Son pocas las ocasiones que nos ofrece la coyuntura económica, social y científica para analizar en profundidad el horizonte a cinco años de nuestro Sistema Nacional de Salud, desde una perspectiva global, desarrollando dicho estudio en base a criterios especializados de los grupos más representativos de “stakeholders” que tiene la Sanidad en España.
Fruto de su compromiso constante por aportar datos objetivos y fiables, el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS) cierra el 2013 y arranca el ejercicio 2014 con un escenario en el que la colaboración público-privada se sitúa en el centro de la necesaria sostenibilidad de nuestro sistema sanitario, de modo que éste se pueda seguir desarrollando con las características y peculiaridades que le han hecho acreedor de prestigio, reputación y confianza no solo a nivel nacional sino también en contextos especializados internacionales. Estamos hablando de las características inherentes al mismo: universalidad, equidad, cohesión, solidaridad y financiación pública.
Desde la Ley General de Sanidad hasta nuestros días se ha debatido mucho en torno a las diferentes formas de colaboración entre Sistema Nacional de Salud y el sector privado, pero la realidad es la que tenemos hoy en día y que año tras año pone de relieve el informe “Sanidad Privada, Aportando Valor” elaborado por el propio IDIS, en el que queda patente que existe una estructura de sinergias evidentes y deseables, susceptibles de mejora y necesitadas de profundizar en novedosos modelos de colaboración, algunos ya implantados en países de nuestro entorno.
En el mencionado informe se constata que el sector sanitario privado juega un papel relevante en las acciones llevadas a cabo para garantizar la sostenibilidad y el acceso de los pacientes al sistema sanitario, cooperando con el sistema público de salud a través de diferentes mecanismos de participación.
Las herramientas de colaboración más frecuentes entre la sanidad pública y privada son ampliamente conocidas, conciertos para pruebas y procedimientos diagnósticos y terapéuticos, conciertos para determinadas prestaciones sanitarias como terapias respiratorias, hemodiálisis, etc…, conciertos singulares, sin olvidar el ámbito del mutualismo administrativo, un modelo que favorece el equilibrio entre el sistema sanitario público y privado o las concesiones administrativas que incluyen la gestión de servicios sanitarios.
Todos ellos, tabulados individualmente y en su conjunto, generan tres beneficios directos consolidados: reducen notablemente la presión de la demanda asistencial en el sistema público y por lo tanto el efecto de alivio en las listas de espera es directo y claramente beneficioso, ahorran notables costes al introducir criterios de gestión por objetivos en todos los entornos en los que se implantan y estimulan la calidad a través de la obtención de los mejores resultados de salud posibles.
Se trata de fórmulas que podríamos denominar “tradicionales” implantadas en las diferentes Comunidades Autónomas, responsables de la gestión asistencial, aunque con diferencias de rango y de alcance entre unas y otras.
El objetivo de fortalecer nuestro sistema sanitario en su conjunto y de hacerlo más competitivo y eficiente, exige esfuerzo y amplitud de miras, así como una decidida voluntad de compromiso y acuerdo por parte de todos los agentes implicados en su diseño, gestión y proyección. IDIS quiere contribuir, dentro de sus posibilidades, a la consecución de este objetivo.
Como una herramienta que pretendemos que sea útil a estos efectos, hemos presentado las conclusiones del estudio Delphi 'Flexibilidad estratégica del sector privado ante la transformación de la sanidad pública: Análisis de escenarios de futuro 2013-2018'.
Aunque, como advertimos en el informe, el estudio puede concluir opiniones que no tienen por qué coincidir con las posiciones del IDIS, queremos expresar nuestra inequívoca voluntad de continuar colaborando con el sistema sanitario público. Deseamos hacerlo ayudando y participando en un proceso de ineludibles reformas, que ya se ha iniciado y que deberá proseguir durante los próximos años hasta encontrar y aplicar soluciones que contribuyan a la resolución de sus actuales problemas.
