En la actualidad nos encontramos con una sociedad cada vez más envejecida debido al aumento de la esperanza de vida y a la disminución de la fecundidad. También nos encontramos con una sociedad con una generación de jóvenes con cada vez más problemas de salud mental. La realidad actual nos muestra que cada vez hay menos contacto entre generaciones.
Desde Fundación FITA, entidad sin ánimo de lucro especializada en la prevención, atención y formación en salud mental y bienestar emocional en las diferentes etapas de la vida, remarcan la necesidad de romper con este enfoque individualista en la juventud y de las interpretaciones negativas que predominan de la vejez. Su objetivo es cambiar la visión social que relaciona la vejez con la soledad en pro de una visión de esta etapa de vida más positiva, donde las personas mayores sean validadas y valoradas por todo lo que pueden aportar a través de su experiencia vital.
Por este motivo, la Fundación ha estado trabajando durante los últimos meses en un proyecto intergeneracional en el que ha colaborado Ita salud mental y Seniors Residencias; marcas expertas en salud mental y cuidado a personas mayores de Clariane España.
“Este proyecto surge porque después de 27 años dedicandome a los trastornos de la conducta alimentaria, muchas veces veía que a las pacientes que eran más graves o que costaban más porque tenían una autoestima muy baja y sentían en la mirada de los demás siempre un rechazo o una crítica, siempre intentábamos rescatar una mirada positiva y aparecía la figura de un abuelo o una abuela, que era aquella mirada donde sí se sentían aceptadas. Por otro lado, algunas pacientes me habían comentado que haciendo voluntariado en alguna residencia se habían sentido que aquel día la comida les había costado mucho menos, se sentían mucho más vista y útiles. Además, a parte del trabajo con personas con problemas de salud mental, también hemos estado incorporando en la Fundación el apoyo a personas mayores. Fue entonces cuando pensé que era el momento ideal para hacer algo que uniera los dos proyectos y cómo pueden salir beneficiadas las dos generaciones”, explica Raquel Linares, directora de Fundación FITA.
Fomentar las relaciones intergeneracionales es una gran herramienta para acabar con el sentimiento de soledad y con el estado anímico depresivo. Tanto las personas jóvenes como las personas mayores se benefician de estos encuentros intergeneracionales. Por un lado, las personas mayores pueden compartir su sabiduría y valores a los más jóvenes; mientras que estos transmiten su visión del mundo y les ayudan a entender los cambios que hay en la sociedad. Es un espacio donde poder relatar historias de vida, donde se generan vínculos, donde aparece el cuidado mutuo. Gracias a estos encuentros se trabaja la autoestima: las personas mayores tienen más vitalidad, aumenta su curiosidad gracias a las historias que les cuentan las jóvenes, sienten que aún pueden aportar su granito de arena en la sociedad.
De igual manera, las pacientes de TCA mejoran su autoestima y su motivación al participar en un proyecto en el que interactúan con otras personas, donde aprenden de y con ellas y tienen la capacidad de hacerlas sentirse mejor. “En muchos casos, las personas afectadas por un TCA dejan de participar en actividades, se aíslan y pierden la motivación. Por esta razón, participar en un proyecto como este es una excelente opción para aquellas personas que se encuentran en tratamiento, aumentando de esta manera su sentimiento de valía, productividad, solidaridad y responsabilidad”, explica Raquel Linares.
Es así como surge el proyecto intergeneracional entre las pacientes de trastornos de la conducta alimentaria de los centros especializados de Ita salud mental en Málaga y la residencia de personas mayores Seniors Torre del Mar; situada también en Málaga.
El proyecto intergeneracional está formado por diferentes actividades que fomentan la actividad y los encuentros entre ambos colectivos: actividades de ocio, lecturas, libro de vida, estimulación cognitiva, música compartida... Todos estos encuentros han sido grabados dando lugar a un cortometraje documental.
Este cortometraje intergeneracional de 30 minutos muestra parte de las actividades que se han realizado durante estos encuentros capturando los valores del proyecto: dignificar la tercera edad, poner en valor su sabiduría y ayudar a jóvenes con problemas de salud mental.
Este corto ha conseguido capturar las dinámicas que se han dado entre las jóvenes de Ita y las personas mayores de Seniors, cómo sus vínculos han ido evolucionando, cómo han crecido y han salido de su burbuja personal para expandir sus horizontes y su visión de la vida. Este corto muestra cómo la conexión entre ambas generaciones ha conseguido acabar con la sensación de aislamiento y soledad.