Son muchos años investigando y aplicando terapias innovadoras en el campo de la traumatología y la cirugía ortopédica, y una de nuestras preocupaciones principales siempre ha sido y sigue siendo controlar y disminuir el dolor derivado de las intervenciones quirúrgicas. El Hospital Perpetuo Socorro es pionero en Canarias en unirse a la tendencia anglosajona y europea de crear equipos altamente especializados dentro de una misma especialidad, en nuestro caso, la traumatología. Y es esa dedicación exclusiva la que consideramos que nos permite progresar en tratamientos innovadores.
En esta línea, y junto al equipo de especialistas que coordino, formado por los doctores Gustavo Blanco, Felipe García, Álvaro Rafael Blanco y Andrés Logiogio, en HPS seguimos apostando fuerte por la aplicación de células madre en el campo de los injertos óseos. Existen muchos problemas derivados de patologías articulares y óseas y requerimos soluciones que prioricen la calidad de vida del paciente, algo que pasa necesariamente por realizar intervenciones mínimamente invasivas para reducir el dolor asociado a estos tratamientos, que suele ser intenso y duradero.
Así, desde 2017 venimos aplicando una técnica pionera de cirugía mínimamente invasiva para la toma combinada de células madre e injertos óseos desde la pelvis, en una misma intervención, para posteriormente llevar a cabo la reconstrucción ósea que requiera el paciente. La técnica, de origen estadounidense y denominada MC-R8, nos ha permitido llevar a cabo ya más de medio centenar de tratamientos en nuestro hospital. El resultado ha sido un alto grado de satisfacción.
A pesar de reconocer sus dudas previas antes de someterse a un tratamiento novedoso, estos pacientes coinciden en señalar que se lo recomendarían a cualquier persona por el hecho de tratarse de una cirugía ambulatoria y nada invasiva, cuya recuperación sin complicaciones y con muy pocas molestias, les ha permitido volver a casa el mismo día de la operación.
La extracción tradicional de tejido óseo requiere incisiones de varios centímetros, abrir la musculatura y separarla del hueso para tomar los injertos. El dolor tras la toma de injertos con incisiones amplias es la principal queja de los pacientes que han de pasar por ello, además de un retraso en la recuperación debido al corte de tejidos que conlleva. Con frecuencia se producen hematomas, y los pacientes llegan a sufrir mayores molestias en la zona de la que se toman los injertos que tras la propia operación de reconstrucción ósea.
Sin embargo, bajo esta técnica el paciente apenas sufre dolor y se recupera rápidamente, al no necesitar más que una incisión de unos 5 milímetros que no separa la musculatura del hueso. Además, la toma de células madre a partir de la misma incisión nos confiere una gran ventaja adicional: facilita la integración de los injertos.
En definitiva, mejorar los tratamientos de las personas que necesiten una reconstrucción ósea seguirá siendo nuestro objetivo. Al igual que formar y compartir conocimiento con todos aquellos profesionales que, en el área de la cirugía traumatológica, deseen profundizar en el uso de células madre y la toma percutánea de injertos óseos.