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Lunes, 23 de junio de 2014   |  Número 60
el pulso
ES LA PRIMERA DE LA SANIDAD PRIVADA ANDALUZA
Quirón Sagrado Corazón pone en marcha la Unidad Integral de Melanoma cutáneo
El tratamiento multidisciplinar es fundamental para el correcto diagnóstico del paciente y un mejor pronóstico de la enfermedad

Redacción. Sevilla
Andalucía es una de las comunidades autónomas donde más ha crecido el número de casos anuales de melanoma cutáneo con un 87 por ciento en la última década, según datos extraídos del estudio multicéntrico andaluz Tedimel-A. Este mayor índice está directamente relacionado con la situación geográfica, pues el sol incide en esta región con gran intensidad y la exposición al mismo está en el origen de la enfermedad.

Los especialistas de Hospital Quirón Sagrado Corazón, conscientes de la importancia del diagnóstico precoz y la implicación multidisciplinar en el tratamiento de esta patología ponen en marcha la Unidad Integral de Melanoma, la primera unidad de estas características en la sanidad privada andaluza.

Profesionales de la Unidad Integral de Melanoma Cutáneo durante la presentación.


La unidad tiene como fin la estrecha colaboración entre las distintas especialidades que intervienen en el proceso (dermatología, anatomía patológica, cirugía general y oncología médica), para consensuar protocolos de actuación orientados a la mejor solución para el paciente, tanto en las técnicas diagnósticas como en los tratamientos  quirúrgico o terapéutico, en consenso con las disciplinas implicadas en el proceso de la enfermedad.

Causas del melanoma

Aunque los factores que lo provocan son diversos, según ha indicado la doctora Amalia Pérez Gil, jefa  de servicio de dermatología de Quirón Sagrado Corazón y miembro de la Unidad Integral de Melanoma, es determinante haber tomado el sol en exceso durante la infancia; si bien puede aparecer a cualquier edad, la más frecuente es entre los 30 y los 50 años. El melanoma es un tumor que afecta a la piel, puede aparecer en cualquier localización y se manifiesta a través de nuevos lunares o pecas que cambian de tamaño y/o aspecto.

En opinión de Pérez Gil, es una patología que tiene un buen pronóstico si se diagnóstica en estadios tempranos, en los que la enfermedad no ha profundizado en la piel ni producido metástasis. Por este motivo, continúa la experta, resulta vital alertar a todos los especialistas que por cualquier causa realizan exploraciones a sus pacientes, sean de la patología que sean, con objeto de que estén alerta a la observación de lunares o manchas en la piel que presenten un aspecto sospechoso, e inmediatamente dirigirlos a un dermatólogo.

Una vez detectado un melanoma en fase temprana, si es superficial, se extirpa quirúrgicamente, con relativa sencillez y no debe presentar mayor problema; incluso el paciente no recibe tratamiento farmacológico: erradicada la lesión, eliminado el riesgo, aunque haya que seguir alerta por si aparece otro lunar o mancha sospechosos. Haber sufrido un melanoma predispone a recaer y a tener otro, continúa la doctora.

Cuando nos encontramos un melanoma en estado avanzado es muy importante contar con un equipo multidisciplinar experto este tipo de cáncer,  que actúe de forma coordinada y conjunta para ofrecer un diagnóstico inmediato y unos tratamientos quirúrgico u oncológico eficaces. Esta es la razón de ser de la Unidad Integral de Melanoma, en este equipo intervienen anatomopatólogos, dermatólogos, cirujanos y oncólogos, todos ellos de un modo integrado y orientado a ofrecer las mejores soluciones terapéuticas concluye la doctora Amalia Pérez Gil.

Técnica quirúrgica del ganglio centinela, una solución eficaz

En aquellos casos en los que el melanoma se detecta en un estadio avanzado, es prioritario establecer si se ha diseminado más allá del tumor primario o de los tejidos próximos. Según ha explicado el doctor Francisco Villanueva Martínez, cirujano de Quirón Sagrado Corazón y miembro de esta unidad, “en los ganglios linfáticos más cercanos a la localización de la lesión primaria es donde debemos buscar células cancerígenas y determinar si el melanoma se ha extendido o no. Este estudio es vital para el tratamiento quirúrgico u oncológico de la enfermedad. Para ello se utiliza la llamada técnica del ganglio centinela, muy empleada también en el cáncer de mama”.

El ganglio centinela es el primero de los ganglios linfáticos que recibe el drenaje del tumor primario y, por lo tanto, el más propenso a tener las células del melanoma si se han diseminado. “Mediante este método”, continúa Villanueva, “inyectamos un contraste en los ganglios linfáticos que nos permite detectar si existe alguno afectado. Esto se denomina mapeo linfático. Se extrae el ganglio afectado y lo analiza el anatomopatólogo para verificar si existen células tumorales y si el melanoma ha podido avanzar a otros lugares”.

Según explica Villanueva, si la anatomía patológica da negativa, es improbable que estén afectados el resto de ganglios linfáticos y, por lo tanto, no está indicada la cirugía. En caso de que sea positiva, se extirparán todos los ganglios linfáticos. Es lo que se denomina  linfadenectomía terapéutica. “Si bien”, finaliza el cirujano,  “es importante conocer que la técnica del ganglio centinela no es aplicable en todos los casos, pues dependerá de múltiples  factores, como el tamaño de la lesión, los tumores ulcerados, los márgenes positivos o que el melanoma haya producido invasión en los vasos linfáticos”.

Nuevos enfoques revolucionan el tratamiento del melanoma avanzado

En aquellos pacientes en los que el melanoma ha producido metástasis o afectado ganglios linfáticos, es necesario el seguimiento y un tratamiento oncológico. Juan Antonio Virizuela Echaburu, jefe de servicio de oncología médica de Quirón Sagrado Corazón e integrante de la nueva unidad, ha señalado que “los recientes avances en inmunoterapia y en terapia dirigida han mejorado los resultados para los pacientes con melanoma avanzado. Durante décadas, la mediana de tiempo de supervivencia de los pacientes con melanoma avanzado tratados con quimioterapia era relativamente corta (menos de un año). Sin embargo, los nuevos tratamientos disponibles auguran mejores perspectivas.  Se han desarrollado inmunoterapias diseñadas para evitar que el melanoma desactive las células T (los linfocitos T son los responsables de coordinar la respuesta inmune celular); combinaciones de terapias dirigidas que bloquean las vías oncogénicas en las células tumorales; y enfoques multimodales que procuran destruir el cáncer y ayudar a prevenir su recurrencia”.

Hasta ahora, prosigue el oncólogo, “con la quimioterapia se obtenía una regresión importante del tumor. Este puede crecer de nuevo si alguna parte silenciosa del cáncer ha quedado con vida. Con la inmunoterapia, la remisión completa puede significar la cura de la enfermedad porque el sistema inmunológico está preparado para reconocer cualquier resto de cáncer”.

“Las terapias dirigidas a mutaciones genéticas específicas también muestran promesa para combatir el melanoma. Estos resultados nos conducen a enfoques combinatorios. No podemos atacar una única mutación, sino que debemos bloquear múltiples objetivos al mismo tiempo para obtener el mayor beneficio clínico prolongado. Está claro que estamos atravesando una época de transformación en cuanto al desarrollo de tratamientos para pacientes con melanoma metastásico. Aunque hemos progresado considerablemente, aún hay mucho por hacer para alcanzar el máximo potencial de los avances logrados en los últimos años”, ha abundado el especialista.

 

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