Nuestro sistema sanitario ha estado sometido a un gran estrés como consecuencia de la pandemia producida por el SARS-CoV-2 (COVID-19), poniendo en evidencia las limitaciones y, por lo tanto, la necesidad de una reforma integral que lo adapte y alinee con las necesidades y retos que plantea ya el presente, pero especialmente el futuro de nuestro sistema sanitario. Es fundamental que exista la suma de voluntades y la multiplicación de esfuerzos para dar valor al sistema y que, además, se utilicen todos los recursos disponibles para afrontar el presente y el futuro con éxito.
“Los profesionales sanitarios son el principal activo del sistema y es fundamental tenerlos en cuenta en la toma de decisiones y valorar qué acciones hay que desarrollar para adaptar la forma de trabajar en el escenario actual. Otro aspecto a tener en cuenta y que tendría un especial impacto en la mejora del sistema es la apuesta por la transparencia, vinculada especialmente a los resultados sanitarios y de salud que permitan la mejora continua y faciliten la libertad de elección por parte del paciente”.
Así lo ha asegurado Juan Abarca, presidente del Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS), durante el segundo foro IDIálogoS para una Mejor Sanidad, que da continuidad al ciclo iniciado en febrero para abordar con reconocidos expertos las posibles soluciones a los problemas actuales del sistema sanitario, bajo el paraguas del “Manifiesto por una mejor Sanidad”, cuyos principios sobre la apuesta por los profesionales y por la transparencia- se han desarrollado hoy.
Marta Villanueva, directora general de la Fundación IDIS y moderadora de la sesión, ha incidido en la importancia de “trabajar sobre esos dos conceptos cuya implementación, junto con la del resto de principios planteados en el Manifiesto, permitirían disponer de una mejor sanidad, que es el objetivo que todos queremos; una sanidad integradora, sinérgica y sostenible en el presente que sea capaz de afrontar los enormes retos que plantea el futuro”.
Javier Elola, director de la Fundación IMAS y Roser Fernández, directora general de la Unión Catalana de Hospitales (UCH), han constituido la mesa de debate en la que se ha reconocido precisamente la importancia de impulsar el papel de los profesionales y la evolución de sus roles, así como la necesidad de promover la transparencia del sistema.
En relación con los profesionales sanitarios se ha puesto de manifiesto la conveniencia de cuidar sus condiciones laborales favoreciendo la evolución de los roles y profesionalización y fomentando el reconocimiento de los logros, metas y objetivos conseguidos. Y eso, tal como se ha expuesto, debería ser contemplado como un plus a la mera retribución económica. Medidas como la conciliación de la vida personal y profesional, entre otros aspectos vinculados directamente con la responsabilidad social, son hoy muy relevantes para los profesionales y, como tal, deberían ser también tenidas en cuenta.
En un marco de trabajo en el que nos planteamos condiciones laborales distintas, cobra especial importancia el concepto de la flexibilidad, tanto de los profesionales como de las organizaciones. Aparte de los nuevos roles y adecuación de competencias, se ha señalado la importancia de escuchar a los profesionales sanitarios, incluirlos en la gestión y toma de decisiones logrando así una incorporación efectiva en las organizaciones y haciéndoles líderes del cambio; asimismo, es importante, como ha quedado reflejado en la sesión, la participación del paciente como protagonista del sistema.
Los expertos han apuntado que es fundamental trabajar en equipos interdisciplinares para hacer planes terapéuticos centrados en las personas, pasando del empoderamiento individual del propio profesional al empoderamiento colaborativo. Contar con un número suficiente de profesionales y apostar por la continuidad asistencial son asimismo esenciales para progresar en un entorno que precisa de capacidad de adaptación.
Sobre el concepto de transparencia, el Manifiesto señala la relevancia de una comunicación abierta como una de las palancas para la implicación de los ciudadanos en su autocuidado y para la búsqueda de la mejora continua en el sistema sanitario. En este sentido, es clave la comunicación de los resultados sanitarios y de salud, pero también, como ha quedado patente en la sesión, la integración de esa información en la toma de decisiones, como la asignación de recursos. Además, los participantes han remarcado la importancia de invertir en sistemas de información, en la seguridad de que el conocimiento de los datos permitiría superar el debate demagógico sobre titularidades.
En este sentido, aseguran que es esencial promover la transparencia del sistema fomentando la publicación obligatoria de indicadores sanitarios y, en función de estos, elaborar un mapa de procesos en los propios centros asistenciales en función de la efectividad en los resultados sanitarios y de salud, siguiendo criterios de eficiencia clínica. Tal como recoge el Manifiesto, sería deseable poder contar con una Agencia de Información, Evaluación y Calidad con participación de todos los agentes implicados y con capacidad de medir y comparar para estimular la mejora continua en base a resultados.