Lunes, 19 de mayo de 2014 | Número 59 |
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Un paciente satisfecho |
Recientemente se ha presentado en rueda de prensa una nueva edición del Barómetro de la Sanidad Privada, un elemento de evaluación de la percepción de pacientes y sus familias respecto de los servicios aportados por la Sanidad Privada en cualquiera de sus vertientes.
Un informe de especial importancia para todos puesto que permite establecer procesos de mejora continua tan importantes como necesarios, ya que perseverar en la senda de la calidad y la excelencia en todas las áreas, procedimientos y procesos de actuación es perseverar en una dirección correcta.
Es importante destacar la tendencia que consolida este tercer barómetro, es decir que las calificaciones positivas alcanzadas de forma reiterada en anteriores ediciones se confirman nuevamente, ya que la valoración media obtenida es de 7,5 en una escala de 1 a 10, con un 81 por ciento de los usuarios que otorgan una puntuación por encima de notable a los servicios prestados por la sanidad privada, y con 9 de cada 10 usuarios, es decir un 88 por ciento, que podría recomendar a sus familiares y amigos este entorno asistencial.
Además este aspecto tan positivo se ve especialmente reforzado por el hecho de que cuanto más se frecuenta y más se hace uso de los servicios de la sanidad privada, mayor es el nivel de satisfacción con la misma. Hasta tal punto, que como indica el informe, tanto los servicios de atención primaria, como los de urgencias y de ingreso hospitalario llegan a alcanzar puntuaciones tan elevadas como 7,9 en los dos primeros casos y 8,1 en el tercero, motivado no solo por la calidad y los resultados de salud obtenidos, sino además por la celeridad tanto en las pruebas diagnósticas, como en el tratamiento en sí.
Por otro lado, en el estudio se observa que se ha elevado hasta llegar al 17 por ciento el número de usuarios que utilizan en exclusiva la sanidad privada, lo que supone un incremento muy significativo con respecto al año anterior, donde representaban el 9% del total. Un aspecto este, especialmente relevante, por lo que supone de descarga en la presión asistencial al sistema sanitario público.
Si bien no existen grandes diferencias respecto a la oleada anterior, la obtención de estos excelentes resultados por tercer año consecutivo, demuestra el trabajo y el esfuerzo continuo que se está realizando por el sector de la sanidad privada, otorgando este Barómetro coherencia, solidez y credibilidad a unos datos que reflejan la excelente percepción que existe del sector, sin duda fruto de una labor que desde luego, no es trabajo de un solo día, sino que representa una tarea continuada y constante en el tiempo.
Vivimos momentos de cambio en todos los sentidos y la Sanidad no está exenta de ese incierto proceso. Los determinantes que condicionan el cambio vienen motivados por múltiples factores, unos son dependientes de elementos culturales y estructurales como puede ser la eficiencia en las intervenciones, o la adecuación, dotación e idoneidad de las diferentes áreas y servicios sanitarios, y otros derivan de aspectos más coyunturales como puede ser el progresivo envejecimiento de nuestra población, el incremento de los procesos crónicos, la eclosión de nuevas patologías relacionadas a veces con nuestro estilo de vida, la incesante innovación tecnológica y farmacológica, además de la creciente demanda de salud promovida por un lado por su carácter gratuito y universal y, por otro, por el incremento poblacional - en muchas ocasiones estacional - derivado por corrientes migratorias de todo tipo, más que por el hecho de la propia natalidad, que según muestran los datos del INE se encuentra francamente mermada con respecto a otras épocas y momentos de nuestra historia.
Ante este panorama de incertidumbre acerca de la sostenibilidad y solvencia de nuestro sistema sanitario público, desde el sector de la Sanidad Privada y desde IDIS, se viene insistiendo de forma constante en la necesidad de encontrar novedosas formas de colaboración, que instauren sinergias y que hagan al sistema en su conjunto mucho más eficiente y próximo al paciente.
Se han propuesto numerosas fórmulas que van desde el fomento e impulso de las tradicionales formas de colaboración, hasta otras más novedosas como puede ser la interoperabilidad entre ambos sistemas de provisión y aseguramiento, o el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, que pueden hacer que se eviten redundancias, duplicidades y gastos innecesarios, que a todas luces pueden ir destinados a cubrir necesidades urgentes de dotación, de personal o de infraestructuras.
Un aspecto relevante es el de descargar al sistema público de presión asistencial por ejemplo mediante la inclusión de funcionarios de CC.AA o Corporaciones Locales en el sistema MUFACE o la reimplantación de la desgravación fiscal sanitaria ya que este hecho por sí mismo facilitaría que individuos y familias accediesen al doble aseguramiento voluntario, con lo que ello significaría de alivio a las exasperantes listas de espera que se producen en determinados servicios públicos de salud.
El propósito de IDIS sigue siendo ser un “partner” estratégico en el propio sistema y perseverar tanto en la ruta de la calidad formal, como en la de la calidad percibida, teniendo como objetivo fundamental al paciente y poniendo todos los esfuerzos que sean necesarios en que su nivel de satisfacción sea lo más elevado posible, tanto en términos de resultados de salud, como en confortabilidad, en acceso e inmediatez a la hora de establecer un diagnóstico, o en el momento de implantar el tratamiento y seguimiento correspondientes.
Este es sin duda el buen camino, así lo indican los resultados del Barómetro que nos animan e impulsan a continuar por esta senda ya iniciada, haciendo que en un futuro no muy lejano podamos disponer de una acreditación voluntaria para todos los centros, públicos y privados que recoja, tabule y categorice todas las certificaciones y reconocimientos que los diferentes establecimientos asistenciales ya posean. |
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