Redacción. Madrid
Especialistas de la Plataforma de Oncología de USP San Jaime han aplicado con éxito por primera vez en España un tratamiento personalizado, de los llamados “a la carta”, en 80 pacientes tras realizar el análisis genético de sus tumores mediante microarrays. El grupo de pacientes del estudio presentaban tumores metastásicos resistentes a la quimioterapia y se consideraban desahuciados por ausencia de nuevas alternativas al tratamiento. El estudio genético de sus tumores permitió identificar en cada caso entre cinco y ocho fármacos eficaces, además de la lista de todos los medicamentos a los que el tumor es resistente.
El Dr. Brugarolas y el Dr. Rebollo, durante la presentación de los resultados obtenidos.
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La Plataforma de Oncología de USP San Jaime desarrolla este Programa de Genética Molecular desde verano 2010, de la mano de la Fundación TEDECA, una organización sin ánimo de lucro cuya finalidad consiste en acercar al paciente oncológico los avances del conocimiento científico y difundir y desarrollar las técnicas de mayor interés. La genética molecular aplicada a la quimioterapia del cáncer representa un objetivo prioritario de la asistencia oncológica.
Los arrays de expresión tumoral son técnicas genéticas que sirven para identificar el comportamiento de los genes del cáncer y permiten identificar vías y mecanismos de crecimiento y supervivencia tumoral.
La experiencia de USP San Jaime se ha desarrollado en 80 pacientes de entre 41 y 70 años afectados de cáncer de mama, pulmón, páncreas, colorrectal, ovario, gástrico, hígado, sarcomas y otros tipos. Los resultados de este estudio se han presentado la semana pasada en la Reunión Anual de la American Society of Clinical Oncology (ASCO) y concluyen que, al administrar los medicamentos según los genes tumorales, se produce un beneficio clínico en el 75 por ciento de los pacientes, y en casi la mitad se prolonga la vida durante más de un año. Según apunta el Dr. Antonio Brugarolas, Director de la Plataforma de Oncología de USP San Jaime, “la quimioterapia seleccionada en estos pacientes ha sido más sencilla que las consideradas convencionales, y menos tóxica, de forma que se ha mejorado la calidad de vida de los enfermos tratados. Las conclusiones indican que el estudio genético ayuda a seleccionar la quimioterapia y podría aplicarse en fases más tempranas de la enfermedad”.
La técnica consiste en obtener una muestra tumoral fresca, sometida inmediatamente a congelación para evitar que se degrade, y comparar la expresión de los genes tumorales con los del mismo tejido de origen sano. Se identifican los genes que están expresados por encima y por debajo de los valores normales, y por lo tanto indican un comportamiento diferente del cáncer comparado con el tejido sano. Entre los mas de 20.000 genes que se analizan, se valoran con detalle los que corresponden a la respuesta o resistencia a la quimioterapia, que son más de 200. La valoración ha de ser confeccionada de forma individualizada en cada caso, y consume unos cinco días. El informe final proporciona una lista de genes sobre expresados y otra lista de genes poco expresados, que un especialista debe correlacionar con los diferentes medicamentos. Cada tres meses se revisa la lista de genes introduciendo las actualizaciones que hayan confirmado tener valor predictivo en la aparición de respuesta a la quimioterapia.
La primera evaluación de la técnica utilizada en USP San Jaime fue hecha por Daniel Von Hoff (San Antonio, Texas) y se comunicó en Noviembre del 2010 en el Journal of Clinical Oncology (revista oficial de la Sociedad Americana de Oncología Clínica). La experiencia de la Plataforma de Oncología de USP San Jaime valida la utilidad de esta prueba en la selección de la quimioterapia más activa frente a un tumor resistente.
En opinión del Dr. Antonio Brugarolas, “este procedimiento se hará más sencillo en un futuro próximo, y actualmente los requerimientos estructurales y técnicos constituyen el motivo más importante que impide generalizar la técnica y aplicarla a los pacientes antes de comenzar la quimioterapia”.
Multidisciplinariedad y requerimientos técnicos y estructurales.
La principal dificultad para extender la técnica estriba, según el Dr. Brugarolas, en que “es muy difícil tener un profesional interesado en la aplicación clínica, que sepa de Biología Molecular y además conozca todos los tipos de quimioterapia”. “Cuando la cuestión es determinar si existe un gen alterado para administrar un medicamento que se corresponde con esta alteración, el problema es fácil, porque el resultado es concreto, pero cuando se trata de encontrar los fármacos mas activos frente a este tumor, valorando todo el oncograma genético, hay que tener un equipo interdisciplinar de biólogos y médicos expertos en los diferentes genes y vías genéticas de los medicamentos. Por este motivo las herramientas disponibles desde hace años en investigación han tenido dificultades en llevarse a la práctica clínica y es viable sólo en organizaciones multidisciplinares como la Plataforma de Oncología”, afirma.
En los últimos tiempos existe una gran inquietud entre la comunidad científica por las nuevas oportunidades de tratamiento que ofrecen los llamados medicamentos diana contra el cáncer, ya que se dirigen a alteraciones moleculares específicas de cada tumor y esto hace posible el tratamiento según sus características. Es lo que se suele llamar tratamientos personalizados o “a la carta”. Al mismo tiempo, existe una gran confusión porque en cada cáncer el número de genes alterados puede llegar al centenar y es muy raro encontrar patrones homogéneos, lo que hace a cada tumor distinto. Esta idiosincrasia tumoral ha dado lugar a muchos descubrimientos sobre cómo se origina el cáncer, mecanismos para la prevención, valoración de la predisposición hereditaria, búsqueda de medicamentos dirigidos para tratar estas alteraciones, etc.
Dentro de este panorama, “un campo de estudio de gran interés es la predicción del perfil de respuesta a la quimioterapia, que nos permite conocer de antemano cuáles son los medicamentos activos en cada tumor, algo que cada vez cobra más relevancia ya que actualmente contamos con más de 200 fármacos comercializados o en vías de aprobación”, indica Brugarolas. Actualmente, se aplica el tratamiento con quimioterapia empíricamente acreditado, siempre basado en resultados estadísticamente significativos y, después de dos o tres ciclos, se comprueba la respuesta clínica.
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