Creemos que las reformas no deberían ser cosméticas, sino estructurales, adoptadas con el mayor consenso institucional y político posible, e inspiradas en la eficiencia y en la calidad de la atención asistencial.
Sabemos que el proceso de reformas llevará tiempo, ya que habrá de plantear e impulsar respuestas a múltiples cuestiones. Algunas son organizativas y de gestión; otras de orden financiero y otras, en fin, derivadas de un profundo cambio en el paradigma asistencial, consecuencia, a su vez, de la cronicidad, del envejecimiento demográfico, de los avances de la investigación biomédica y de la llamada e-health.
Consciente de ello IDIS quiere aportar su conocimiento, la amplia experiencia del sector privado en la gestión sanitaria y su flexibilidad, factores de suma importancia para promover un Sistema Nacional de Salud realmente sostenible, solvente, eficaz y eficiente, capaz de ofrecer los mejores resultados de salud para los ciudadanos.
Entendemos que para ello es indispensable profundizar en las fórmulas de colaboración ya existentes y abrir camino a otras que se puedan plantear en el futuro.
Es el momento de que contemplemos el sistema sanitario en su conjunto y de que apostemos por una mayor y mejor integración de niveles asistenciales que eviten ineficiencias evidentes, procurando por ejemplo en términos de concertación asistencial, desarrollar la implantación de criterios de interoperabilidad, como es el caso de la historia clínica electrónica compartida, pieza clave del futuro sistema integrado de salud donde el paciente pueda transitar por uno u otro sistema, con respeto a su libertad y a su autonomía.
En todo caso, para IDIS una auténtica reforma del sistema sanitario público requiere la definición de una cartera de servicios realista, financiación suficiente, una buena gobernanza del sistema, medidas para mejorar la eficiencia en la gestión de los recursos (humanos, económicos y técnicos) y, desde luego, corresponsabilidad de los ciudadanos en la utilización de servicios y prestaciones, estando siempre junto al paciente independientemente de su situación y condición social.
En este marco de cambio y proyección hacia el futuro, IDIS desea impulsar la colaboración socialmente responsable en todas sus vertientes y, sobre todo, la integración entre el sistema público y el privado para evitar duplicidades e ineficiencias, porque, entre todos, deberíamos generar un marco más estable, más transparente, dotado de suficientes garantías y seguridad jurídica, al margen de cambios políticos, ya que los proyectos de la sanidad necesitan un horizonte a largo plazo.
En este contexto de impulso de la más que necesaria colaboración público-privada, recabamos todas las formulas disponibles - desde la concertación asistencial al desarrollo de la concesión administrativa de gestión indirecta o el modelo de mutualismo administrativo, tan ampliamente aceptado y reconocido por sus usuarios año tras año –, sin descartar explorar nuevas fórmulas de colaboración consensuadas entre todos los agentes y que nos saquen de esta situación de incertidumbre e inseguridad que se genera como consecuencia de la creciente politización de las propuestas de cambio del sistema.
Finalmente, nos parece importante destacar que este estudio Delphi nos brinda una oportunidad, la de comprobar la importancia y el interés que tiene promover en el ámbito de lo que los expertos denominan microgestión, el liderazgo organizativo que atañe directamente a aspectos tan relevantes como el liderazgo clínico, la autonomía responsable de gestión, la reducción de la variabilidad injustificada de la práctica asistencial y la desinversión de intervenciones innecesarias, sin aportación de valor demostrado o de efectividad dudosa.
En suma, creemos que del Informe Delphi se desprenden determinadas consideraciones que, una vez analizadas, debatidas y valoradas en los ámbitos correspondientes, podrían contribuir a facilitar sinergias y a acercar voluntades en torno a un objetivo compartido: garantizar la sostenibilidad, la calidad, la cohesión, la equidad y la eficiencia de nuestro sistema sanitario.
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