La jornada ha contado con la presencia de Pedro Carceller, Director General de Inclusión y Cooperación al Desarrollo de la Generalitat Valenciana; y, Marta Torrado, Concejala del Ayuntamiento de Valencia. Ambos han querido dedicar unas palabras y agradecer la labor de los equipos que apoyan y cuidan a la población valenciana; haciendo mención especial al equipo del Servicio de Atención a urgencias sociales (SAUS) de Valencia, que en los últimos años ha hecho un trabajo increíble para apoyar a las personas vulnerables en los recientes acontecimientos de la comunidad valenciana.
Philippe Morin, CEO de Clariane España, inauguraba la jornada: “La importancia que le da Clariane al cuidado a las urgencias y a las emergencias sociales en la atención de salud mental, en esos primeros momentos de crisis, es increíble. Pero es solo una pequeña parte de lo que hacemos todos los días. También seguimos después de la crisis. No ofrecemos cuidado solo a corto plazo, sino que actuamos también a largo plazo para curar y para que las personas puedan recuperar su autonomía”.
La importancia de la salud mental en situaciones de crisis
“Crisis” es una ruptura temporal del equilibrio emocional y funcional. Se produce cuando una persona se enfrenta a una situación que supera sus recursos habituales de afrontamiento, provocando una desorganización en su modo de pensar, sentir o actuar.
Desde la psicología de las emergencias se entiende que las crisis generan una alteración abrupta del equilibrio emocional y funcional, tanto a nivel individual como comunitario.
Jesús Linares, secretario del Colegio Oficial de Psicología de Madrid, diferencia entre dos tipos de crisis: las macro emergencias, aquellas de carácter repentino, altamente disruptivas y colectivamente traumáticas. En este tipo de crisis es necesaria una intervención psicológica estructurada. Y, las micro emergencias, acontecimientos parcialmente traumáticos que afectan a personas de manera individual, con una alta carga emocional, aunque sin necesidad de movilizar recursos colectivos de gran escala.
Como señala el profesional, es primordial hablar de salud mental en crisis ya que “tanto las macro como las micro emergencias pueden desencadenar crisis psicológicas agudas y requieren de una mirada especializada y un acompañamiento adaptado al contexto”. “Al final una crisis es una reacción transitoria a una situación anormal. Es importante no psicopatologizar el sufrimiento humano y debemos poder acompañarlo, como hace Clariane, con humanidad y criterio”, añade.
La salud mental debe ser protegida durante y después de una crisis. Aunque no podamos evitar el impacto inicial, sí podemos intervenir para reducir el sufrimiento, prevenir complicaciones psicológicas y acompañar desde el cuidado. “En una crisis lo importante no es decir mucho, sino estar muy presente y escuchar las necesidades de la persona”, reflexiona Jesús Linares.
Intervención multidisciplinar en crisis
El trabajo multidisciplinar no se trata solo de sumar profesiones, sino que se trata de construir esa mirada transdisciplinar única.
Alfredo Pacheco, psicólogo e Intendente de la Policía Local de Valencia, reflexiona sobre la necesidad de cambiar la forma de pensar y trabajar junto a todas las personas implicadas dentro de las administraciones, de las empresas privadas y de otros servicios de apoyo. “Si no es así, no vamos a poder dar nunca una respuesta apropiada a las necesidades de los ciudadanos y a las circunstancias”, explica. “El trabajo coordinado y multidisciplinar es necesario e indispensable para el cuidado. El reto está en seguir sensibilizando y que sepamos crear las vías de comunicación y coordinación que nos lleve a potenciar el trabajo multidisciplinar”, añade.
Menchu Bernal Pérez, directora general de Apoyo a Víctimas del Ministerio del Interior, y Paulina Martínez, coordinadora del SAUS, ahonda en el tipo de intervención que es necesario cuando ocurre una crisis. “El poder escuchar qué necesita una persona también es una intervención”, señala Paulina. Menchu, además añade que: “cuanto más rápida es la intervención y más recursos se activan durante la crisis, el trabajo social posterior se acorta en el tiempo de una manera importante”.
Atención a colectivos vulnerables
Las personas responden antes las crisis de manera diferente. Por ejemplo, “los adolescentes aún están aprendiendo a gestionar sus emociones y en momentos de crisis puede aparecer evitación y desapego emocional, dificultad para concentrarse en actividades de la vida diaria, hiperactivación fisiológica y emocional, mayor irritabilidad, menor tolerancia a la frustración, hipervigilancia constante y también un aumento de las conductas de riesgo” señala Lucía Muñoz, directora de Ita La Cañada. En cambio, como bien señala Judit de la Rosa, psicóloga de Seniors Can Picafort, las personas mayores después de vivir una crisis son especialmente vulnerables. Son personas con sus historias, con sus miedos, con sus emociones y deben ser comprendidas en profundidad. Todos estos riesgos se pueden ver reflejados tanto en el área física como el en el área mental. Momentos de estrés intensos pueden desestabilizar enfermedades que antes estaban controladas, el cambio repentino también puede desorientarlos aumentando las caídas. En referencia al área emocional, el miedo, la incertidumbre puede desencadenar sentimientos como la soledad, la depresión con secuelas como el insomnio y las pesadillas.
Ana Isabel Guillén, profesora de psicología de la UCM, hace una reflexión muy interesante en referencia a las crisis. Debemos entender las crisis como algo más dimensional, algo que no sucede solo a unas pocas personas. “Debemos entenderlo como algo interactivo y comprender que todos estamos en momentos de fragilidad”, señala. También señala que debemos entender que las crisis son contextuales. Surgen en contextos concretos, que dependen de los vínculos, del sistema familiar, de las desigualdades y de las condiciones de vida de las personas.
Cuando hablamos de trauma y de crisis también es importante pensar con una visión de vulnerabilidades porque esas situaciones afectan a los síntomas del trauma. Una persona vulnerable reaccionará de manera diferente al trauma en función de su vulnerabilidad.
Algunas de las propuestas para mejorar la atención a personas vulnerables en momentos de crisis han sido: generar grupos donde se hable de este tipo de situaciones y hablar de cómo mejorar la atención en diferentes situaciones, dejar de mirar las crisis como algo a evitar y que veamos los planes de atención anticipada como un derecho, crear medidas que se anticipen, que se adapten a los cambios y que se lleve a cabo en equipo.
Hacia un modelo resiliente
Melba Aragón, doctora en psicología clínica, ha hablado sobre la necesidad de modelos resilientes. “A nadie le gusta sentir dolor. Es un desafío entender y saber qué hacer para que esa crisis la podamos manejar de una manera que se nos haga sostenible, que no nos paralice”, explica la profesional.
Es importante crear un plan que responda y que integre el ámbito social, recursos, identidad y cohesión dentro de un marco político, social e institucional y que le dé sentido a esa situación traumática. Además de una comunidad que lleve el liderazgo, una comunidad que tenga sus recursos, que los integre y que pueda liderar esa respuesta. También es necesario conectar con actores sociales públicos o privados que apoyen las necesidades con recursos, tecnología o información en el momento de la crisis y después de ella.
Debemos poder sacar provecho de lo que ha ocurrido, debemos evaluar constantemente nuestras acciones y los sucesos para poder ajustar las estrategias a largo plazo. “Los planes deben estar en movimiento, ser algo vivo, como la resiliencia. Para que cada vez, trabajar en comunidad, en coordinación, en equipos multidisciplinares no sea una rareza, sino que sea algo permanente, más constante en el tiempo y que por lo tanto pueda funcionar mejor”, concluye Melba Aragón.