El debate acerca de la transparencia y los profesionales es una constante en el sector de la sanidad. Estos dos principios están incluidos en el manifiesto “Por una mejor Sanidad” de la Fundación IDIS constituyendo dos ámbitos de mejora de nuestro sistema sanitario.
El primero tiene una derivada muy evidente, que no es otra que la de la publicación de los resultados sanitarios y de salud, en el primer caso en términos de eficiencia, acceso, calidad y seguridad, resolución asistencial y experiencia de paciente fundamentalmente; y en el segundo, en relación con los datos que nos ofrecen las diferentes patologías, todos ellos tomando como base indicadores internacionalmente validados y aceptados.
La publicación de resultados es una práctica habitual en comunidades autónomas como Madrid y Cataluña fundamentalmente, aunque otros territorios de nuestro país están iniciando esta senda que es tan deseable y necesaria para pacientes y profesionales.
Por otro lado, desde la Fundación IDIS, el sector sanitario privado también es pionero en este sentido con su estudio RESA de resultados de salud que incluye indicadores internacionales EIQI (European Inpatient Quality Indicators) e involucra a más de 500 centros -525 en la última edición, la octava, con 325 hospitales y 200 centros de Fertilidad-.
RESA compendia el análisis de 72 indicadores (de eficiencia, accesibilidad, resolución asistencial y calidad y seguridad del paciente, además de los de fertilidad y diálisis); por otro lado, la Fundación constituyó en su momento el Observatorio del mismo nombre, que monitoriza la evolución de los datos recogidos a lo largo del tiempo.
La publicación de resultados sanitarios y de salud es esencial porque estimula la sana competencia y promueve la mejora continua en términos generales. En una sociedad democrática la transparencia en las actividades sanitarias debería ser obligatoria porque es necesario facilitar a las personas datos que les permitan ejercer su libertad de elección y, para ello, se precisa de valentía y liderazgo que impulse su utilización sistemática para la toma de decisiones sustentadas en información accesible, transparente y fiable.
Este aspecto enlaza directamente con la capacidad de elección del paciente en particular. La libre elección conlleva una serie de beneficios para el sistema que son evidentes. En primer lugar, mejora la competencia entre los diferentes centros y entornos asistenciales, lo cual produce un efecto muy positivo una vez que este hecho lleva asociada la mejora de la calidad en un proceso continuo; el segundo, la consecución de los mejores resultados de salud posibles, y, en tercer lugar, y no por ello menos importante, la satisfacción de los profesionales en términos de pertenencia a organizaciones sanitarias que basan su desarrollo y crecimiento en la excelencia en el servicio prestado.
Los profesionales sanitarios son el principal valor y recurso del sistema en su doble vertiente pública y privada. Sin ellos y sin su compromiso y dedicación sería imposible lograr los indicadores sanitarios y de salud con los que cuenta en este momento.
Para disponer de una sanidad acorde con las necesidades y retos que plantea el presente y el futuro es imprescindible escuchar a los profesionales sanitarios, incluirlos en la gestión y toma de decisiones logrando así una incorporación efectiva en las organizaciones y haciéndoles líderes del cambio; asimismo, es importante la participación del paciente como protagonista del sistema.
Por todo ello, es fundamental trabajar en equipos interdisciplinares pasando del empoderamiento individual del propio profesional al empoderamiento colaborativo. Contar con un número suficiente de profesionales y apostar por la continuidad asistencial son esenciales para progresar en un entorno que precisa de capacidad de adaptación.