Actualmente no existe en Euskadi ningún otro centro con un programa estable de cirugía torácica robótica aparte de la Clínica IMQ Zorrotzaurre. Se trata de un tipo de cirugía mínimamente invasiva, que utiliza incisiones minúsculas para acceder a las cavidades del organismo, en este caso del tórax, “lo que nos permite hacer una cirugía más precisa, agrediendo menos al paciente, utilizando para ello un robot quirúrgico”, detalla Unai Jiménez, cirujano torácico de Clínica IMQ Zorrotzaurre y pionero de esta técnica en Euskadi con la que ya lleva realizadas varias intervenciones exitosas.
Se trata de la evolución de las técnicas de cirugía mínimamente invasiva que permiten realizar intervenciones complejas preservando al máximo los tejidos, con una recuperación mucho más rápida y un post operatorio bastante menos doloroso.
El cirujano se ayuda del robot quirúrgico Da Vinci “a cuyos brazos se adapta un instrumental que es el que entra dentro de la cavidad del enfermo a través de unas cánulas finas de 8 milímetros”. Una de las cosas que hace realmente especial esta cirugía o este abordaje, es que el cirujano está en un ambiente totalmente inmersivo en el cual tiene una visión tridimensional, se rodea completamente del campo en el que está operando, “y los instrumentos nos permiten simular los movimientos de las muñecas. De hecho, son mejores los movimientos del robot que los del propio cirujano”. Todo ello se realiza sin abrir el tórax, sin separar las costillas y operando a través de pequeños orificios.
Una tecnología quirúrgica de vanguardia
El sistema Da Vinci es un robot quirúrgico con la última tecnología aplicada a la cirugía torácica. Sus cuatro brazos robóticos son controlados por el cirujano para realizar movimientos fijos, precisos y seguros. “Si comparamos esta técnica con la cirugía toracoscópica o de mínima invasión convencional, en la que utilizamos instrumentos muy largos y rígidos, lo que esta técnica nos permite es realizar movimientos en todas dimensiones mucho más precisos con instrumentos mucho más pequeños. Esto hace que el cirujano esté más seguro, que su visión sea mucho mejor que incluso en la cirugía abierta convencional, llegar a regiones anatómicas de más difícil acceso, lo q le permite realizar procedimientos más seguros e incluso más complejos” matiza el Dr. Jiménez.
El instrumental robótico se ha optimizado tanto para la cirugía torácica que es el equivalente a tener unas manos en miniatura dentro del tórax, permitiendo más capacidad de manipulación que la de la mano humana, y conservando los principios de la cirugía mínimamente invasiva. El cirujano realiza la intervención desde una consola que proporciona una visión en tres dimensiones y alta definición, imposible de lograr mediante videotoracoscopia convencional.
Beneficios para el paciente y cáncer de pulmón
Tal y como indica el cirujano torácico de IMQ, el mayor beneficio para el paciente es la recuperación “vuelve mucho antes a su vida habitual y con un posoperatorio mucho menos doloroso al utilizarse accesos muy pequeños, de 8 mm, y esto siempre asegurando e incluso mejorando los resultados oncológicos, sobre todo cuando hablamos de cáncer de pulmón, ya que algunos aspectos incluso mejoran”. “El 80% de las cirugías que un cirujano torácico realiza es cirugía de cáncer de pulmón. Por lo tanto, la principal indicación y la cirugía más habitual es ésta; lobectomías, segmentectomías e incluso cirugías más complejas que incluyen reconstrucciones broncovasculares”.
En general, todos los casos susceptibles de ser tratados con cirugía videotoracoscópica pueden ser abordados mediante cirugía torácica robótica. En cualquier intervención torácica cuyo objetivo sea la extirpación total del tejido tumoral, siguiendo todos los criterios oncológicos establecidos, debe considerarse la posibilidad de la cirugía robótica. Otra indicación habitual es la cirugía mediastínica, especialmente la q se realiza sobre el timo, la glándula delante corazón, en caso de tumores y miomas.