ha sido muy buena y necesaria.

¿Cómo ve el papel del sector privado en la sanidad de nuestro país y en Castilla y León?

Yo lo veo muy positivo. Creo que la sanidad es un todo y que son absolutamente necesarios. La sanidad privada juega un papel, a través incluso de compañías como Muface, muy importante. La cooperación y colaboración entre una y otra sanidad es fundamental.

Una de las herramientas que todas las comunidades autónomas hemos utilizado para disminuir las listas de espera son los conciertos con la sanidad privada. Es muy importante que exista un buen entendimiento entre sanidad pública y sanidad privada.

En Castilla y León, quizás por la dispersión de la población y porque no disponemos de grandes ciudades, el peso de la sanidad privada es mucho menor que en otras regiones como Madrid o Barcelona; pero es debido a la estructura de nuestra comunidad autónoma, pero la relación que tenemos con la sanidad privada siempre ha sido muy buena y necesaria.

Ha citado a Muface. Desde algunos años se cuestiona, desde algunos sectores, la necesidad de continuar con este tipo de asistencia que se ofrece a los funcionarios. El Gobierno lanza mensajes de que la continuidad está asegurada, ¿considera que es una buena vía de asistencia la que se ofrece a través de las mutualidades de funcionarios?

Creo que sí. Muface no es un invento reciente, lleva muchísimo tiempo. Creo que es un sistema que está muy bien contrastado, que tiene una buena experiencia, cumple una función en unas prestaciones sanitarias creo que muy amplias y como además, existe siempre una interconexión con la pública muy estrecha, en aquellos casos en que no pueda dar esa prestación, creo que cumple el papel. No me plantearía cuestionar, en el momento actual, Muface.

El consejero analiza el modelo Muface.

Se habla también desde el sector privado acerca de recuperar que los seguros privados de salud tengan una desgravación fiscal, ¿es, a su juicio, una medida conveniente?

Creo que es una medida que tiene que tener en cuenta siempre una cuestión: la sanidad en España tiene unas características que la hacen única en el mundo, que es universal y gratuita. Con un sistema de sanidad universal y gratuita se supone que la población tiene perfectamente cubiertas las prestaciones en base a lo que paga. En ese sistema el que se desgrave a una persona que voluntariamente teniendo eso, accede a la asistencia privada, no tiene mucho sentido.

Últimamente las compañías de salud privadas están intentando adquirir nuevos mercados: odontología, crónicos, dependencia. Es una manera de dar nuevas prestaciones, ¿considera que entran en conflicto o en competencia con lo que ofrece la sanidad pública?

En absoluto. No entran en conflicto ni en competencia, al contrario. Yo siempre digo que la sanidad es única y cada uno aporta lo que puede. Las compañías de salud privada las veo como una vía de actuación que todavía están por explotar, pero que es el futuro de la prestación sanitaria social. Creo que todas las empresas privadas que se dedican a la prestación de servicios sanitarios tienen puesto el objetivo también en esto, porque efectivamente ahí pueden aportar mucho al sistema. Actualmente estamos tratando a pacientes crónicos con dependencia en hospitales de agudos y eso es carísimo. Tiene que haber una red que atienda a estos enfermos de mediana y larga estancia.

¿Qué medidas se están tomando respecto a las agresiones en el sector de la sanidad privada?

Este es un tema tremendamente doloroso y que quiebra uno de los principios básicos de la profesión que es la relación médico-enfermo. Si no existe buena relación médico-enfermo la curación es imposible por mucha tecnología y por muchos avances científicos que apliquemos. La violencia en la profesión es el fracaso máximo en este principio. Por lo tanto es un tema que todos, de colegios profesionales, las administraciones, los sindicatos y la sociedad en general tiene que reconducir porque al médico hay que verlo como una persona que ayuda. En los últimos años se ha producido un incremento de las agresiones quizá de las físicas menos, pero sobre todo de agresiones verbales y psicológicas. En este sentido, nosotros iniciamos con todos los agentes (sindicatos, asociaciones, Fiscalía) un consejo, se creó un observatorio de las agresiones y creo que se ha trabajado bien.

Explica el acuerdo contra las agresiones en la sanidad privada.

La “pata” que nos faltaba era que esto controlaba muy bien a la sanidad pública, pero no teníamos noticias ni actuábamos sobre la sanidad privada y de ahí la colaboración con los colegios profesionales que controlan a todo el personal médico. Firmamos un acuerdo recientemente en León, para hacer extensivo esto a la sanidad privada. Ahora tenemos una realidad de todo.

En referencia a la política nacional, ¿Cree que es factible que algún día se llegue al Pacto de Estado o será un momento más oportuno cuando pasen las elecciones generales?

Evidentemente. Las elecciones, tanto las autonómicas, como las generales o municipales, introducen un factor de tensión porque cada uno trata de hacer valer, unos lo que han hecho, y otros lo que van a hacer. Pero yo estoy convencido, y lo dije siempre, de que es posible y necesario. ¿Por qué es posible? Porque así como en otras facetas, por ejemplo en Educación, dónde veo muy difícil un pacto porque hay un componente ideológico muy importante; en la sanidad no.

En aquel momento, se hizo un documento con Trinidad Jiménez, que era muy general, pero que se marcaban algunas directrices y en algunas se ha trabajado de manera importante. Creo que a lo mejor no se puede lograr un documento pero a mí lo que me interesa es que lleguemos a acuerdo. El Pacto por la Sanidad puede ser un documento que firmemos todos y que nos saquemos la foto, o puede ser el conjunto de pactos concretos que al final constituyan el pacto global.

Creo que de una forma u otra es posible, porque las discrepancias son muy pequeñas, y es absolutamente necesario porque la sanidad es la prestación social más importante. Además, no se debe hacer demagogia ni política con temas que son claves para la credibilidad del sistema.

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