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Lunes, 23 de octubre de 2017   |  Número 96
el pulso
en los centros de Crevillent, Aspe y San Luis
Ribera Salud aplica el proyecto Medafar
El objetivo es mejorar la comunicación entre los médicos de AP y los farmacéuticos para conseguir una óptima asistencia a los pacientes crónicos

Redacción. Madrid
En colaboración con las oficinas de farmacia y del Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Alicante, el grupo Ribera Salud ha puesto en marcha en los centros de atención primaria de Crevillent y Aspe (Departamento de Salud del Vinalopó) y San Luis (Departamento de Salud de Torrevieja) el proyecto Medafar, que tiene por objetivo mejorar la comunicación entre los médicos de Atención Primaria y los farmacéuticos para conseguir una óptima asistencia en pacientes crónicos mediante una plataforma online de desarrollo propio.

Profesionales sanitarios de Ribera Salud que aplican el proyecto Medafar.

Este proyecto está impulsado por la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), la Fundación Pharmaceutical Care y Esteve. Jorge Vázquez, Public Affairs Manager de Esteve, ha destacado la voluntad de Ribera Salud para ponerlo en marcha y la necesidad de aplicarlo a nivel nacional al existir el consenso entre los farmacéuticos comunitarios y los médicos de atención primaria. “Gracias a este proyecto el paciente podrá recibir el apoyo coordinado y constructivo de todos los médicos, farmacéuticos y enfermeros que le asesoran; facilitándole la accesibilidad, continuidad, efectividad y seguridad de su tratamiento”.

Por su parte, para Emilia Montagud, Jefa de Servicio de Farmacia de Atención Primaria y Gestión Farmacéutica Departamental, esta apuesta decidida del grupo Ribera Salud por Medafar supone un hito muy importante que, sin duda, dará respuesta a la demanda de los profesionales y mejorará considerablemente la conciliación farmacéutica, -evitando duplicidades, por ejemplo-, y la adherencia al tratamiento. “Ribera Salud siempre ha creído en el importante papel de los farmacéuticos comunitarios en el Sistema Nacional de Salud. Su visión de la sanidad aboga por la integración de todos los agentes sanitarios con el único fin de mejorar la atención sanitaria y la salud de sus pacientes”.

La implantación del proyecto MEDAFAR en la Comunidad Valenciana se ha iniciado en la zona de influencia de los CSI de Crevillent y el CS de San Luis, -ambos centros han sido acreditados recientemente por la Joint Commission International-, y también en el CSI de Aspe. “La implicación de sus médicos y farmacéuticos es muy importante y estas zonas cumplen este criterio, pero sólo es un comienzo, otras zonas ya nos han manifestado su interés y esperamos poder ampliar esta iniciativa a las áreas gestionada por Ribera Salud”, ha explicado Emilia Montagud.

De médico a farmacéutico y de farmacéutico a médico

Este proyecto que inician hoy estos centros de salud incluye los mensajes predefinidos en los sistemas bidireccionales para aquéllas situaciones de derivaciones consensuadas en el lenguaje Medafar. A juicio de estas entidades, la coordinación entre médicos y farmacéuticos es fundamental para ofrecer una atención sanitaria óptima a los pacientes y conseguir el uso efectivo y seguro de los medicamentos.

Para ello, se ha establecido una clasificación que define y agrupa las situaciones susceptibles de derivación entre farmacéuticos y médicos relativas a la farmacoterapia de los pacientes, y un listado de mensajes codificados que estandariza la comunicación entre ambos grupos profesionales.

La Clasificación de Derivaciones Farmacoterapéuticas de Medafar se ha diseñado para ser intuitiva y de fácil manejo. Asimismo, se basa en las situaciones reales que pueden encontrarse tanto en la consulta médica como en una oficina de farmacia y sigue las normas de la Clasificación Internacional de Atención Primaria (CIAP).

En total, Medafar ha identificado 38 posibles situaciones susceptibles de derivación agrupadas en cuatro categorías distintas: Necesidad, Seguridad, Efectividad y Educación Sanitaria, que a su vez llevan un código de dos dígitos, -una letra para la categoría del problema y un número para el caso específico derivado-, para que el farmacéutico pueda utilizarlos en caso de que quiera derivar a un paciente y para que el médico sepa qué tiene que hacer y por qué motivo se deriva al paciente.

“Se trata de abrir una vía de comunicación, utilizando un lenguaje normalizado, entre las Oficinas de Farmacia y los Centros de Salud. No podemos hablar de continuidad asistencial si mantenemos a las Oficinas de Farmacia al margen de dicho proceso. Tenemos que pensar que las Oficinas de Farmacia son los establecimientos sanitarios de más fácil acceso para los pacientes y que en ellas se detectan diariamente aspectos relevantes de su farmacoterapia, además de problemas de salud. Transmitir esa información significa disponer de un mayor conocimiento sobre los usuarios que ayude en la toma de decisiones. Se trata de aunar información en aras de una mejora de la atención sanitaria”, ha puntualizado Emilia Montagud.

 

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