Nuestros profesionales sanitarios no dudaron en dar lo mejor de sí a lo largo de toda la pandemia, incluso a sabiendas de los riesgos que conllevaba. Todavía hay muchos retos que abordar con respecto al profesionalismo sanitario como es el impulso de los valores inherentes a las profesiones sanitarias, la integración de los nuevos perfiles profesionales y el funcionamiento óptimo del sistema a través de los resultados sanitarios y de salud. Es clave, por ello, reconocer su labor, remediar la falta de profesionales, incorporarles en la toma de decisiones, favorecer la mejora de los roles, fomentar el profesionalismo y el reconocimiento a los objetivos conseguidos, entre otros aspectos”. Así lo ha señalado Juan Abarca, presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), durante la jornada ¿Y ahora qué? Monográfico Profesionales desarrollado en el marco del foro IDIálogoS, en el que se han abordado los problemas que persisten después de la pandemia y otros que se han podido agudizar desde el punto de vista de los profesionales sanitarios.
Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS y moderadora de la sesión, señaló que “la jornada ha pretendido abordar los retos que afectan directamente a los profesionales sanitarios, en un sistema que lleva tiempo acusando la falta de recursos y medios y la necesidad de mejorar la eficiencia: problemas que repercuten directamente en los propios profesionales, que son el mejor activo del sistema, pero que sufren entre otros la falta de planificación, la escasez del reconocimiento de objetivos y el déficit de desarrollo de la carrera profesional y del profesionalismo”.
Antonio Zapatero, viceconsejero de Asistencia Sanitaria y Salud Pública de la Comunidad de Madrid; Carlos Rus, presidente de la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) y Javier Elola, presidente del Comité de Profesionalismo médico del ICOMEM, han formado parte de la sesión de debate en la que se han puesto sobre la mesa algunos aspectos como el reconocimiento de los profesionales, la relevancia de la publicación de resultados en salud, la importancia de la formación continuada, la necesidad de dotar de más recursos al sistema sanitario o de contar con nuevos perfiles en el entorno sanitario. Tras la primera ola de la pandemia, uno de los aspectos que más reclamaban los profesionales -en concreto, los médicos, a través de las sociedades científicas- era la autonomía para tomar decisiones que les afectan y su participación activa en el diseño y evolución del sistema. En este sentido, los expertos consideran que las sociedades científicas deberían tener una mayor presencia como consultor para las administraciones, y que esta debería estar institucionalmente formalizada en un marco que haga viable esa implicación.
Por otro lado, los ponentes instan a reflexionar acerca del sistema sanitario que queremos disponer, que sea suficiente y adaptado a las necesidades que en cada momento plantea la sociedad, a que la publicación de resultados sanitarios y de salud sea obligatoria para que el ciudadano disponga de esa información y exista por lo tanto transparencia y de esta forma pueda ejercer su derecho a elegir libremente dentro de la oferta asistencial de que dispone, pero sobre todo porque la disponibilidad de datos sobre la actividad permite el establecimiento de planes de mejora basados en las métricas asociadas a dichos resultados. A este respecto, consideran importante disponer de indicadores que se puedan comparar entre servicios de salud y entre centros, indicadores homogeneizados y unificados independientemente del entorno asistencial que se produzcan, en el público o en el privado. Tal y como han señalado, el beneficio alcanzaría a todos: profesionales, pacientes y al propio sistema.
Durante la sesión se mencionó la capacidad de innovación creciente en el ámbito de la salud y de adaptación de los profesionales a dichos avances científicos, un aspecto este que quedó de manifiesto durante la pandemia y, ligado a ella, la conveniencia de generar un cambio cultural que permita a los profesionales sanitarios adaptarse a un nuevo entorno cambiante, teniendo en cuenta los nuevos perfiles en el sector sanitario vinculados a la transformación y disrupción digital y por lo tanto a la necesidad de incorporar este contexto tecnológico a la formación continuada de los profesionales. En este sentido, se aludió a la importancia del desarrollo de las competencias profesionales necesarias con la evolución tecnológica, científica e innovadora, como un elemento que debería constituir un esfuerzo sistemático del conjunto del sistema, desde las facultades de ciencias de la salud, del sistema de formación especializada y de la propia formación continuada.
La jornada finalizó con una reflexión en torno a la necesidad de contar con más recursos para el sistema sanitario; a este respecto los participantes destacaron la conveniencia de desinvertir en las acciones que no aporten valor en medicina y dirigir la financiación nueva a reformas estructurales, así como de contar con todos los recursos disponibles. Además, reclamaron la necesidad de desarrollar un Pacto de Estado en cuyo diseño participen todos los agentes implicados, pacientes, administraciones, profesionales sanitarios, industria, el entorno de la sanidad privada, etc.