Viernes, 14 de febrero de 2014 | Número 56 |
Nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la mejora la calidad asistencial |
Los avances tecnológicos de los últimos años han generado numerosos adelantos en el campo de las telecomunicaciones, investigación y, por supuesto, en el campo sanitario. Las empresas de tecnología sanitaria están trabajando de forma proactiva para lograr que esa integración de la actividad “online” en el sistema sanitario sea una realidad.
Los avances y la innovación en servicios es algo que ya ha ocupado su espacio en el entorno sanitario. Por ello, los objetivos prioritarios de las organizaciones sanitarias deberían ser, por un lado, que se cuente con mejoras en la atención a los pacientes, y por otro, que los profesionales puedan tratar toda la información independientemente de la fuente de donde proceda.
El empleo de sistemas tecnológicos eficientes de información y gestión permite aumentar la eficiencia, reducir costes y optimizar los procesos de atención del profesional al paciente. Por ello, apostar por avances tecnológicos, innovación en servicios o modelos de colaboración público-privada es una opción viable para que los pacientes puedan contar con unos procesos asistenciales de calidad, al tiempo que hacen que el sistema sanitario sea más sostenible.
Los expertos consideran que la integración e interoperabilidad de los sistemas tecnológicos, a todos los niveles, mejoran la calidad asistencial de los pacientes y proporcionan información accesible para los profesionales. Se puede hablar de una gestión clínica integrada y activa cuando se tienen todos los datos en todos los niveles, por eso es importante trabajar en la integración e interoperabilidad de los sistemas TIC, para que los profesionales dispongan de la información crítica del paciente en cualquier momento y lugar y sin duda, son la base de la historia clínica electrónica.
Contar con tecnologías que incluyan todos los datos y permitan acceder a ellos desde cualquier lugar, así como una optimización de recursos, adaptación de la organización y la monitorización del proceso asistencial, pueden ayudar a conseguir una gestión clínica integrada y activa. En ese sentido, el sector sanitario privado es un ejemplo claro de ello, ya que “es un colaborador clave en la adopción de nuevas tecnologías médicas, lo que permite que los hospitales puedan llevar a cabo una asistencia sanitaria de excelencia. A modo de ejemplo, es destacable que más del 50 por ciento de los equipamientos de alta tecnología sanitaria se encuentran en este sector.
Si nos ceñimos a nuestra realidad hemos de reconocer que los cambios epidemiológicos y demográficos están haciendo que la esperanza de vida aumente con el paso de los años, lo que supone un envejecimiento de la población y una mayor incidencia de las enfermedades crónicas como asma, diabetes o enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), entre otras. Es precisamente hacia este tipo de enfermedades, las crónicas, hacia donde se está dirigiendo gran parte de la innovación en tecnología sanitaria.
Esta situación socio-sanitaria hace necesario tener en mente nuevas opciones que permitan una asistencia de calidad pero basada en el uso de herramientas que optimicen recursos; probablemente de esa forma, logrando gestionar la “cronicidad” adecuadamente mediante estas herramientas, se colabore a tener un sistema sanitario sostenible.
En este punto, el sector sanitario privado es un buen ejemplo de ello, ya que se le considera un agente dinamizador y difusor de innovaciones tecnológicas en el entorno asistencial. La telemedicina, la historia clínica digital o la monitorización mediante dispositivos y las aplicaciones son algunos ejemplos de lo que la tecnología ha conseguido asentarse e impulsar de forma diferencial a este sector.
La incorporación de la historia clínica digital es uno de los avances más destacados en el entorno sanitario. Cada vez son más los hospitales que cuentan con este sistema que ofrece grandes ventajas y que se traducen, en el caso del profesional, en poder disponer de los datos (análisis clínicos, pruebas diagnósticas o imágenes radiológicas) de cualquier paciente desde cualquier dispositivo electrónico. Y, para el paciente, en la posibilidad de concertar una cita con el médico o consultar los resultados de una prueba de forma online sin la necesidad de acudir a la consulta del especialista.
Dentro de la denominada mHealth (salud móvil) enfocada al paciente, además de las aplicaciones asociadas, se encuentran los servicios de teleasistencia o telemedicina, de hecho la telemedicina o la prestación de servicios de medicina a distancia es otra de las novedades de algunos hospitales y clínicas privadas. Esta tecnología permite que médico y paciente interactúen por medio de una webcam sin necesidad de consulta física en el centro. Esta herramienta permite evitar desplazamientos innecesarios, optimizar tiempos y realizar un seguimiento más personalizado del paciente.
El eje principal de este emergente sector es y serán los pacientes crónicos, la mayoría con más de 70 años, y que consumen la gran parte de los recursos del sistema de salud. La monitorización de estos pacientes con terminales en casa permite mejorar la calidad de vida y reducir la saturación de los centros sanitarios.
Se espera que cerca del 30 por ciento de este tipo de servicios de telemonitorización incrementen sus beneficios por encima de los 4,3 billones de dólares para 2017, según un informe reciente de PWC, y que las aplicaciones enfocadas al manejo remoto de enfermedades crónicas ganen el 70 por ciento del mercado. Sin embargo, en España solo se están dando algunos pequeños pasos porque el desarrollo e implantación de la telemedicina exige cierta reingeniería de los procesos y de gestión de los equipos médicos.
La denominada U-health (salud ubícua), la nanotecnología y la Inteligencia Ambiental (AmI), nos permiten conocer el estado biomédico del paciente en su entorno, en su vida diaria y constituyen una herramienta diagnóstica de primer nivel para el médico y el profesional sanitario, permitiendo generar un “Hospital sin barreras” ya que este se encuentra ubicado virtualmente en el propio entorno del paciente.
En su conjunto las TIC, además de mejorar la calidad asistencial juegan un papel muy relevante en la seguridad del paciente y van a suponer un ahorro en el consumo de recursos sanitarios (evitando duplicidades de pruebas diagnósticas) con reducción de los errores médicos, evitando morbilidades asociadas a tratamientos no adecuados, y mejorando la asistencia mediante una medicina basada en la evidencia (MBE).
Las TIC juegan y jugarán un papel determinante en las Organizaciones Sanitarias, mejorando la calidad, eficacia y eficiencia de los servicios sanitarios, siendo herramientas de gestión estratégica claves para incrementar la accesibilidad y equidad, optimizar los procesos administrativos, mejorando la continuidad asistencial, potenciando la interoperabilidad entre los diferentes Centros y CCAA, dando soporte en la asistencia domiciliaria y gestión de crónicos, mejorando la eficiencia y la sostenibilidad de los Sistemas Sanitarios e incrementando la calidad asistencial y la seguridad de la asistencia ayudando a la toma de decisiones clínicas y de gestión. |
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