La doctora Sofía Clar, jefa del servicio de pediatría en los hospitales IMED de la provincia de Alicante, analiza la rápida propagación de los casos de bronquiolitis en España, que se han multiplicado en las últimas semanas. Las urgencias pediátricas empiezan a estar tensionadas y crece la preocupación entre los padres.
Bronquiolitis es como se denomina a la inflamación de los bronquiolos, que ocurre típicamente como complicación de un catarro en los primeros meses de vida (normalmente en el primer año de vida). En la bronquiolitis estos conductos se inflaman y se llenan de moco, por lo que la llegada del oxígeno se ve entorpecida y el niño tiene que esforzarse más por respirar.
La doctora destaca que la bronquiolitis condiciona cada año entre 7.000 y 14.000 hospitalizaciones de lactantes al año en España. Además, entre en 2-3 por ciento de niños que se infectan por primera vez de VRS en los primeros 12 meses de vida requieren hospitalización y entre el 2-6 por ciento de ellos requieren ingreso en cuidados intensivos. Por tanto, es la causa más frecuente de hospitalización en niños pequeños
Como factores predisponentes a la enfermedad se encuentra la edad, pues es una enfermedad que afecta característicamente a los lactantes, especialmente a los menores de un año. También la estación, pues se sabe que el virus respiratorio sincitial, el principal agente causante de la bronquiolitis, circula principalmente entre los meses de octubre a marzo, con un comportamiento epidémico.
La especialista explica que preocupa principalmente por la vulnerabilidad de los pacientes ante la enfermedad, una enfermedad vírica para la que no disponemos de un tratamiento curativo, sino medidas de alivio sintomático y de soporte. Además, la rápida propagación del virus y el importante impacto que puede tener en la salud de los más pequeños, llega a saturar los recursos sanitarios hospitalarios y extrahospitalarios pediátricos.
En todos los años es habitual que surja la necesidad de reforzar los servicios de urgencias pediátricos, una situación similar a lo que ocurrió a nivel generalizado en todo el sistema sanitario con la pandemia de la covid19, pero focalizado en la población pediátrica.
Repunte de casos
La pandemia por coronavirus ha afectado a la circulación de otros virus respiratorios, actualmente muchos pacientes sensibles a la infección por virus respiratorio sincitial no habían estado expuestos previamente por las medidas adoptadas para control de la pandemia por coronavirus (limitación de contactos sociales, uso de mascarillas…), ahora con la retirada de dichas medidas toda esta población sensible se ve expuesta a este agente infeccioso, que circula con gran eficacia entre esta población.
El frío aumenta la supervivencia del virus, lo que junto con el mayor tiempo que se permanece en espacios cerrados, favorece los contagios por el virus respiratorio sincitial y otros virus causantes de bronquiolitis. Además, ahora se junta la elevada presión por virus respiratorio sincitial con la epidemia de gripe y de coronavirus, que aún no se ha ido.
“Ha cambiado la temporalidad del virus, y este año hemos detectado el primer caso en julio, cuando en la epoca anterior a covid la epidemia de bronquiolitis se iniciaba a finales de octubre”, comenta la doctora Sofia Clar.
Los anticuerpos monoclonales de una única dosis dirigidos a toda la población de lactantes y que se enfrentan a su primera temporada de VRS ya tiene la luz verde de agencia europea del medicamento y es previsible q estén preparados para el año próximo y es un gran avance.
A día de hoy el VRS no tiene tratamiento específico por lo que la prevención es indispensable, se requiere medidas preventivas como lavarse las manos antes de tocar al bebe, no toser ni estornudar cerca del niño y no llevarle a sitios con multitudes.
¿Cuándo hay que ir a urgencias? Principalmente cuando el niño presente dificultad para respirar. Otros signos también pueden ser el estar comiendo poco (la mitad o menos de lo que come habitualmente). El tener moco sin presentar dificultad para respirar en los lactantes es un síntoma habitual que puede manejarse ajustando las tomas (tomando menor cantidad, pero más veces para evitar que se fatigue comiendo), realizando lavados nasales o elevando la cabecera de la cama.