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Viernes, 25 de mayo de 2012   |  Número 31
EL PULSO
EN EL SERVICIO DE MEDICINA NUCLEAR DE LA PLATAFORMA DE ONCOLOGÍA
USP San Jaime confirma que el PET con fluorocolina detecta tumores de próstata invisibles con otras técnicas
Es el único centro de la Comunidad Valenciana que aplica esta prueba diagnóstica, disponible en muy pocos centros en España

Redacción. Madrid
La experiencia de los especialistas en Medicina Nuclear de la Plataforma de Oncología de USP San Jaime confirma la utilidad del PET con fluorocolina (18F-FCH) para el diagnóstico de cáncer de próstata en pacientes cuyos tumores habían pasado desapercibidos a otras pruebas diagnósticas, y muy especialmente en aquellos con niveles de PSA no muy elevados. Esta experiencia, junto con los datos recogidos en la literatura médica, ha llevado a los especialistas de USP San Jaime a asumir y aplicar la recomendación de prescribir esta técnica diagnóstica a pacientes con niveles de PSA superior a 2ng/ml, frente a la recomendación actual de niveles de PSA por encima de 5ng/ml.

Dra. Aurora Crespo, jefe del Servicio de Medicina Nuclear.

El cáncer de próstata es el segundo más frecuente en el hombre y la segunda causa de muerte por cáncer, y su diagnóstico temprano puede ser determinante para las posibilidades de curación del paciente. La Dra. Aurora Crespo, jefe del Servicio de Medicina Nuclear de USP San Jaime, apunta la importancia para la evolución del paciente del PET-TC con fluorocolina, ya que “hasta ahora, muchos de estos pacientes que presentan niveles sospechosos del marcador PSA o bien un cuadro que hace pensar que puede haber una recaída o una metástasis, pero que no son visibles en un TAC, una resonancia o una gammagrafía, la alternativa que se les daba era esperar y muchas veces, esta espera es determinante para el resultado del tratamiento”.

El PET-TC con fluorocolina permite la detección de tumores en fases muy iniciales (de hasta 4mm) y además permite afinar en su localización. “Cuando teníamos un paciente con una sospecha muy alta de enfermedad, se le realizaban biopsias seriadas, muy molestas para el paciente. Ahora, sabemos la localización exacta y podemos concretar la zona del tejido del que necesitamos una muestra”, apunta la Dra. Crespo.

La fluorocolina [18F] (18F-Colina) es un radio fármaco también, pero su vida es de hasta 110 minutos, lo que facilita el transporte desde el centro de elaboración hasta el centro en el que se realiza la prueba. Desde la aprobación de su uso en los servicios de Medicina Nuclear bajo la figura de uso compasivo, por el Ministerio de Sanidad, en mayo de 2011, USP San Jaime lo ha incorporado a su cartera habitual de servicios, siendo uno de los pocos centros que lo aplica en España y el único Hospital de la Comunidad Valenciana.

Desde entonces, USP San Jaime ha realizado 16 estudios con PET-TAC con fluorocolina en 15 pacientes hasta el mes de enero, con edades comprendidas entre los 50 y los 80 años, con sospecha de adenocarcinoma de próstata o de recurrencia de su tumor, y que no se habían encontrado con otras pruebas diagnósticas plenamente asentadas (resonancia, TAC y gammagrafía). En 11 de estos pacientes, se detectaron tumores que habían pasado desapercibidos a otras pruebas diagnósticas y en uno de ellos el estudio sirvió como seguimiento para observar el resultado del tratamiento.

Es conocido que la sensibilidad del PET está relacionada con los niveles de PSA pero, como se ha comentado anteriormente, un porcentaje considerable de pacientes presentan un cáncer de próstata con niveles bajos de PSA. Estudios recientes han hallado estudios PET con 18F-Colina positivos en un 44 por cientp de pacientes con niveles de PSA entre 1,1 y 5 ng/ml, datos que se ven reforzados con el hallazgo en un grupo de 111 pacientes con cáncer de próstata que concluyen que la detección de recurrencias se realiza con fiabilidad en pacientes con niveles de PSA por encima de 2 ng/ml. “En base a estos resultados, parece lógico a partir de estos datos que un umbral de 2 ng/ml sería una cifra adecuada”, afirma la Dra. Crespo.

Actualmente existen todavía limitaciones en el diagnóstico de la enfermedad con los métodos habituales (resonancia, TAC y gammagrafía). En cifras nos encontraríamos con que no se encuentra el tumor entre 1 y 3 de cada 10 pacientes con cáncer de próstata, a pesar de realizar biopsias seriadas y repetidas –muy molestas para el paciente-. En la mayoría de los casos (entre el 70 y el 90 por ciento según los estudios), una vez se diagnostica el tumor, no se llega a establecer correctamente la extensión a los ganglios linfáticos, o la diseminación de la enfermedad (presencia de metástasis). Además no hay técnicas fiables disponibles para identificar de forma temprana una recaída cuando de ha detectado una elevación del marcador (PSA) o para valorar cómo se está respondiendo al tratamiento en pacientes con enfermedad diseminada.

La experiencia de USP San Jaime, que se presentó recientemente en la XVI Jornada de la Sociedad Valenciana de Medicina Nuclear, indica que el PET-CT con fluorocolina es especialmente útil en los siguientes casos: identificación de recaída en pacientes con elevación del PSA y resto de estudios negativos; señalización de la zona afectada para dirigir la realización de la biopsia en pacientes con alta sospecha de cáncer y biopsias seriadas repetidas negativas; estadificación inicial o reestadificación en paciente de alto riesgo; y monitorización de la respuesta en el paciente metastásico.

En lo que se refiere a modificar la indicación de PET con fluorocolina para pacientes con niveles de PSA superiores a 2ng/ml, en base a la evidencia disponible, se recomienda en los casos de estudio de extensión en pacientes diagnosticados de cáncer de próstata de alto riesgo, con alta probabilidad de metástasis; pacientes a los que se ha efectuado tratamiento radical de un cáncer de próstata en los que exista sospecha de recidiva en dos situaciones clínicas: aumento de PSA por encima de 2 ng/ml en pacientes sin tratamiento hormonal previo, o pacientes en tratamiento hormonal que presentan incremento progresivo de los niveles de PSA.

La colina es una molécula que permite la identificación y localización de las lesiones tumorales con mayor precisión que otros sistemas por la afinidad que presenta por el tejido canceroso. El radiofármaco se inyecta en el paciente como contraste y permite observar los órganos de forma no invasiva. Hasta ahora, esta identificación ya era posible con una precisión similar a través del cloruro de colina (11C-Colina), un radiofármaco de corta vida (20 minutos) que obligaba a contar con la tecnología necesaria para su elaboración en el propio centro, para producirlo y administrarlo al paciente antes de que perdiera sus propiedades.

La Plataforma de Oncología siempre ha estado a la vanguardia en la aplicación de los últimos adelantos al servicio de la Oncología, de la mano de la Fundación Tedeca. Así, fue uno de los primeros centros en España en contar con PET-TAC de última generación, en aplicar la radioterapia intraoperatoria y en el abordaje robótico del páncreas. Además, cuenta con una Unidad de Farmacoterapia Personalizada en la que se monitoriza la respuesta individual de cada paciente a la quimioterapia y fue uno de los primeros centros en España en aplicar la técnica de Sugarbaker para el tratamiento de la carcinomatosis peritoneal.
 

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